Plásticos de un solo uso: una verdad mucho más que incómoda
Cámara Ambiental del Plástico
La Cámara Ambiental del Plástico representa a más de 100 empresas del sector polietileno, poliestireno, polipropileno y poliuretano, fabricantes de productos plásticos, maquinaria, equipos y aditivos para la industria y comercio en Colombia.
Si no fuera por el plástico, el calentamiento global se hubiese anticipado hace décadas y, si lo prohibimos hoy, vamos a acelerar el calentamiento global exponencialmente porque todos los posibles sustitutos son mucho más dañinos para el medio ambiente. Esta es la explicación.
Migrar a otros materiales para sustituir el plástico puede acabar con miles de especies animales y vegetales, incrementando el consumo de agua potable de forma desproporcionada. desbordando la presión sobre los recursos naturales.
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El papel, su principal sustituto, requiere que los bosques sean talados para producir las bolsas. El proceso de fabricación de bolsas de papel produce una mayor concentración de desechos químicos tóxicos en su elaboración, en comparación con los desechos casi nulos que se producen en la fabricación de bolsas plásticas de un solo uso. Además, el papel pesa mucho más y, por ello, transportarlo requiere más energía, más combustible y un mayor número de vehículos, lo cual aumenta su huella de carbono.
Una botella plástica pesa 10 veces menos que una botella de vidrio. Esto permite que los alimentos sean más fáciles de transportar y requieran menos espacio, menos combustible y menos logística. El plástico también les permite que sean más duraderos y más fáciles de almacenar, con lo cual hay menos costos de refrigeración, almacenamiento y desperdicio de recursos. Esos ahorros se traducen, además, en bienes mucho más accesibles económicamente para las personas de menores ingresos.
Los plásticos extienden la vida útil, evitando que se pudran los alimentos sin sacrificar la higiene o la frescura de los mismos. Por ejemplo, los pepinos envueltos en film transparente se mantienen frescos por 18 días en vez de 5 días. ¿Qué es peor, 1,5 gramos de envoltura plástica o pepinos enteros que se pudren y no son consumidos? Si miramos otro ejemplo práctico, el de la carne, encontramos que un empaque plástico al vacío extiende su vida de 4 días a un poco más de un mes.
En pocas palabras, el plástico nos ayuda a reducir sustancialmente los vencimientos de los alimentos, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, el consumo de agua y el consumo de energía.
A la par, se mantiene como un material maleable, higiénico, resistente, impermeable, económico, indoloro e inocuo para la salud humana y, por supuesto, altamente amigable con el medio ambiente, si sabemos disponer finalmente de él al momento de hacer la separación en la fuente de todos los residuos sólidos de los hogares, las empresas y los negocios que se encuentran en nuestro territorio.
Debemos cambiar el debate paradigmático de la prohibición de los plásticos para buscar una verdad más elevada, que nos lleve a la fabricación de plásticos amigables con el medio ambiente que se biodegraden en pocos años y que nos permitan garantizar un entorno mejor para las futuras generaciones.
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