“La ley de prohibición del plásticos de un solo uso es antitécnica, absurda, incoherente y nefasta”: entrevista
La prohibición de los plásticos de un solo uso en Colombia ha despertado opiniones controversiales. Entrevistamos en exclusiva a Andrés Botero, director ejecutivo de la Cámara Ambiental del Plástico, para quien esta decisión es un desacierto.
A raíz de la entrada en vigor de la Ley 2232, que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso, entrevistamos a Andrés Botero, director ejecutivo de la Cámara Ambiental del Plástico.
Botero calificó esta ley como “antitécnica, absurda, incoherente y nefasta”. Aunque destacó que la ley fue construida con el consenso de muchos actores, razón por la cual contiene diversas excepciones que buscan mitigar su impacto negativo en la industria y el empleo.
Según Botero, parlamentarios del Centro Democrático y otros le ofrecieron a la industria plástica la posibilidad de hundir la ley que prohíbe los plásticos de un solo uso, aprovechando que eran mayoría en la comisión quinta, pero la industria optó por apoyar la ley con las excepciones redactadas por ellos mismos, considerando que una nueva ley podría ser más perjudicial.
Así las cosas, la ley fue aprobada con una serie de excepciones que habían sido redactadas por la industria del plástico.
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Excepciones a la prohibición de plásticos de un solo uso: un respiro para la industria
La ley contiene diez excepciones importantes, según Botero, que buscan impactar positivamente el medio ambiente. Se incluyen productos fabricados con 100% materia prima posconsumo nacional y aquellos hechos con biopolímeros o aditivos biodegradables. Estas excepciones permiten la continuidad de ciertos productos plásticos, haciéndolos más amigables con el medio ambiente.
Según Botero, una de las más destacadas excepciones es la relacionada con los productos de la canasta familiar. Gracias a las gestiones de senadores como Jorge Enrique Robledo, se logró incluir esta excepción, lo que permite que muchos productos esenciales continúen siendo empacados en plástico. Lo malo es que, la ley habla de la canasta familiar, pero realmente acoge a los productos que estén listados por el DANE en el índice de precio al consumidor o canasta familiar, que a la fecha no están claramente definidos.
Botero subraya que prohibir los plásticos de un solo uso no es la solución definitiva. Argumenta que la prohibición es miope y discriminatoria, y que la ciencia aún no ha encontrado sustitutos efectivos para los plásticos convencionales. Incluso los bioplásticos, aunque prometedores, no pueden ser producidos en cantidades suficientes para reemplazar completamente a los plásticos de un solo uso actuales.
Además, Botero añade que, por ejemplo, la bolsa plástica utilizada en los puntos de pago que está prohibida, puede utilizarse si se fabrica con 100% materia prima posconsumo nacional, o con biopolímeros o resinas orgánicas derivadas del maíz y de la yuca, etc.
Sin las excepciones que contempla la ley, este 7 de julio no tendríamos en qué empacar el arroz, el azúcar, las lentejas, el frijol, la sal, y la leche, afirma Botero.
Impacto en la industria y el empleo
La entrada en vigor de la Ley 2232 podría tener graves consecuencias económicas y sociales. Botero estima que alrededor de 250.000 empleos están directamente relacionados con la industria del plástico en Colombia.
Esta ley podría llevar a la quiebra de aproximadamente 1.500 microempresas y la pérdida de unos 20.000 empleos directos, según las estimaciones de Botero.
La industria del plástico en Colombia cuenta con cerca de 6.200 empresas cuya actividad económica específica es la producción de plásticos, muchas de ellas pequeñas, que se verían gravemente afectadas por esta prohibición.
Según Botero, se estima que cada empleo en la industria genera cinco empleos indirectos, estos son más o menos unas 100.000 personas, sin contar los almacenes que venden desechables que tienen entre 3 0 4 empleados, lo que amplifica el impacto negativo en la economía. La prohibición de los plásticos de un solo uso amenaza estos empleos, de modo que la entrada en vigor de la ley podría tener implicaciones directas en el desempleo del país.
Además, la falta de alternativas viables para los plásticos de un solo uso podría afectar la capacidad de las empresas para operar eficientemente, lo que a su vez podría tener un impacto negativo en la economía del país. La incertidumbre y el riesgo de corrupción también añaden una capa adicional de complejidad a la situación.
Botero critica que la prohibición de los plásticos de un solo uso ha sido impulsada por motivos populistas y electorales, más que por una verdadera preocupación ambiental. Señala que la ley es un ejemplo de cómo el Congreso colombiano busca soluciones simplistas sin considerar las complejidades del problema y las consecuencias económicas.
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Problemas con los sustitutos del plástico
Un punto central en el argumento de Botero es la falta de sustitutos viables para los plásticos de un solo uso. La ciencia aún no ha desarrollado alternativas que puedan reemplazar al plástico de manera efectiva y sostenible. Incluso los bioplásticos, que se presentan como una solución, requieren una cantidad de biomasa que el país no puede producir.
Botero explicó que producir bioplásticos suficientes para reemplazar los plásticos de un solo uso actuales necesitaría una cantidad de biomasa tres veces mayor a la disponible en el país, lo que resulta impracticable. Además, los bioplásticos no siempre son tan sostenibles como se piensa, ya que su producción y degradación también tienen un impacto ambiental significativo.
Se necesitan 2,7 millones de toneladas de biomasa para reemplazar los plásticos de un solo uso que se fabrican de resinas fósiles, se requieren 8 millones de toneladas de biomasa para hacer 2,7 millones de toneladas de plásticos a partir de sustancias orgánicas, afirma. Es decir, ni con todo el cultivo de banano, caña de azúcar, café, palma y todo lo que ustedes quieran, ni migrando toda la frontera agrícola del país para producir plásticos suplimos la necesidad del país.
El futuro de la ley que prohíbe los plásticos de un solo uso
A pesar de las críticas, la Ley 2232 entrará en vigor el 7 de julio de 2024, y su impacto se sentirá de manera significativa en la industria.
Botero advierte que la aplicación de la ley puede dar lugar a nuevas formas de corrupción y extorsión, ya que la norma es vaga y difícil de implementar. Esto podría crear un entorno de mayor discrecionalidad y subjetividad en la interpretación y aplicación de la ley, afectando aún más a las empresas.
Según Botero, no hay forma de verificar que un plástico cumple la norma, pues el Estado no cuenta con la estructura ni la tecnología para verificar si los plásticos cumplen o no con la ley, pues para esto, el estado debe mandar a hacer a los los plásticos un análisis de biodegradación que vale 5.000 dólares, para saber si esa bolsa sí se biodegrada o no.
Las que se hacen de maíz yuca, plátano, se ve claramente que no es un plástico normal, pero el que está aditivado o el que está fabricado con 100% materia prima posconsumo nadie sabe si le echó el 99% o el 9% del aditivo.
Problemas de implementación de la ley
Botero destacó que la ley también enfrenta problemas de implementación debido a la falta de claridad en sus disposiciones.
En uno de sus artículos se planteó que el Gobierno Nacional debería reglamentar las excepciones a la prohibición en los 6 meses siguientes a su promulgación. Sin embargo, se van a cumplir 24 meses de su promulgación y el Ministerio del Medio Ambiente no ha expedido la resolución que reglamenta las excepciones a la prohibición. Es decir, los productores de plásticos están a la deriva.
Esta falta de acción por parte del Gobierno pone en riesgo la viabilidad de muchas empresas y la estabilidad del empleo en el sector. Botero insta al Gobierno a actuar rápidamente para proporcionar claridad y apoyo a la industria del plástico en la transición hacia nuevas normativas.
La ley contempla que los productos biodegradables y compostables se degraden en condiciones ambientales naturales, algo que no es viable sin instalaciones de compostaje industrial, en donde la temperatura, la luminosidad y la humedad están controladas precisamente para que se puedan degradar en esas condiciones ambientales especiales que requiere el compostaje.
Además, la ley exige que todos los productos sean fabricados con materia prima nacional, lo cual es técnicamente imposible, porque la mayoría de los productos en cualquier tipo de mezcla necesitan un porcentaje así sea mínimo de materia prima virgen para la homogeneización de la mezcla, para la manutención de las propiedades físicas y químicas que tiene el producto plástico. Según Botero, estos errores y falta de precisión en la ley complican aún más su implementación y cumplimiento.
La necesidad de una política de manejo de residuos
Un punto crítico en la discusión sobre la prohibición de plásticos de un solo uso es la necesidad de una política efectiva de manejo de residuos. Según Botero, en lugar de prohibir los plásticos, el país debería enfocarse en mejorar la gestión de residuos sólidos, promoviendo la separación en la fuente y el reciclaje.
En Colombia, miles de toneladas de basura se entierran diariamente debido a la falta de una política eficiente de manejo de residuos. Según Botero, implementar una política que fomente el reciclaje y la reutilización podría ser una solución más efectiva y sostenible que la simple prohibición de los plásticos de un solo uso.
Experiencia internacional
Botero también comparó la situación de Colombia con otros países. Mencionó que en Europa algunos países están revirtiendo las leyes que establecen impuestos a los plásticos debido a su ineficacia y al impacto negativo en la economía. En Suecia, por ejemplo, se han eliminado los impuestos a los plásticos de un solo uso debido a la falta de sustitutos viables y a la educación y responsabilidad de los ciudadanos en la gestión de residuos.
En contraste, Colombia está comenzando con la moda de la prohibición de plásticos, una medida que Botero considera populista y electoralista. La experiencia de otros países sugiere que la prohibición de plásticos no es la solución más efectiva para abordar los problemas ambientales.
Momento crítico para la industria del plástico en Colombia
Andrés Botero considera que la Ley 2232 es antitécnica, absurda y perjudicial para la industria del plástico en Colombia. Según Botero, la falta de sustitutos viables y las numerosas excepciones demuestran que la prohibición de plásticos de un solo uso no es la solución adecuada para el problema ambiental.
Botero insta al gobierno y a los legisladores a reconsiderar la ley y a enfocarse en soluciones más prácticas y sostenibles, como la implementación de una política efectiva de manejo de residuos y el fomento del reciclaje. Solo de esta manera se podrá abordar de manera efectiva el problema de la contaminación por plásticos sin perjudicar a la industria y al empleo en el país.
La entrada en vigor de la Ley 2232 el próximo 7 de julio de 2024 será un momento crítico para la industria del plástico en Colombia. La implementación y regulación adecuada de la ley será clave para minimizar su impacto negativo y asegurar una transición sostenible hacia un futuro sin plásticos de un solo uso.