Adaptarse al cambio climático, la salida de Colombia ante su baja contribución al problema
A pesar de que Colombia es un país con una huella de carbono baja en comparación con la de las naciones industrializadas, sufre los efectos adversos del cambio climático.
Colombia tan solo es responsable del 0,54% de las emisiones globales anuales de Gases de Efecto Invernadero, según Climate Watch. Aunque su contribución es mínima, Colombia debe adaptarse y tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático, ya que sus consecuencias se hacen cada vez más evidentes.
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El cambio climático y sus efectos en Colombia
El cambio climático es un fenómeno que resulta de la sobreacumulación de Gases de Efecto Invernadero en la atmósfera, principalmente debido a la actividad humana.
Las consecuencias del cambio climático en el país son innegables. El aumento de la temperatura promedio, el incremento en las precipitaciones y la elevación del nivel del mar son algunas de las manifestaciones más evidentes del cambio climático que ha encontrado la CEPAL.
Según Show Your Stripes, el proyecto internacional que permite visualizar las tendencias de la temperatura, en los últimos 100 años la temperatura promedio de Colombia ha aumentado en al menos un grado centígrado.
Uno de los impactos más preocupantes se observa en las zonas costeras. Las inundaciones amenazan áreas de cultivo, la industria manufacturera y la infraestructura vital, como aeropuertos y carreteras.
De acuerdo con estudios realizados por el Invemar y el IDEAM, la isla de San Andrés, un importante destino turístico, se enfrenta a la pérdida de territorio y la intrusión salina en sus acuíferos, lo que afecta el suministro de agua potable.
Además, el Ministerio de Ambiente ha encontrado que las avalanchas en las quebradas cercanas a los páramos son cada vez más comunes, debido a la erosión causada por la agricultura y la ganadería intensiva.
Por su parte, la salud de los arrecifes de coral en el Caribe colombiano se deteriora debido al calentamiento de las aguas marinas, lo que tiene consecuencias graves para la biodiversidad y la protección costera.
El sector agrícola también está en peligro. El Ministerio de Ambiente prevé que las áreas propensas a la desertificación aumenten y que otras zonas que actualmente son agroecosistemas vean un impacto negativo.
Asimismo, las enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y la malaria, están en aumento debido a las condiciones climáticas propicias para la proliferación de los mosquitos.
La vulnerabilidad de Colombia al cambio climático
A pesar de su baja contribución a las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero, Colombia es vulnerable a los efectos del cambio climático, debido a su geografía diversa y su dependencia de sectores sensibles al clima, como la agricultura y la industria energética.
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Según datos del Banco Mundial, el cambio climático en Colombia genera en promedio 160 muertes y la pérdida de 2.800 viviendas al año, especialmente de personas vulnerables y pobres.
La exposición prolongada a condiciones climáticas extremas y la pérdida de recursos naturales es un claro indicativo de que Colombia está sufriendo las consecuencias de un problema global que no ha causado.
La adaptación como ruta a seguir
Como no es uno de los grandes causantes del cambio climático y sus acciones no pueden reducirlo drásticamente, Colombia debe tomar medidas para adaptarse a los efectos provocados mayoritariamente por los países desarrollados. Para ello, la colaboración entre el sector público y privado es esencial.
Según Climate Watch, la promoción de soluciones se debe concentrar en transitar hacia la agroecología, adoptar mejores prácticas en la ganadería e implementar un plan de reforestación ambicioso.
Esto se debe a que en Colombia la deforestación, los cambios en el uso del suelo y la agricultura son responsables del 56% de las emisiones del país.
En resumen, Colombia, a pesar de su baja contribución a las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero, está experimentando los efectos del cambio climático en forma de inundaciones, pérdida de biodiversidad, amenazas para la agricultura y afectaciones de salud pública, entre otros.
Por lo tanto, la adaptación al cambio climático se convierte en una necesidad imperativa para proteger a la población, la economía y el medio ambiente del país.