Así ayudan más de 1300 cámaras trampa a entender la biodiversidad en Colombia
De acuerdo con un reciente artículo de Mongabay, ciencia y comunidades impulsan un proyecto tecnológico con cámaras trampa para proteger la biodiversidad en Colombia.
En un artículo publicado por el medio de comunicación ambiental Mongabay Latam, representantes de la Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible (Asocars), del Instituto Humboldt y de la organización Conservación Internacional (CI) explican cómo instituciones científicas, autoridades ambientales, organizaciones civiles y comunidades locales se han articulado en un proyecto nacional que combina ciencia participativa, inteligencia artificial y el uso de cámaras trampa para fortalecer el monitoreo de la fauna silvestre y la biodiversidad en Colombia.
Esta iniciativa, conocida como Red Otus, busca recopilar información precisa sobre las especies y orientar decisiones de conservación en un país reconocido como el segundo más biodiverso del mundo.

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Monitoreo de la biodiversidad en Colombia con participación comunitaria
El proyecto tiene como base la colaboración de más de 1300 cámaras trampa distribuidas en diferentes regiones del país. Estas herramientas capturan imágenes de especies sin interferir en su comportamiento y permiten conocer qué animales habitan en determinadas zonas, incluso en aquellas donde nunca se había registrado su presencia.
Además del componente tecnológico, el trabajo con las comunidades es esencial. Las autoridades ambientales sostienen que el monitoreo participativo no solo ayuda a recopilar datos, sino que fortalece la relación entre las poblaciones locales y la biodiversidad en Colombia. En muchos casos, ver a especies consideradas peligrosas a través de las imágenes cambia la percepción que las personas tienen sobre ellas y favorece su protección.
Un ejemplo se registró en Antioquia, donde una familia utilizó estas cámaras para identificar al responsable de la muerte de un animal de su finca. El hallazgo de un jaguar transformó el miedo inicial en comprensión del rol que cumple esta especie en el ecosistema.
¿Cómo se procesará la información?
A lo largo de la historia, el análisis de los datos recolectados ha sido una tarea lenta. Por ello, este proyecto incorporará inteligencia artificial mediante la plataforma Wildlife Insights, que identifica automáticamente las especies captadas por las cámaras trampa.
Esta tecnología reducirá el tiempo de procesamiento y permitirá a las autoridades disponer de información útil en menos tiempo. Los resultados podrán indicar cuántas especies se registraron, cuántas pertenecen a determinados grupos (como aves o mamíferos) y cuáles son las áreas con mayor actividad biológica.

Son varios los beneficios con los que contribuye este monitoreo. Algunos son:
- Creación de bases de datos actualizadas para estudios científicos.
- Disponibilidad rápida de información para la toma de decisiones ambientales.
- Posibilidad de compartir registros entre distintas instituciones y proyectos.
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Áreas con escasa información, un reto pendiente para la biodiversidad
Aunque la biodiversidad en Colombia ha sido estudiada en varias zonas, aún existen regiones con poca información, como la Amazonía, la Orinoquía o el Chocó biogeográfico. El proyecto busca cubrir estos vacíos con el apoyo de asociaciones campesinas y grupos locales, lo que permitirá diseñar estrategias de conservación más efectivas.
Asimismo, las comunidades serán clave en la creación de acuerdos para proteger corredores biológicos y zonas de bosque, para defender áreas de uso sostenible y espacios intangibles donde no se permite ninguna intervención.
Un caso relatado en el artículo, mostró la importancia de estos esfuerzos: en 2022, en el Huila, se registró por primera vez un jaguar mediante cámaras trampa, y meses después se documentó la presencia de cuatro ejemplares, lo que confirmó la conectividad entre distintos ecosistemas.

Desafíos en zonas de conflicto
Por otra parte, monitorear la biodiversidad en Colombia en áreas afectadas por conflictos armados o presiones socioambientales es otro de los principales desafíos. Actividades como la minería ilegal, la expansión agrícola y la tala siguen afectando los hábitats naturales. Además, la presencia de grupos armados limita el acceso de investigadores y técnicos.
A pesar de estas dificultades, el objetivo es ampliar el alcance del proyecto para instalar hasta 2000 cámaras trampa en el futuro. Esto permitiría cubrir más áreas estratégicas y obtener información detallada sobre la distribución y el estado de las especies.
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