Presidente Petro, el aumento del precio de la gasolina afecta a las clases pobres y medias
Diego Otero
Ingeniero eléctrico de la Universidad de los Andes y PhD en Economía de la University of Pennsylvania. Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica (ACECRI) y miembro de la junta directiva de la Academia de Ciencias Económicas (ACCE).
No son capaces de romper con el neoliberalismo
Como si no estuviera pasando nada en el país y la aprobación del presidente Gustavo Petro no fuera de apenas 32%, los ministros de Hacienda y de Minas decidieron aumentar el precio de la gasolina en 600 pesos el galón, castigando a los estratos medios y bajos y a la competitividad de la economía colombiana, todo para darles gusto a las agencias internacionales y a los ortodoxos.
No han sido capaces de tomar la decisión de acabar con el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) a través de una ley, porque desafortunadamente en el Plan Nacional de Desarrollo lo ratificaron. Es impresionante cómo la ortodoxia económica domina el gobierno de un supuesto cambio. Y este artículo del Plan Nacional de Desarrollo fue aprobado por los parlamentarios del Pacto Histórico.
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Mientras tanto, en Brasil bajan los precios de las gasolinas porque Lula es consciente del papel de los precios de los combustibles en los bolsillos de los brasileños y en el efecto negativo que tienen en los costos de las empresas.
Las clases pobres, medias y rurales son las más afectadas con el aumento en el precio de la gasolina
El presidente Gustavo Petro justifica aumentar el precio en 600 pesos el galón dizque porque esto es necesario, ya que se está subsidiando a los ricos y se necesitan estos recursos para el gasto social.
Nada más equivocado, señor Presidente, que esta afirmación. Ya lo he mostrado con datos, que hay casi 19 millones de vehículos en 2023, de los cuales 3,8 millones son automóviles. De estos, la mayoría son utilizados por los estratos 1 a 4. Además, hay 11 millones de motos que son usadas fundamentalmente por los pobres y las clases medias. Y, además, la gasolina se consume en las zonas rurales para todo tipo de actividades.
En el cuadro 1 se hacen unos estimativos provisionales del consumo de gasolinas por estratos y motocicletas, teniendo en cuenta un consumo de 50 millones de barriles en 2022 y datos del parque automotor de 2023. Se toma la distribución de los automóviles y motos por estratos, según un estudio del BBVA para 2018 (ver enlace).
Los resultados dependen de los siguientes parámetros: recorrido promedio en kilómetros, rendimiento de combustibles en galones y litros, número de motocicletas y carros según estratos 1 a 4 y 5 y 6.
Este es el ejercicio que hay que hacer para poder establecer las consecuencias de una política de precios de las gasolinas, lo cual no es normal en Colombia, sino que siempre se acude a especulaciones o a afirmaciones sin ningún sustento estadístico. Esto es lo que ocurre con el tema de las gasolinas, que se dice que es un consumo de ricos, sin ninguna prueba.
Como se muestra en el cuadro 1, la gasolina es consumida en un 18,9% por los estratos 5 y 6; en 29,6% por los estratos 1 a 4; en 37,8% por los motociclistas y en 13,8% por el resto, que comprende camperos, camionetas, maquinaria, remolques, micros, buses. Muy grave el impacto negativo sobre las motocicletas, es decir para los pobres y los estratos medios-bajos. ¡Qué insensibilidad social!
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Es decir, que 86,2% del consumo de la gasolina en 2023 corresponde a los estratos pobres y medios y a otros usos, varios de los cuales son del sector agropecuario.
La situación es más grave porque en el consumo de las gasolinas hay 3 millones de barriles de gasolina extra que en su mayor parte se concentra en los estratos 5 y 6, por lo cual el efecto es mayor para el resto de los usuarios.
POR LO TANTO, LA GASOLINA NO ES CONSUMO DE LOS RICOS.
Cuadro 1 Consumo de gasolinas para automóviles y motos
Fuente: cálculos del autor con base en información de UPME, Runt, Andemos y BBVA.
Un gobierno progresista no puede ser insensible socialmente
Es muy grave lo que está ocurriendo con los precios de los energéticos. Qué mejor que tener un gobierno que se dice de izquierda, para justificar políticas antipopulares con el cuento de que son parte del cambio social.
En verdad, el gobierno de Petro no es de izquierda (él mismo lo ha dicho, hay que creerle), sino que es una izquierda Fucsia y de ideología Woke o, como dice la politóloga Nancy Fraser, es el neoliberalismo progresista.
Es una verdadera desgracia que este gobierno siga las mismas políticas de Uribe, Santos y Duque y no le dé vergüenza. ¿Será que no conoce las cifras de los efectos de los precios de los combustibles?
Bueno, puede ser, porque la ignorancia en los temas energéticos de la ministra de Minas y del ministro de Hacienda es evidente. ¿O será por razones ideológicas, para complacer al FMI, el Banco Mundial, la OCDE y a la ortodoxia nacional y mundial?
No podrán subir más los precios como quieren
Afortunadamente para la ciudadanía, por la caída en los precios del petróleo y la revaluación del peso colombiano ya se está cerca —en menos de 2.500 pesos— del llamado costo de oportunidad utilizado por este gobierno seudo-izquierdista.
Hace varios meses, hablábamos de un precio según el concepto de los neoliberales, de 18.000 pesos el galón, hace más de una semana estimábamos menos de 16.000 pesos el galón, y ahora podríamos hablar por debajo de 15.000 pesos el galón. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado porque predecir el precio internacional del petróleo es una aventura y puede subir, lo mismo que la tasa de cambio.
Pero, de todas maneras, aumentar el precio de la gasolina corriente de 12.367 pesos en junio a más de 15.000 pesos es un incremento fuerte. Si esto se cumple, en el gobierno del cambio el precio de la gasolina habría subido casi 60%.
¿Seguirán con la excusa de que los precios de la gasolina favorecen a los ricos para aumentarlo? ¿Se atreverán a incrementar el precio del diésel? ¿Qué argumentos darán? ¿Que el diésel lo utilizan los ricos?
No queda más remedio que la calle, que es la que manda al final
Hay que protestar. Es una lástima que el pueblo colombiano no tenga los ánimos de los pueblos de otros países como Ecuador, Perú, Chile en el pasado y Francia, y no salga a protestar. Y esto lo aprovechan los gobiernos de derecha y las izquierdas Fucsia y Woke. Y los parlamentarios del Pacto Histórico calladitos.
Parece que la única alternativa para cambiar la situación es protestar en la calle porque la clase política en su conjunto —derecha, centro y seudo-izquierda— está de acuerdo en golpear a los colombianos y a la economía, e igual el gobierno del cambio con su ortodoxo ministro de Hacienda.
Como intelectual independiente de izquierda protesto porque no votamos por esto.