Alertan sobre contaminación de mercurio en fauna marina y comunidades indígenas de Latinoamérica
El mercurio está dejando una huella preocupante en los ecosistemas latinoamericanos y genera nuevas preguntas sobre su impacto en la vida silvestre y humana.
La contaminación de mercurio se ha convertido en una de las principales amenazas ambientales en Latinoamérica. Varios estudios realizados por Mongabay, una organización de noticias medioambientales, revelan su presencia en tortugas, delfines, tiburones, peces e incluso insectos, lo que muestra una crisis que impacta tanto la biodiversidad como la salud humana.
El metal pesado, utilizado principalmente en la minería de oro, se acumula en los ecosistemas y se propaga por aire y agua, para afectar a especies terrestres y marinas.

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Contaminación de mercurio en tortugas del Pacífico
En Rapa Nui, Chile, un estudio liderado por la doctora Rocío Álvarez Varas detectó niveles récord de contaminación de mercurio en tortugas verdes (Chelonia mydas). Durante seis años, el equipo analizó 52 ejemplares y encontró alteraciones en el sistema inmunológico y reproductivo, así como deficiencias nutricionales.
Los investigadores atribuyen la presencia del metal a restos de peces grandes descartados por la pesca artesanal, en especial el atún, que acumula mercurio durante sus migraciones por el Pacífico.
Las tortugas jóvenes, que permanecen más tiempo en la zona, presentan mayor vulnerabilidad. Según el estudio, las concentraciones halladas están entre las más altas del mundo para esta especie, lo que compromete su supervivencia a largo plazo.
Delfines con altos niveles de mercurio
En la Amazonía y la Orinoquía colombiana, delfines rosados (Inia geoffrensis) muestran signos alarmantes de contaminación de mercurio. Allí, detectaron concentraciones de hasta 36,89 miligramos por kilogramo, lo que supera en más de 30 veces el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los delfines analizados también presentaron neumonías, lesiones cutáneas y bacterias resistentes a antibióticos. Los investigadores relacionan estos efectos con el uso del metal en la minería ilegal del Arco Minero del Orinoco, en Venezuela, y con el arrastre natural de sedimentos contaminados.
Los incendios y el aumento de temperaturas en 2023 agravaron los cuadros respiratorios y causaron la muerte de más de 300 ejemplares en Brasil, lo que encendió alertas regionales.
Dentro de las medidas propuestas para mitigar la contaminación de mercurio fueron:
- Reducción de la deforestación que facilita el arrastre del metal.
- Implementación de tecnologías mineras sin mercurio.
- Diversificación del consumo de peces para reducir la exposición.
- Creación de programas de monitoreo toxicológico en fauna y humanos.

Tiburones contaminados en el Pacífico colombiano
La Fundación Malpelo identificó contaminación de mercurio en siete especies de tiburones del Pacífico colombiano, entre ellas el tiburón martillo (Sphyrna lewini) y el tiburón zorro pelágico (Alopias pelagicus). Ambos superan los límites permitidos por la OMS y la FAO, y figuran En Peligro Crítico debido a la sobrepesca y al aleteo.
El metal llega al océano desde zonas mineras auríferas, especialmente en Chocó y la Amazonía, donde es utilizado en la extracción ilegal de oro. Arrastrado por los ríos hasta el mar, el mercurio se transforma en metilmercurio, una sustancia altamente tóxica que se acumula en la cadena alimenticia. Las hembras transfieren parte del metal a los embriones, que luego afectan su desarrollo y reducen las tasas de supervivencia.
La contaminación de mercurio también es un riesgo sanitario para las comunidades costeras que consumen carne de tiburón, ya que puede causar daños neurológicos y afectar la memoria y el sistema nervioso.
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Afectaciones en insectos amazónicos
En Perú, la bióloga Elena Chaboteaux lidera una investigación sobre los efectos de la contaminación de mercurio en insectos de la Amazonía, especialmente en la región de Madre de Dios.
Los resultados indican que especies como el escarabajo Coprophanaeus telamon alcanzan niveles de hasta 30 ppm en áreas mineras, lo que altera su metabolismo y capacidad reproductiva.
El estudio demostró que incluso en zonas protegidas como el Parque Nacional del Manu se detectan trazas de mercurio, lo que confirma su dispersión atmosférica. La afectación de insectos amenaza procesos ecológicos clave como la polinización, la descomposición y la regeneración vegetal.

Monitoreo indígena y peces contaminados en Colombia
Tres resguardos indígenas —Mocagua, El Itilla y La Victoria— realizaron un monitoreo en la Amazonía colombiana y encontraron contaminación de mercurio en hasta el 28% de los peces analizados. Las especies carnívoras, como la piraña y el bocón, registraron las concentraciones más altas, mientras que los peces herbívoros mostraron niveles bajos.
El proyecto, apoyado por la Sociedad Zoológica de Frankfurt, demostró que el mercurio viaja por aire y agua desde regiones mineras del Perú y Brasil. Los pueblos indígenas alertan sobre los riesgos para su salud y seguridad alimentaria, pues el consumo de peces contaminados es una práctica cotidiana.
Una amenaza que cruza las fronteras
La contaminación de mercurio no distingue fronteras. Desde los océanos hasta los bosques amazónicos, el metal se acumula y pone en riesgo la biodiversidad y la salud de las comunidades humanas, además de los animales.
Los científicos advierten que, sin acciones coordinadas y controles efectivos, la exposición continuará aumentando en toda Latinoamérica y podría afectar tanto a las especies centinela como a las poblaciones que dependen del agua y la pesca para sobrevivir.