Propiedad de la tierra en Colombia: las mujeres rurales siguen rezagadas
La distribución de la tierra en Colombia siempre ha sido parte del debate público, debido a que, como lo dice el DANE, hay “muy alta concentración de tierra en muy poca población”. Sin embargo, varios temas relacionados se han abordado poco, y uno de ellos es el de la tenencia de tierra por parte de las mujeres.
Con el fin de visibilizar las brechas de género en la propiedad de la tierra rural en el país, y de conocer el estado actual de los predios de las mujeres en zonas vulnerables, el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE) publicó este año una nota estadística sobre la propiedad de la tierra en las zonas rurales de Colombia con perspectiva de género.
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El DANE desarrolló este informe estadístico, así como su metodología de recolección de los datos, en conjunto con ONU Mujeres. Según el Gobierno, este es el primer análisis cuantitativo del DANE que contiene “información con perspectiva de género para el tema de la propiedad y características de la tierra en zonas rurales”.
El estudio concluyó que las mujeres acceden menos a la propiedad de la tierra y sus predios son más pequeños. Además, la mayoría de estos predios tiene un uso habitacional, debido a las pequeñas áreas de las que son propietarias.
Presentamos algunos de los hallazgos.
Distribución de la propiedad rural entre hombres y mujeres
Según la nota estadística del DANE, el 63,7% de los predios tiene a un hombre como titular, y el 36,3% restante tiene a una mujer. Además, 18 de los 32 departamentos del país están por debajo de esta media nacional.
En los departamentos de Vaupés, Bolívar, Guainía y Caquetá las mujeres no superan el 30% de participación en la titularidad de los predios.
En contraste, la mayor participación de las mujeres en la titularidad se presenta en el departamento del Atlántico, donde las mujeres alcanzan el 45,7% del dominio jurídico de los predios y los hombres un 54,3%.
Esto es relevante porque, de acuerdo con el DANE, la menor participación en la titularidad de la propiedad significa menor autonomía económica de las mujeres y, quizás, menor posibilidad de desarrollar sus proyectos de vida.
En cuanto a la titularidad compartida, el estudio evidenció que en el 47,4% de los predios rurales del país la titularidad es compartida. En 6 de los 32 departamentos, la titularidad compartida es superior a la media nacional.
El Quindío es el departamento con más titularidad compartida. Allí, la copropiedad alcanza el 62,5% de los predios. Le siguen Guainía, con un 60%, y Boyacá y Santander con un 59%. Lo anterior contrasta con los departamentos de Vaupés, Chocó y Putumayo, en donde más del 75% de los predios tienen un único propietario.
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¿Cómo son los predios de las mujeres rurales?
La nota estadística encontró que las mujeres tienen menos predios que los hombres y que sus predios son más pequeños. Los predios con áreas menores a las 3 hectáreas (microfundios) concentran el 72,1% de la propiedad femenina, porcentaje que cae al 62,1% en el caso de los hombres. En cuanto a la propiedad de tamaño mediano los hombres son propietarios en un 11,3% frente a un 7,0% en el caso de las mujeres.
Otro hallazgo importante consiste en que los predios de las mujeres rurales son usados en su mayoría para vivienda. Este uso predominantemente habitacional no solo se debe su reducido tamaño, sino también a la dificultad que tienen las mujeres de acceder a la asistencia técnica, al crédito y a los programas institucionales de capacitación, transferencia y asistencia para la generación de competencias agropecuarias.
Así son las mujeres propietarias de los predios
El nivel educativo, el reconocimiento étnico, la edad y la ocupación fueron algunas de las variables analizadas por el Estado colombiano.
Llama especialmente la atención el envejecimiento de la población rural propietaria. De acuerdo con el DANE, las mujeres propietarias tienen en promedio 56 años y los hombres 57 años.
Las propietarias con una edad media igual o inferior a los 50 años se concentran en los departamentos de Meta, Casanare, Arauca, Vichada y Guaviare. Por su parte los departamentos en donde la titularidad se concentra en mujeres mayores de 57 años son Bolívar, Córdoba y Vaupés.
Según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018, en la zona rural del país el 3,4% de los titulares de tierra se reconoció como indígena y el 2,9% como población Negra, Afrodescendiente y Raizal (sin incluir los predios de titulación colectiva que les corresponden a las comunidades).
En ese orden, el Chocó tiene la mayor brecha entre hombres y mujeres con autorreconocimiento étnico en titulares de predios. En este Departamento, los hombres propietarios que se reconocen como negros, afros, raizales o palenqueros ascienden al 28,5%, porcentaje que cae al 18,5% entre sus pares femeninas.
En cuanto a los indígenas, la brecha es mayor en el Vaupés. Allí, los hombres que se reconocen como indígenas representan el 18,5% de los propietarios, frente al 12% de sus pares femeninas.
Una mirada a la realización de oficios del hogar muestra que en 19 de los 32 departamentos más del 50% de las mujeres rurales propietarias realizaron oficios del hogar como actividad principal. Esto es importante porque contribuye a seguir viendo a la mujer en la esfera doméstica y esto, según el DANE, puede estar relacionado con la menor posibilidad de realizar actividades agropecuarias.
Por último, en cuanto al nivel educativo, los departamentos con una mayor proporción de mujeres propietarias que cuentan con niveles educativos superiores son el Quindío (49,2%), Atlántico (47,3%), Amazonas (45,5%), Archipiélago de San Andrés y Providencia (43,8%), Meta (39,3%) y Valle del Cauca (35,0%).
Por su parte, el departamento del Vaupés presentó la mayor proporción de mujeres que cuentan solo con nivel educativo de primaria (alrededor del 70%). Este departamento también presentó la mayor brecha de titularidad de los predios entre hombres y mujeres.
Estos resultados muestran la importancia que tiene la formación y la inclusión educativa en niveles técnicos y superiores para brindar herramientas a las mujeres rurales que les permitan tener una mayor independencia económica, conocimiento de sus derechos y mayores garantías para figurar como dueñas de los predios, como lo explicó el DANE y ONU Mujeres en el documento.
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