El informe de Control Risks es muy grave y Ricardo Roa debe renunciar: Diego Otero sobre Ecopetrol
A propósito de la asamblea de accionistas de Ecopetrol, hablamos con Diego Otero, experto en temas minero-energéticos. Se refirió a la elección de la junta directiva, a los resultados del informe de Control Risks sobre Ricardo Roa, y al futuro de la compañía. Entrevista.
Este viernes, 22 de marzo, se llevará a cabo la asamblea general de accionistas de Ecopetrol en el Centro Internacional de Negocios y Exposiciones (Corferias), ubicado en la ciudad de Bogotá.
A diferencia de lo que ha ocurrido otros años, el evento está en el ojo del huracán por las decisiones del Gobierno Nacional en materia energética, los escándalos que han rodeado al presidente de la compañía, Ricardo Roa, y el interés del Gobierno de adelantar una transición energética rápida, que implicaría cambiar la razón de ser de la mayor empresa de los colombianos.
Sobre estos temas hablamos con Diego Otero, Ingeniero eléctrico de la Universidad de los Andes, PhD en Economía de la University of Pennsylvania, presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica (ACECRI) y miembro de la junta directiva de la Academia de Ciencias Económicas (ACCE). El panorama que planteó no es muy alentador.
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Este año, la asamblea de Ecopetrol ha suscitado mucha más polémica que las anteriores. ¿A qué se debe esto?
Esto se debe a varios puntos: cambio de estatutos, elección de nueva junta directiva y permanencia de Ricardo Roa en la presidencia de Ecopetrol.
En la asamblea se deberá elegir la nueva junta directiva de la empresa. ¿Cuál es su opinión sobre los nombres propuestos por el gobierno?
Hay muchas dudas sobre varios de los candidatos propuestos porque no cumplen requisitos de conocimientos del sector y porque hay incompatibilidades. Es el caso de una psicóloga, una ambientalista que se opone al petróleo y al gas natural, y dos candidatos que forman parte de la junta directiva de una empresa de minería y gas natural cuyo dueño deja mucho que desear.
La multinacional británica, Control Risks, evaluó los riesgos de Ecopetrol por los cuestionamientos a su presidente, Ricardo Roa, y recomendó su retiro temporal o definitivo del cargo. ¿Qué tan grave es el estudio y cuál es su punto de vista al respecto?
El informe de Control Risks es muy grave y debe ser conocido por los accionistas. Hay muchas acusaciones contra el señor Roa, por lo que lo mejor es que renuncie para no perjudicar a Ecopetrol.
Un punto central de la discusión es si Ecopetrol está o no perdiendo valor. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?
Sí, Ecopetrol está perdiendo valor por la decisión de parar la exploración de petróleo y gas natural. Esto se refleja en el precio de la acción, que ha caído de más de $3.000 a $2.000 en el último año y medio.
En 2023, el índice de reposición de reservas fue del 48%. Es decir, solo se reemplazó el 48% de lo que se produjo. ¿Qué impacto tiene esto en la salud de la compañía?
Esto es muy grave porque significa que las reservas de Ecopetrol han disminuido, lo que reduce el valor de la empresa. En el valor de una empresa petrolera influyen sustancialmente las reservas que tenga de petróleo y gas natural.
¿Cuál es la importancia de Ecopetrol en la economía nacional y qué tan factible es que sectores como el turismo reemplacen sus aportes?
Es superimportante para el país por las exportaciones, los impuestos, las regalías, el empleo y la seguridad energética.
Nadie se opone a que se desarrollen otros sectores exportadores, pero esto no implica acabar con el petróleo y el gas natural; todo debe ser complementario.
El país tiene un potencial importante en turismo, pero se debe tener el cuidado de que sea un turismo no sexual. Además, se debe saber que desarrollar el turismo toma varios años, pues implica inversiones, seguridad, formar especialistas…
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El Gobierno le está apostando a que Ecopetrol juegue un papel clave en la transición energética rápida que quiere para el país. ¿Ecopetrol puede convertirse en una empresa generadora de fuentes renovables solar y eólica, como se propone en el cambio de estatutos?
Ecopetrol debe seguir siendo una empresa petrolera. El gobierno quiere acabar a Ecopetrol con esa idea de que se dedique a las energías solar y eólica.
Además, debido a la ley eléctrica Ecopetrol no puede generar energía eléctrica para vender, porque al tener la transmisión eléctrica con ISA, está prohibido por ley generar y distribuir. Para que esto se diera habría que cambiar la ley, pero sí puede autogenerar para cumplir sus necesidades.
En esta nueva dinámica y considerando el calentamiento global, ¿Ecopetrol debe parar la explotación de petróleo y gas?
Por nada del mundo. Colombia no explica más del 0,5% de las emisiones de todo tipo, y estas se concentran en la deforestación y en la agricultura, y no en el sector energético.
Nuestra matriz energética es bastante limpia. Se está haciendo una exageración sobre el papel de Colombia en el cambio climático sin ninguna racionalidad. Lo que hay son deseos de grandeza, de querer convertirse en campeón mundial del cambio climático, aunque esto implique atentar contra el país sin ningún sentido.
¿Hay algún otro país petrolero del mundo que esté planteando lo que plantea Petro para Colombia en materia de hidrocarburos?
No, nadie es tan loco de perder unos recursos que seguirán demandándose a todo lo largo del siglo XXI. Nadie serio, excepto los lobistas de las energías solar y eólica, plantea que el petróleo y el gas natural dejarán de consumirse en el siglo XXI.
¿Ecopetrol ha sustentado, con cifras de detalle, cómo sería la transición energética que está liderando el gobierno? ¿qué tanto riesgo hay de que las finanzas de la compañía se afecten irreparablemente?
El petróleo es un gran negocio, más que las energías renovables. El problema no es solamente la salud de la compañía sino la del país.
Es muy preocupante que las decisiones no se están tomando con base en análisis rigurosos, basados en cifras y en hechos, sino en opiniones y deseos.
¿Hay algo que quiera añadir?
Colombia es el único país del mundo que quiere convertir a una empresa petrolera en una empresa de energías solar y eólica, lo que es un absurdo.
Lo mejor sería crear una empresa generadora nacional que se dedique a lo que hacía Isagén, privatizada irresponsablemente.
Esa empresa debería generar todo tipo de energía. Además de explotar el petróleo y el gas, debería utilizar el mayor recurso del país, el agua. Parece que al gobierno nacional se le olvidó el agua por su obsesión impulsiva con el viento y el sol, siguiendo la visión colonialista eurocéntrica que nos quieren imponer las potencias.