Estudios indican que el riesgo geopolítico SÍ impactala valoración de las empresas e influye en su relocalización

Javier Andrés Arango A.
Politólogo, Magister en Estudios Internacionales. Investigador de Geopolítica en Contexto.
El modelo económico internacional basado en el libre comercio atraviesa en la actualidad un nuevo periodo de crisis donde todos los factores geopolíticos y económicos adquieren un peso sustancial, influyendo en sectores como el empresarial y el comercio a nivel global.
De acuerdo con el estudio denominado “geoeconomic fragmentation and firms’ financial performance”, las empresas con mayor exposición al riesgo geopolítico están experimentando mayores probabilidades de incumplimiento en sus obligaciones comerciales y financieras, menores valoraciones en los mercados e incremento en los costos de financiamiento. Asimismo, están afrontando decisiones de relocalización de sus capitales. Veamos en detalle.
Una crisis multicausal
El modelo de libre comercio, que tuvo a Estados Unidos como su principal promotor por casi tres décadas, afronta una crisis multicausal con fenómenos asociados a la disminución de la tasa de ganancia del capital, disputas comerciales entre Estados Unidos y China, restricciones en los flujos comerciales debido a la pandemia por Covid-19 y, más recientemente, los conflictos de orden geopolítico en el este de Europa y en Medio Oriente.
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Las empresas y el comercio internacional son sectores altamente vulnerables de manera directa e indirecta. Tras los impactos en las cadenas globales de suministro, restricciones en los flujos comerciales y la obligación de asumir nuevos modelos de operación, muchas empresas han comenzado a optar por cadenas operativas con menores riesgos, rutas de transporte más cortas y relocalización de fábricas. Estamos asistiendo al regreso de las propuestas de orden proteccionista.
Comprendiendo el fenómeno con nuevas metodologías
Para conocer el grado de vulnerabilidad y exposición que tienen las empresas a factores asociados al riesgo geopolítico, los investigadores utilizaron una metodología que combina dos fuentes:
En primer lugar, la calificación anual del riesgo político desarrollada por la Guía Internacional de Riesgo País (ICRG). Esta guía evalúa los países con una puntuación que varía de 0 a 100, donde las puntuaciones más altas son asociadas con niveles de riesgo más bajos.
Para ello, tiene en cuenta 12 dimensiones: estabilidad del gobierno, condiciones socioeconómicas del país, perfil de inversión, conflicto interno, conflicto externo, corrupción, intervención militar en la política, tensiones religiosas, ley y orden, tensiones étnicas, responsabilidad democrática y calidad de la burocracia.
En segundo lugar, los investigadores utilizan los datos de las empresas que permiten rastrear su ubicación geográfica por sus informes sobre ingresos corporativos, así como de las empresas y sociedades incluidas en los índices bursátiles S&P500 y Eurostoxx 600.
La combinación de las dos fuentes permite crear una medida que analiza el grado de exposición al riesgo geopolítico de las empresas.
Los resultados de los estudios
Según datos del informe, la puntuación de riesgo promedio global ha disminuido con el tiempo (es decir, el riesgo geopolítico aumenta) y muestra una alta variabilidad entre países, con una puntuación de riesgo geopolítico que oscila entre 30 y 90 puntos sobre 100.
Los puntajes geopolíticos más bajos generalmente se asocian con las economías avanzadas (países occidentales, Japón, Australia, Corea del Sur), mientras que la mayoría de las economías emergentes exhiben un mayor riesgo geopolítico.
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Este resultado concuerda con la evidencia, la cual indica que las empresas analizadas en los índices bursátiles S&P 500 y el Eurostoxx tienen sus sedes en países con un riesgo geopolítico generalmente más bajo.
Además, la tendencia indica que dichas empresas están optando por retornar sus fábricas e inversiones desde países con alta vulnerabilidad al riesgo geopolítico, hacia países donde se encuentran sus casas matrices o al menos donde el riesgo disminuye.
Conclusiones y aprendizajes
En tiempos en los que la inestabilidad geopolítica escala a mayor velocidad, las empresas y el comercio son sectores altamente vulnerables de manera directa e indirecta. Para hacerles frente, muchas de ellas definen cambios en sus modelos de operación y proyección financiera a corto y mediano plazo, y optan por cadenas operativas con menores riesgos, rutas de transporte más cortas y relocalización de fábricas.
Economías cuyo nivel de dependencia al capital extranjero es superior (como el caso de Colombia y la mayoría de los países de América Latina y el Caribe), son más vulnerables a procesos de pérdida de capitales por relocalización de fábricas, sedes empresariales y fuga de capitales, entre otros.
Los gobiernos de países como Colombia, que tienen una mayor exposición a efectos indirectos por vaivenes geopolíticos, deben considerar un plan orientado a proteger el capital externo e interno que tiene nicho de producción nacional y genera riqueza en el país.
Al tiempo, y de manera primordial, deben estructurar un plan de fomento industrial local de la mano de los sectores público y privado, promoviendo acuerdos comerciales internacionales que permitan la transferencia de conocimiento y tecnología en beneficio de la creación de riqueza y producción nacional. Solo de esta manera, promoviendo el tejido empresarial local y los acuerdos comerciales en pie de soberanía y con modelos win-win de ganancia recíproca, se logrará superar periodos de crisis global como el que actualmente atravesamos.