Las EPS deben tener una verdadera transformación para atender las necesidades de la Salud en Colombia: experto en seguridad social
Este 25 de abril, será lanzado el libro Desafíos de seguridad social en Colombia después de 30 años de la Ley 100 de 1993 en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en el stand de la Universidad del Rosario (Corferias, pabellón 3, segundo piso), a las 4:00 p. m.
A propósito del lanzamiento, hablamos con uno de los coautores del libro, el abogado Misael Triana Cardona, sobre la Ley 100 de 1993 —que creó el sistema de seguridad social integral— y sobre el proyecto de reforma a la salud que fue radicado en el Congreso de la República.
Triana es socio fundador de Abogados Triana, especialista en Seguridad Social de la Pontificia Universidad Javeriana, autor de la demanda que cambió la forma de calcular las pensiones en el régimen de prima media y conocedor de la Ley 100 de 1993.
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A continuación, transcribimos algunos apartes de la entrevista. Para verla completa, puede ir al video en la parte superior de la noticia.
La ley 100 de 1993 ha generado controversia desde que fue propuesta por el entonces senador Álvaro Uribe Vélez ¿En qué consiste esta ley y por qué ha sido tan polémica?
Bueno, lo primero que hay que decir es que la ley 100 está cumpliendo 30 años de haberse expedido, se expidió en el año 1993. Sin duda, para ese momento, lo que se pretendió por el Congreso de la República y por todas las personas que intervinieron en ese momento, fue crear un verdadero sistema integral de seguridad social.
Esa fue la gran apuesta, porque para ese momento las normas que existían de protección en seguridad social en Pensión, Salud y Riesgos Laborales, en mi criterio, estaban lejos de ser un verdadero sistema.
Entonces, el cambio que se dio en el año 1993, y que se ha mantenido durante 30 años, realmente fue un cambio estructural con aciertos y con desaciertos.
Durante este tiempo lo que nos ha dejado ha sido una experiencia de lo que ha debido cambiarse, con unas enseñanzas, pero que hoy en día se puede decir que contamos con un sistema, por lo menos que permite mantener unos niveles muy aceptables de protección.
Actualmente se está discutiendo el proyecto de ley de reforma a la salud que radicó el Gobierno nacional. ¿Cómo ve ese proceso? ¿qué cosas cree que Colombia podría ganar y en qué otros aspectos, en cambio, podría haber un retroceso?
Bien, yo quiero contestar esta pregunta completamente aislado del tema político, porque este no es el escenario ni tampoco es mi filosofía. No soy político, pero a uno sí le causa extrañeza cómo se presenta la reforma.
Todos creíamos que iba a ser apoyada por todos los partidos políticos, afines o no al gobierno, pero en las últimas semanas hemos visto que incluso los partidos del mismo gobierno están generando oposiciones, están generando propuestas diferentes a las del gobierno y ahí es cuando se pregunta uno qué está pasando. ¿Esto no es lo que se está prometiendo?
Hay situaciones que hay que rescatar de la propuesta de reforma a la salud. Por ejemplo, ese desgreño administrativo que hoy todavía se mantiene en algunos sectores del sistema, más que todo en la parte administrativa.
Ese desgreño, esa falta de organización administrativa, lo que genera y en lo que termina es en corrupción, porque repito, ahí es donde está el foco a través del cual estos fenómenos sociales de la corrupción se concentran y se aprovechan para sacar una tajada.
Considero que el proyecto pretende, con la loable intención de eliminar esas situaciones, por ejemplo eliminar algunas fases de la parte administrativa para hacerles giros directos y darles facultades a las entidades territoriales (municipios, departamentos, distritos) para que puedan manejar la Salud.
Sin embargo, todos sabemos que el Estado es un pésimo administrador. El Estado no sabe administrar. El Estado ha fracasado en la administración. Recordemos lo que sucedió con el Idema, recordemos lo que ha sucedido con una cantidad de propuestas, en donde el Estado ha querido intervenir pero que ha fracasado.
En ese sentido, y quiero decir esto claro, un sistema de Salud sin la participación del sector privado, sin la intervención económica del sector privado, sin duda va a fracasar.
Y quiero decir, claramente, que todas esas personas que intervienen en la administración del sistema tienen que generar una utilidad, porque ningún capitalista va a entrar a un negocio en el que va a saber que va a perder plata. Eso sería estúpido.
Claro, cada quien tendrá que sacar su utilidad en el negocio porque así se sostiene un sistema capitalista, pero cuando esa utilidad está por encima de los estándares, cuando dentro de esa utilidad estamos viendo el fenómeno de la corrupción, pues entonces uno dice ‘“esto hay que cambiarlo”.
Sin embargo, con esa modificación no podemos llegar a terminar con lo que se ha construido hasta el momento, que en últimas funciona. Más bien, hay que identificar cada uno de los puntos que deben corregirse, los cuales pueden encontrar en el libro.
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Denos algunos avances… ¿Cuál es la propuesta suya, como experto en Seguridad Social, para lograr ese balance en el que haya utilidades, pero en el que las utilidades no impidan el correcto funcionamiento del sistema y la atención adecuada de los pacientes?
Las propuestas son varias. Por ejemplo, un mejor diseño de la administración del sistema, una correcta auditoría del sistema en donde realmente se sepa qué es lo que se está gastando, en qué se está gastando, cómo se está gastando, cuánto nos vale.
Esto en otros países del mundo ya está inventado, podemos copiar muchísimos modelos. Y aquí viene la siguiente propuesta, nosotros estamos atrasados en temas de tecnología, todavía estamos yendo a la IPS a hacer una fila, en donde antes de atendernos nos están pidiendo una cantidad de documentos y usted tiene que llevar una carpeta grande esperando que entren a su familiar que está requiriendo una atención.
La tecnología tiene que ser, sin duda, el aliado principal del sistema de Salud y eso ya está inventado. Lo que pasa es que tenemos siempre ese temor de avanzar y de actualizarnos en esos temas.
También como propuesta, tenemos el tema de la educación en salud. ¿Eso qué implica? Implica todo el tema de prevención y promoción de la salud. Ya, por fortuna, hemos estado migrando a unos hábitos de vida saludable en Colombia, dándonos cuenta de todo eso que nos causa daño.
Porque, ¿qué es lo que más afecta al sistema de Salud? La asistencia recurrente de todas las personas que requieren el servicio, a quienes no se les puede negar porque el que está enfermo está enfermo. ¿Pero de qué manera, a través de esa gran herramienta de la promoción y la prevención, podemos seguir avanzando en que las personas sean más saludables?
Y viene un último tema en la propuesta: el de la financiación. El sistema de Salud debe tener unos cambios en la financiación. La principal financiación del sistema son los aportes que todos los colombianos hacemos: 12,5% aportamos los que tenemos ingresos, 12% aportan los pensionados —algunos que tienen un poco menos de dos salarios mínimos de pensión pues aportan un poco menos, entre el 3 y 4%—.
La pregunta es quién está administrando ese dinero y si es posible que el eventual stock que se tenga de ese dinero se pueda invertir a través de los sectores del sistema financiero para que pueda generar alguna rentabilidad. Bueno, eso hay que buscarlo también.
Además, dentro del sistema de financiación cada una de las entidades, tanto las entidades territoriales como las nacionales, a través del Presupuesto General de la Nación, hacen sus aportes.
En realidad son varias propuestas que se hacen y no solo en el tema de Salud. También hay propuestas en el tema pensional, que sin duda ocupa la atención de todos los colombianos y que podemos mirar más adelante.
Sáquennos de una última duda. En su concepto, ¿EPS sí, EPS no o EPS cómo?
Esa es una muy buena pregunta. Sin duda, EPS sí, pero con algunas modificaciones. Sin duda, las EPS, como integrantes del sistema de seguridad social, además de pensar en el aseguramiento, en la administración y en la prestación del servicio, tienen que pensar en el tema de la calidad, en la inmediatez de la atención.
En Colombia no podemos seguir teniendo más barreras de acceso y para eso las EPS tienen que modificar, escúchese bien, sus modelos de atención.
Llevamos 30 años trabajando en eso. ¿Hemos avanzado? Sí, pero todavía no es posible admitir que para que te den una cama en un hospital tengas que llamar a la línea de atención de la Superintendencia Nacional de Salud. Si estás de buenas, un interventor o un funcionario de la Supersalud llama a la IPS, lo amenaza con que le van a abrir un requerimiento y ahí sí le dan la cama a la persona. ¡Por favor! eso no puede pasar.
Para hacer esta entrevista práctica, estoy simplemente dando algunos ejemplos. Las EPS tienen que tener una verdadera transformación para atender las necesidades actuales de la población.
Las EPS tienen que invertir más en promoción y en prevención; ahí es donde está el quid del asunto. Si nosotros educamos a la población y le decimos “mire, es que esto le hace daño, es que usted debería prevenir, es que usted debería tener en cuenta, es que usted debería tener hábitos de vida saludable”, hay gente que compra eso.
El que no lo quiera hacer, pues hace parte de esa libre disposición que tiene cada persona de vivir. Pero yo creo que en el tema de promoción y prevención, que existe hoy en día pero más en la ley que en la práctica, nos hemos quedado cortos.
Entonces, EPS sí pero con un mejor modelo de atención, y con otro tema, un modelo eficiente al momento de pagar los servicios a las empresas, para que esas cuentas no se sigan embolatando.
Evidentemente el ADRES, que es la entidad que hoy en día recibe y custodia los recursos del sistema de Salud, también tiene que adecuarse esas necesidades para que esos giros se hagan no solo de manera rápida sino segura.
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