San Andrés y Providencia ganaron un segundo fallo que poco se conoce y que protege su biodiversidad

Andrés Pachón
Abogado investigador, magíster en Derecho Público con experiencia en litigio estratégico. Medio ambiente, derechos y desarrollo. Twitter: @AndresPachonTor
Esta semana el país recibió una gran noticia: el fallo de la Corte Internacional de Justicia de la Haya en el que se negaron las pretensiones de Nicaragua de expandir su mar territorial sobre nuestras aguas y subsuelo marítimo.
Se protegió nuestra soberanía y el aprovechamiento de los isleños sobre importantísimos recursos naturales. Como país tenemos grandes motivos para festejar este triunfo de nuestra nación.
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Tenemos, además, otra buena noticia de la que poco se habla. Recientemente, se expidió otro fallo en favor de San Andrés y Providencia, que puso freno a una iniciativa que dañaría el frágil ecosistema de la región.
La historia de la estación guardacostas en plena Reserva de Biósfera Seaflower
Se trata de una base guardacostas que la Armada Nacional pretende construir en Providencia. Ante la innegable presencia de población raizal, se adelantó el proceso de consulta previa y la comunidad fue enfática en rechazar el proyecto y presentar sus desacuerdos, lo que bloqueó su ejecución.
Pero fue en febrero de 2021, dos meses después de que la furia del Huracán Iota destruyera el 98% de las casas e infraestructuras de la isla de Providencia, cuando la Armada, aprovechándose en forma descarada de la situación de emergencia, inició obras y construyó el muelle.
El descaro fue más allá porque la Armada lo construyó sobre un importante refugio de especies y manglares que permiten controlar la erosión, cumplen una función paisajística, mantienen la calidad del ecosistema, brindan protección de los vientos fuertes y permiten conexión con otros ecosistemas estratégicos.
El refugio que la Armada pretendía arrasar alberga además especies de importancia local y nacional, y es un sitio de importancia social, económica y cultural para sus habitantes.
La comunidad raizal, liderada por sus pescadores tradicionales, entre ellos Edgar Jay Stephens, Santiago Taylor Jay y Marcela Ampudia Sjogreen, se movilizó y presentó una acción popular que hace pocos días fue fallada en favor del pueblo de Old Providence. La justicia ordenó destruir el muelle.
El fallo en favor de San Andrés y Providencia
Por dos sustanciales razones, el Tribunal Administrativo de San Andrés y Providencia ordenó cancelar el proyecto y abstenerse de hacer cualquier construcción (Link 1).
La primera, amparó el derecho a un medio ambiente sano, pues las obras iban a destrozar un área protegida destinada a la conservación. El 97% del territorio donde la Armada pretendía adelantar el proyecto estaba clasificado como zona de manglar, buffer de manglar, drenaje de Gully y zona de playa, incluyendo la desembocadura del río Bowden Gullie. Estos elementos hacen parte del núcleo de la Reserva Seaflower, la más grande de su tipo en Colombia y en todo el Caribe, que fue reconocida por la Unesco en el 2000 por su gran valor ambiental y paisajístico.
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Además, el proyecto se adelantaba contrariando el Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT), según el cual toda la zona tiene como destinación la conservación de la riqueza natural, como lo señaló la Corporación Autónoma de San Andrés, Providencia y Santa Catalina CORALINA, y que la Armada desconoció abiertamente, “a sabiendas de las restricciones jurídicas y los impactos [socioambientales] determinados”, se afirma en el fallo.
La Armada también incumplió sistemáticamente sus cargas y obligaciones y omitió estudios, riesgos y compensaciones. Frente a esto, el Tribunal reiteró la importancia de aplicar los principios de prevención y precaución, fundamentales en materia ambiental.
De Providencia a Gorgona
Es inevitable comparar el fallo en favor de San Andrés y Providencia con el caso del Parque Nacional Natural Gorgona. Gorgona y Providencia son áreas protegidas de inmensa riqueza natural y biodiversidad, con presencia e interacción permanente de comunidades raizales y afrocolombianas.
También en la isla de Gorgona intenta la Armada instalar infraestructura militar con muelle incluido, afectando de manera grave el medio ambiente, la integridad ecológica y los valores de conservación de esta importantísima área protegida del pacífico.
Sin duda, la Armada es una fuerza indispensable para garantizar la soberanía en el territorio costero e insular, pero sus muelles, subestaciones e infraestructura militar no pueden erigirse sobre zonas ambientales estratégicas, cuyo valor principal son los aportes biológicos que suministran en el presente y para las generaciones futuras. ¡Con mayor razón en medio de semejante crisis climática global!
La victoria de los pescadores y demás habitantes de Providencia debe abrir el camino para la victoria de Gorgona. Con unión, movilización pacífica y litigio estratégico, los raizales de San Andrés y Providencia ganaron este pulso en favor de su territorio y de los intereses ambientales de Colombia. Ahora les toca el turno de repetir la gesta a los pescadores de Guapi y Bazán, a todas las comunidades del Pacífico y a toda Colombia.
El objetivo principal de la lucha unitaria es de enorme trascendencia: que el presidente Petro cancele de manera definitiva el proyecto en Gorgona y que, por encima de un radar norteamericano que en nada responde a nuestros intereses nacionales y sí a los de la superpotencia del Norte, se imponga la protección de nuestro patrimonio natural.
Que primen la ciencia y la investigación sobre un muelle innecesario. Que prevalezcan las ballenas, tortugas y toda la biodiversidad de esta zona, por encima de una subestación que convierte un parque nacional en una base de operaciones militares.
Las generaciones futuras de Colombia agradecerán que apoyemos con todas nuestras fuerzas estas grandes acciones en defensa de nuestro patrimonio natural.