Cuidado con el falso «Bono Mujer»: estafa digital que se hace pasar por subsidio del Gobiernoc
La trampa detrás del falso “Bono Mujer”
Desde inicios de julio, cadenas por WhatsApp y publicaciones en redes sociales comenzaron a difundir el supuesto lanzamiento de un “Bono Mujer” entregado por el Gobierno colombiano. Los mensajes incluían enlaces que imitaban portales oficiales, imágenes con logos de Prosperidad Social y un formulario para supuestamente acceder al beneficio.
El Departamento de Prosperidad Social (DPS) desmintió la información y advirtió públicamente que se trata de una estafa. “No existe ningún programa llamado Bono Mujer. Esta es una noticia falsa que busca obtener datos personales y bancarios de los ciudadanos”, aseguró la entidad en un comunicado oficial.
Pese a las aclaraciones, el mensaje ha seguido circulando y captando la atención de miles de personas, muchas de ellas mujeres en situación de vulnerabilidad que esperan con urgencia algún tipo de ayuda por medio de los subsidios del Gobierno Nacional.
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Fake news que lucran a personas inexcrupulosas con la desesperación
La circulación de noticias falsas sobre ayudas sociales no es nueva, pero se ha intensificado en los últimos meses. Expertos en seguridad digital advierten que estos contenidos explotan la desigualdad y el desconocimiento. En muchos casos, las personas comparten estos mensajes creyendo que ayudan a otros, sin saber que están difundiendo una trampa. Las consecuencias van desde el robo de datos hasta la instalación de software malicioso.
En medio de la desesperación y la esperanza, los más hábiles pescan en río revuelto. Según el DANE, entre 2023 y 2024, más de 16 millones de personas vivieron en pobreza monetaria, 5,7 millones en pobreza extrema y cerca de 6 millones en pobreza multidimensional.
En este contexto, las fake news encuentran terreno fértil, justo cuando los recortes del DNP debilitan la protección social. La combinación de necesidad, desinformación y ausencia estatal facilita nuevas formas de violencia económica digital, que golpean con especial crudeza a las mujeres más empobrecidas.
Colombia, un país vulnerable a la desinformación
Colombia ocupa el tercer lugar en América Latina en exposición cotidiana a noticias falsas, según el estudio Fake News – Desinformación en Chile y LatAm, realizado por Activa en colaboración con la Worldwide Independent Network of Market Research. El informe revela que el 53% de los colombianos encuestados afirman enfrentarse a noticias engañosas o falsas todos o casi todos los días, una cifra solo superada por Brasil (60%) y Ecuador (58%).
Este alto nivel de exposición ocurre en un contexto donde las redes sociales se han consolidado como una fuente central de información, especialmente entre los usuarios de Internet mayores de 16 años. Según el informe Digital 2025: Global Overview Report, los colombianos destinan en promedio 3 horas y 25 minutos diarios al uso de redes sociales.
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WhatsApp (91,9 %), Facebook (89,1 %) e Instagram (86,3 %) se destacan entre las plataformas más utilizadas, tanto para socializar como para recibir y compartir noticias. Aunque el consumo de prensa digital y televisión tradicional sigue vigente, la velocidad, el formato y la accesibilidad han convertido a las redes sociales en un canal privilegiado para informarse —aunque también, paradójicamente, para desinformarse.
La alta dependencia de las redes sociales como fuente principal de información, combinada con climas de inestabilidad política, económica e institucional, crea el escenario perfecto para la manipulación. En Colombia, donde millones consumen noticias casi exclusivamente por plataformas sin filtros editoriales ni verificación, los límites entre hechos, rumores y propaganda se difuminan.
Este ecosistema —dominado por la inmediatez, el algoritmo y la emocionalidad— no fortalece el debate público, sino que lo fragiliza. Combatir la desinformación exige más que llamados a verificar, esto requiere alfabetización digital, medios independientes fuertes y un Estado que garantice el derecho a la información veraz y oportuna.
El vacío que deja el recorte de subsidios
Estafas como las del supuesto «Bono Mujer» también ocurren en un contexto de profunda incertidumbre económica para las familias de menores ingresos, agudizada por los recortes sociales del Departamento para la Prosperidad Social (DPS) en 2025. La crisis fue detonada por el hundimiento de la reforma tributaria, que dejó al Presupuesto General de la Nación (PGN) desfinanciado. Como resultado, el Gobierno oficializó un recorte de 12 billones de pesos.
El impacto más fuerte recayó sobre el gasto social. El presupuesto del DPS para programas sociales se redujo drásticamente de 10,7 billones a 5,3 billones de pesos, lo que obligó a la entidad a reestructurar y eliminar varias líneas de apoyo. Aunque se priorizaron transferencias a hogares en pobreza extrema o moderada, la medida dejó por fuera a cerca de 3 millones de hogares que dependían de otros subsidios.
Entre los programas eliminados o suspendidos se encuentran la terminación de “Colombia sin Hambre”, que otorgaba ingresos mensuales de entre 200.000 y 500.000 pesos a familias en pobreza extrema; la eliminación del programa Jóvenes en Acción, actualmente renombrado; y la supresión de Renta Joven. Además, la reestructuración de Renta Ciudadana dejó sin cobertura a más de 500.000 hogares, profundizando la sensación de abandono estatal y debilitando la red de protección social en un momento de alta precariedad.
Estas decisiones no solo han incrementado el malestar social, sino que han alimentado la sensación de abandono estatal, creando el terreno ideal para que circulen desinformaciones como el falso “Bono Mujer”. En ausencia de políticas sostenidas de protección social.
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