Una política a medias

Javier Díaz Molina
Economista de la Universidad Nacional de Colombia y presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) desde el junio 15 de 1997 hasta la fecha.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha presentado su “Política de Comercio Exterior para la internacionalización y el desarrollo productivo sostenible”, cuyo objetivo es “evolucionar de una economía extractivista hacia un modelo productivo descarbonizado, inclusivo, sostenible y basado en el conocimiento, para internacionalizar el aparato productivo y las regiones”.
Esta política define cinco grandes líneas de acción: i) atracción de inversión; ii) internacionalización desde los territorios; iii) integración con América Latina, el Caribe, Asia y África; iv) impulso al multilateralismo; y v) revisión de los acuerdos con Estados Unidos, México y Europa. Con esto, al final del cuatrienio del actual Gobierno, se espera generar exportaciones de bienes no minero-energéticos por más de USD 23.000 millones.
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Lo primero que se debe preguntar es si con esta política vamos a crecer en exportaciones y a diversificar los productos que vendemos al exterior. Este debería ser el principal motor para el desarrollo de esta política, para lo cual es importante trabajar articuladamente con todas las entidades que pueden intervenir en comercio exterior y en atracción de inversión.
De nada sirve tener una política con unos objetivos bien trazados, pero en la que otras carteras no estén coordinadas adecuadamente para la ejecución. La política exportadora o de comercio exterior debe ser una política de Estado, cuya responsabilidad compromete a todo el sector público, no de manera exclusiva al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
Por su parte, la internacionalización de la economía colombiana implica profundizar relaciones comerciales con nuestros socios comerciales. Los anuncios del Gobierno de reducir el consumo de gasolina para disminuir las importaciones de este bien, refleja la consideración de que exportar está bien, pero importar es malo; que para ajustar la balanza comercial es necesario reducir las compras externas, sin entender que para exportar se requiere importar.
La política tiene elementos valiosos desde el punto de vista de buscar las apuestas productivas regionalmente, así como diversificar mercados, pues esto nos permitiría incrementar el número de empresas exportadoras en el país.
Sin embargo, estas líneas de trabajo no son nuevas, son elementos que se han venido trabajando desde años anteriores, por lo que el reto es grande para que este nuevo enfoque logre profundizar la internacionalización del país.
El país no tiene una estructura empresarial que esté pensando en el mercado exportador. Las pequeñas y medianas empresas del país se sienten cómodas vendiendo en el mercado interno, en donde no tienen una serie de restricciones regulatorias que hacen que las compañías declinen en su intención de exportar. Es fundamental trabajar en facilitación del comercio y mejoras regulatorias que les permitan a las empresas realizar su labor exportadora de una manera expedita.
Es preciso acompañar esta política con una desregulación del sector, que pasa por la modernización de la DIAN y la expedición de una nueva normativa aduanera que, con tecnología y gestión del riesgo, facilite las operaciones de comercio exterior.
Cuenten con Analdex para trabajar en pro de las empresas y su desarrollo, lo cual traerá beneficios en términos de ingresos y empleos para las distintas regiones del país.