Formalización del empleo público: en prestigiosa entidad saldría más del 80% de los empleados
La noticia sobre el retiro de más del 80% del personal provisional del Instituto Caro y Cuervo ha causado polémica, no solo por la magnitud del reemplazo de trabajadores, sino por las dificultades que presentó el concurso a cargo de la Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC).

La denuncia del retiro de la mayoría de trabajadores vinculados al Instituto Caro y Cuervo (ICC) en condición de provisionalidad, conocida a través de la revista Semana el pasado 15 de enero, produjo el pronunciamiento oficial de la entidad.
En ocho puntos, el Instituto reveló los problemas presentados con la organización y aplicación de los concursos de la Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC), con los que el Estado buscaba reducir los cargos provisionales del ICC, algunos de ellos ocupados por personas con más de 10 años de servicio a la institución.
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Proceso de selección, a cargo de la Comisión Nacional del Servicio Civil, duró más de dos años
La historia comenzó hace cerca de cuatro años. Durante la presidencia de Iván Duque Márquez, fue aprobado el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018-2022, que exigía la reducción de la provisionalidad en el empleo público.
En el momento de su aprobación, el Instituto Caro y Cuervo tenía en total 99 cargos. De estos, había “8 de libre nombramiento y remoción y 91 de carrera administrativa, de los cuales 86 cargos fueron sometidos a concurso debido a que los funcionarios que los ocupan están nombrados en provisionalidad”, se puede leer en el comunicado.
El Instituto, que desde el año 2003 hace parte del Ministerio de Cultura, se vio en la obligación de dar cumplimiento a lo establecido en el PND 2018-2022.
La Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC) es la entidad que “tiene la obligación constitucional de adelantar los concursos para proveer los cargos del Estado a través de un proceso de selección abierto y público”, explica el comunicado, por lo que le correspondió llevar a cabo el concurso del ICC.
Para proveer de manera definitiva los cargos que en ese momento estaban ocupados provisionalmente, la CNSC publicó el “Proceso de selección 1505 de 2021 – Nación 3” y, el 28 de noviembre de 2020, abrió el concurso con el objetivo de proveer 79 empleos para 90 vacantes, a través del Acuerdo 0346. Esta cantidad fue modificada el 11 de marzo de 2021 con el acuerdo 0061, el cual especificó que serían 81 empleos para 86 vacantes.
Para ello, la CNSC “contrató a la Universidad Libre para llevar a cabo todas las actividades relacionadas con el mismo [el concurso]”. El contrato entre la institución del Estado y la universidad incluía la estructuración de la prueba de conocimientos, afirma el ICC.
Cerca de seis meses después, el 5 de mayo de 2021, la CNSC abrió la venta de derechos de participación. Entre ese momento y la aplicación de la prueba pasó más de un año, de manera que esta se realizó el 15 de mayo de 2022. Finalmente, la lista de elegibles en firme fue publicada por la CNSC el 23 de diciembre de 2022.
Más Colombia estableció contacto con la oficina de Comunicaciones a la que le transmitimos varias preguntas relacionadas con los resultados del concurso tras este largo proceso.
La oficina de talento humano del ICC informa que ocho personas que pasaron el concurso ocuparon el primer lugar, las doce personas restantes quedaron en el segundo, tercero, cuarto, séptimo y octavo puesto.
En relación al tiempo en provisionalidad de los trabajadores del Instituto, el ICC nos informó que de 68 empleados: 9 prestaron sus servicios a la institución por 30 o más años, 10 trabajadores entre 22 y 29 años de servicio, 15 entre 10 y 19 años, 18 entre 3 y 9 años, 10 entre 1 y 2 años, y 6 funcionarios llevaban menos de un año. El trabajador provisional más antiguo cumplió 39 años en la institución.
Llaman la atención dos aspectos: el primero es el número total de empleados provisionales relacionados en la respuesta (68), que no corresponde con el número de los cargos a proveer con el concurso (81). El segundo, la enorme cantidad de trabajadores en situación de provisionalidad: 52 empleados con más de 3 años en esa situación.
Ante la pregunta “¿Los empleados provisionales que no pasaron el concurso recibirán algún tipo de compensación económica?” el ICC respondió: “Los funcionarios que eventualmente se retiren por razones del concurso, recibirán el pago de la liquidación de sus prestaciones sociales en los términos de la normativa vigente”.
En búsqueda de más explicaciones, contactamos al exdirector de la Imprenta Patriótica, César Buitrago, quien describió la situación que viene enfrentado la Imprenta Patriótica luego de los resultados del concurso de la CNSC.
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Imprenta Patriótica, más de 60 años conservando los oficios patrimoniales de la edición
El comunicado de Instituto Caro y Cuervo afirma: “una de las insistencias del Instituto fue proteger los empleos de los funcionarios de la Imprenta Patriótica para contribuir a la salvaguardia de los saberes y oficios patrimoniales de Colombia”. Esta fue inaugurada bajo la dirección de José Manuel Rivas Sacconi, historiador, académico y alto funcionario del gobierno colombiano en la segunda mitad del siglo XX.
La Imprenta Patriótica está ubicada en la Hacienda Yerbabuena, al norte de Bogotá. Hoy, sus talleres permiten la visita de colombianos y extranjeros para conocer, de primera mano, las máquinas de linotipia con las que se compusieron los textos de periódicos colombianos desde mediados hasta finales del siglo XX, así como las antiguas máquinas cortadoras y cosedoras que se utilizaban para la elaboración de libros.
Asimismo, la Imprenta está encargada de conservar los oficios de la producción editorial, catalogados como patrimoniales debido a que mantienen vivas las prácticas de composición, armado, impresión y encuadernación, un legado de la humanidad con más de cinco siglos de historia, desde la creación de la imprenta de tipos móviles, hacia el año 1440.
En un reportaje de la revista Bacánika, del 20 de julio de 2017, César Buitrago se refirió a la importancia de la Imprenta Patriótica: “Nos negamos a desaparecer. Un taller como el de la Imprenta Patriótica se constituye como un museo. No como un museo inerte que muestra cosas del pasado, sino un museo vivo. Cuando una persona nos visita y conoce nuestro trabajo, queda fascinada y picada por la vena de las artes tipográficas. Quisiera que esto no desaparezca nunca”.
La estructura del trabajo de la imprenta recuerda a los talleres industriales, cada vez menos frecuentes en Colombia; es una construcción extensa que organiza sus procesos en manos de los trabajadores, quienes son observados desde una oficina en un segundo piso.

Imprenta Patriótica: de 20 trabajadores en provisionalidad, salieron 16; los otros 4 no mejoraron su situación
Luego de la apertura del concurso, el 28 de noviembre de 2020, el Instituto Caro y Cuervo informó, desde el 24 de diciembre de 2020, a todos los funcionarios cada una de las fases del concurso a través de los canales internos de comunicación, reseña el comunicado oficial.
Sin embargo, los empleados de la Imprenta Patriótica conocieron esta información por fuera de los canales internos de la institución, según su antiguo director. Para 2020, en la imprenta trabajaban 20 personas, incluido él. A todos los sorprendió la apertura del concurso de la CNSC, comenta, por lo que se podría entender que el anuncio interno, hecho por el Instituto, no fue efectivo para notificarlos.
“Nosotros nos enteramos en la segunda semana de enero de 2021. Estábamos en plena pandemia cuando, un domingo, me senté a revisar la página de los concursos para trabajar con el Estado. Ahí vi la convocatoria para proveer de personal al Instituto Caro y Cuervo. Inmediatamente, compartí la información en el grupo de Whatsapp que tenemos con los compañeros, el cual abrimos a raíz de la pandemia”.
Tras conocer la noticia, todo el personal de la Imprenta empezó a prepararse para el concurso de manera individual. “Muchos de ellos estaban muy nerviosos, pues nunca se habían enfrentado a este tipo de pruebas. Éramos plenamente conscientes de que podríamos perder nuestro trabajo”, cuenta Buitrago.
Sobre la preparación de los empleados provisionales para la prueba, hay puntos de vista encontrados. El comunicado del ICC hace énfasis en que este mantuvo el plan de capacitación anual durante el tiempo de desarrollo del concurso, conformado por más de 30 sesiones, con las que dio cumplimiento a sus fines institucionales, “como lo hace toda entidad pública”.
Frente a esto, Buitrago afirma que, a pesar de que la dirección del Instituto prometió a los trabajadores de la Imprenta una capacitación técnica para la prueba, la oficina de talento humano no permitió que esta se diera, argumentando que no daba plenas garantías a todos los concursantes.
En este punto, le preguntamos cuánto tiempo llevaban trabajando en condición de provisionalidad los empleados de la Imprenta. Su respuesta es sorprendente: hay quienes llevaban más de 29 años trabajando, algunos un poco más de 10 años y una parte más pequeña menos de dos años, indica Buitrago, quien conoce a cada uno de ellos.
“Todos eran profesionales en su oficio, en el cual tenían una amplia experiencia”, enfatiza.
De la experiencia de los trabajadores de la Imprenta Patriótica da cuenta la calidad de los más de 150 títulos editados, impresos, encuadernados y publicados por el Sello editorial Instituto Caro y Cuervo y la Imprenta Patriótica entre 2013 y 2022.
“Con el proceso presentamos inconvenientes desde el inicio. En la primera etapa, la de la compra de derechos para participar, la entidad encargada del concurso nos comunicó que tres empleados no cumplían con los requisitos mínimos: un impresor, con 29 años de provisionalidad, y 2 correctoras de estilo, con 27 y 10 años de provisionalidad, respectivamente. Se hicieron las reclamaciones del caso, pero la respuesta de la Universidad Libre no cambió, por lo que estas tres personas quedaron por fuera del concurso”.
Luego de este suceso, los inconvenientes no pararon de presentarse. Según César Buitrago, los ejes temáticos de cada cargo ofertado, con los que se estructuraría la prueba escrita, no correspondían a la naturaleza de los cargos.
Ante esto, y de acuerdo con el exdirector de la Imprenta Patriótica, la entonces directora del Caro y Cuervo, Carmen Millán, hizo las reclamaciones a la CNSC por la irregularidad. Sin embargo, la Comisión respondió que no era posible cambiar las preguntas, debido a que el material de la prueba ya estaba impreso.
Esto coincide con el comunicado del Instituto, en el que se afirma que este, en su momento, “precisó y objetó algunos de los criterios de los ejes temáticos” de las pruebas del concurso. No obstante, “la CNSC no los tuvo en cuenta a la hora de fijarlos”.
Fue así como, el 15 de mayo de 2021, los trabajadores presentaron las pruebas. Ante las preguntas del examen y los resultados preliminares, publicados un mes después, cada uno de los empleados adelantó reclamaciones individuales.
Como ejemplo de lo que considera una prueba que no correspondía a los oficios que se iban a desempeñar, el exdirector de la Imprenta Patriótica señaló indignado que a uno de sus compañeros, que trabajaba en el área de encuadernación y manejaba la máquina refiladora, le preguntaron cómo se arma y se estructura una aspiradora.
La respuesta a esas reclamaciones, cuenta Buitrago, fue la misma para todos.
El resultado del concurso fue la salida de 16 trabajadores de la Imprenta Patriótica, mientras que los cuatro restantes continúan como empleados provisionales, nos comenta el exdirector.
A la fecha, sabemos que al menos tres trabajadores ya recibieron la notificación “para realizar la entrega del cargo y de los asuntos y documentos pendientes de conformidad con lo dispuesto en la normativa vigente”, se puede leer en el oficio. La entrega deberá realizarse durante los tres días hábiles siguientes a la recepción de la comunicación.
Qué es el Instituto Caro y Cuervo
El Instituto Caro y Cuervo es una institución de educación superior especializada en la realización de cursos de posgrado, cuyo objetivo es salvaguardar “el patrimonio lingüístico de Colombia a través de la formación, la investigación y la apropiación social del conocimiento”. Fue creado por el ministro de Educación, Germán Arciniegas Angueyra, el 25 de agosto de 1942.
El año pasado, la institución celebró sus 80 años de funcionamiento.
Desde el 2003, cuando entró a ser parte del Ministerio de Cultura, se determinó que su objetivo sería “promover y desarrollar la investigación, la docencia, el asesoramiento y la divulgación de las lenguas en el territorio nacional y de sus literaturas, con miras a fortalecer su uso y reconocimiento con base en su prestigio social y su valoración estética”.
Ha recibido el reconocimiento de instituciones como la Academia Colombiana de la Lengua, la Real Academia de la Lengua Española y el Instituto Cervantes, así como también premios como el Premio Príncipe de Asturias, el Premio Bartolomé de Las Casas, el Premio Elio Antonio de Nebrija y la Placa de honor Real Orden Isabel la Católica.
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