En medio del huracán y como si fuera una novela, el gobierno Petro cumple un año
Andrés Pachón
Abogado investigador, magíster en Derecho Público con experiencia en litigio estratégico. Medio ambiente, derechos y desarrollo. Twitter: @AndresPachonTor
Se cumple el primer año del gobierno Petro en medio de un escándalo sin precedentes y de serias dificultades en sus principales apuestas. ¿Cuál es el balance?
Petro contra el bolsillo de la gente
La única reforma importante que aprobó fue la tributaria, que golpeó con mayor rigor a las clases medias y a la comida de la gente sencilla. El aumento mensual del precio de la gasolina, lejos de grabar a “los ricos de las Toyotas”, afecta de manera aguda la economía de quienes usan motos para transportarse y de quienes tienen carro en Colombia, que en su mayoría (80%) pertenecen a los estratos 1, 2, 3 y 4 (Dane, 2021).
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A eso hay que sumarle el anuncio del ministro de Hacienda, quien confesó que no le han subido al diésel porque estamos en plena campaña electoral, pero que pasadas las elecciones aumentarán el precio del combustible que usa toda la cadena de transporte. El guion económico del gobierno Petro es dictado por el FMI.
Y en la misma línea va el reciente estudio sobre Transición Energética, que dice que debemos reemplazar las estufas de gas por las de inducción, cuyo costo escapa a las posibilidades de la familia colombiana promedio. ¡Y sin contar el costo de las ollas que estas estufas requieren!
En lo ambiental, Petro tampoco sale bien librado, pues la gran apuesta de energía eólica se mantiene concentrada en manos de trasnacionales, de espalda a las comunidades de La Guajira y, por si fuera poco, varios de los proyectos están ubicados en zonas de protección.
Su elocuente silencio sobre la estación militar en Gorgona, para que opere un radar norteamericano y que helicópteros estadounidenses puedan operar en la Amazonía, dándoles control sobre un área estratégica, evidencia que está más interesado en agradar a la potencia del norte que en proteger nuestro patrimonio natural.
Gobierno Petro: de novela
En lo político, el gobierno Petro pareciera ser un guion de las novelas de Gustavo Bolívar. El capítulo de las maletas llenas de dinero, que se le perdieron a la exjefa de Gabinete de Petro, Laura Sarabia, pasó rápidamente de un robo al uso abusivo del polígrafo y el aparato del Estado en favor personal, y luego a interceptaciones ilegales y chuzadas.
Como si fuera poco, esto escaló a las revelaciones de Benedetti, uno de los más cercanos a Petro en la campaña, y quien al ver que no atendían sus reclamos de poder estalló en cólera y reveló audios en los que señala que en la Costa él logró que entraran 15.000 millones, lo que les permitió la victoria. Advirtió, además, que si se revelaba quien puso esa plata “ahí nos caemos todos, hijueputa”. Ni las películas de Scorsese y Aronofsky tienen tantos puntos de giro.
Y para rematar, el nuevo capítulo de la novela es noticia global. La última vez que logramos titulares en los cinco continentes fue tras la captura del fiscal anticorrupción corrupto.
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Ahora, volvemos a horario estelar con “el hijo del Presidente de Colombia es capturado y señalado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos”. De razón Gustavo Bolívar renunció al Senado, supuestamente para hacer guiones y porque los 44 millones mensuales no le alcanzaban… pero ahora está de candidato a la Alcaldía por el Pacto Histórico.
Cuando el país no terminaba de asimilar esa captura, el hijo del Presidente confiesa que sí recibió dineros ilícitos de personajes impresentables, corroborando la tesis de la Fiscalía de que el sueldo de 20 millones que ganaba como diputado no justificaba sus gastos, que estaban por los 200 millones mensuales.
De negarlo todo, Nicolás Petro pasó a negociar un preacuerdo con la Fiscalía, y a cambio de beneficios dijo tener pruebas que demuestran que esos dineros prohibidos sí entraron a la campaña de Gustavo Petro. De un desencuentro amoroso, pasamos a un thriller político, con ingredientes de narconovela.
De llegar a comprobarse que entraron dineros ilícitos a la campaña de Petro, se configuraría el delito de financiación de campañas electorales con fuentes prohibidas (Art. 396A C.P.), que da pena de prisión de 4 a 8 años, y por el que respondería no solo el gerente de campaña, Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol, la empresa más importante del país, sino el mismísimo Presidente. “En la misma pena incurrirá el candidato a cargos uninominales (…) que realice la conducta descrita”, puede leerse en el mencionado Artículo.
La investigación penal será larga y sus resultados impredecibles, pues en siete meses llegará una Fiscal ternada por Petro. Sin embargo, la catástrofe política es inocultable, la legitimidad del gobierno Petro está en crisis, el juicio político está a la vuelta de la esquina y el futuro del padre depende de un hijo negado y abandonado a su suerte.
No sabemos el final de la novela, pero lo que sí está claro es que los anhelos de cambio de un país han sido defraudados por un gobierno que resultó una copia de los gobiernos de siempre.