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El 65% de la inflación se debe a las importaciones de alimentos: ministra de Agricultura

La ministra de Agricultura puso el ojo sobre el impacto de las importaciones de alimentos —15,9 millones de toneladas en 2022— tanto en la inflación como en la producción de pequeña escala, durante un foro sobre acceso al crédito en la economía popular.
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La fuerte inflación que afecta a Colombia sigue dando de qué hablar. Durante el foro “Innovación e inclusión crediticia de la economía popular”, la ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, dio a conocer una estadística preocupante: el 15% de lo que se consume en el país es importado y explica el 65% de la inflación. Ese 15% equivale a 15,9 millones de toneladas importadas en 2022. 

El 85% restante de lo que se consume en Colombia es producido en el país, en gran parte por el pequeño campesino, aseguró López. Por esta razón, añadió que “llegarle al pequeño productor y sobre todo lograr sustitución de importaciones en esta pequeña agricultura va a ser una de las grandes apuestas”. 

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López lanzó, en conjunto con el ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, la estrategia CREO, con la que se busca colocar un millón de operaciones de crédito para unidades productivas de pequeña escala que no tienen acceso a financiación formal.

Según explicó, a través de la Comisión de Crédito Agropecuario, se aprobaron unas líneas de financiación para responder a este tipo de economía popular. Para ello, la Comisión redefinió lo que significa ser un pequeño productor, como aquel cuyos ingresos anuales no superan los 50 salarios mínimos y que posee un patrimonio mínimo. El reto, de acuerdo con la ministra de Agricultura, será llegarle directamente. 

“Una vez que entren al crédito de fomento, entran a toda la otra política, en el caso del sector agropecuario, a la cual no han tenido acceso. Entonces, creo que este es el camino para aumentar la productividad precisamente de los indígenas, campesinos, afrodescendientes, de todos los productores rurales que han pasado momentos tan difíciles”. 

El anuncio no plantea cambios de fondo en las políticas de libre comercio que facilitan la entrada de alimentos importados, pero sí pone el ojo en el impacto que estas tienen tanto en la producción de pequeña escala como en el alto costo de vida que afecta a todos los consumidores, y en especial a los de menores ingresos. 

Importaciones: no salieron tan baratas como se anunció

Con la implementación de la política de apertura económica, en la década de 1990, y posteriormente con la firma de tratados de libre comercio, se dijo que las importaciones de alimentos serían una vía para conseguir comida barata. 

Como resultado de esta política, las importaciones pasaron de 750.000 toneladas, en 1990, a 15,9 millones en 2022. La cifra, alarmante, representa el 15% de los alimentos que se consumen en el país y que en total ascienden a 36,8 millones de toneladas, según lo afirmado por la ministra López en entrevista con el diario Portafolio publicada el 18 de enero de 2023. 

Sin embargo, con el aumento de las importaciones de alimentos no se garantizó la entrada al país de comida barata. Lo que ocurrió, más bien, fue que aumentó la dependencia en ciertos productos, y la inflación del sector quedó fuertemente ligada a los vaivenes de los mercados internacionales y de la tasa de cambio. 

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Factores como el conflicto en Ucrania, la pandemia de Covid-19 —cuyos coletazos todavía se sienten—, los largos confinamientos en China y la crisis logística internacional demostraron que lo menos pensado sí puede suceder en un mundo tan convulso como este. 

Y, cuando ello sucede, la importancia de la seguridad y la soberanía alimentaria, que parte de la producción de la dieta básica y de los insumos más importantes en el territorio nacional, cobra plena vigencia. 

Inflación en alimentos de 2022 muestra los riesgos de las importaciones masivas

Una muestra de la importancia de la seguridad alimentaria fue lo que ocurrió en 2022. Ese año, el DANE certificó una inflación en los alimentos y las bebidas no alcohólicas del 27,81%, muy por encima de la inflación general, que fue de 13,12%. 

Por su parte, el informe “Alivio en inflación de alimentos 2023: Diagnóstico y perspectivas”, de Corficolombiana, identificó el fuerte impacto de los insumos importados en los precios de los alimentos.

De acuerdo con la corporación, solo 12 alimentos —carne de res, leche, pollo, frutas frescas, huevos, arroz, aceites comestibles, plátanos, papas, pan, queso y afines, y carne de cerdo— explicaron el 70% de la inflación anual promedio en este rubro. 

Y, al analizar los factores que incidieron en su encarecimiento, la corporación encontró que el problema de los altos precios se originó en los insumos, y en especial en la urea, el maíz, la soya, el trigo y las semillas, claves para la producción de productos agrícolas y también pecuarios. 

En cuanto a esos 12 alimentos, Corficolombiana explicó que, “si bien más del 85% de la oferta total de estos productos se genera a nivel local, sus principales insumos de producción tienen un componente importado mayor al 80%”. 

Para la corporación, dado que “existe una alta dependencia a la importación de estos insumos agropecuarios, […] los choques internacionales en su precio tienen una afectación importante sobre la producción y los precios de los alimentos para consumo final en Colombia”, señaló Corficolombiana.

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