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miércoles, 17 de diciembre de 2025
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Prepárese ante posible desabastecimiento de alimentos para los próximos días por protestas en Puente de Boyacá

La tradicional celebración en el Puente de Boyacá que conmemora la victoria del ejército libertador liderado por Simón Bolívar sobre las tropas españolas en 1819 se verá empañada este año por protestas de paperos, mineros.
Minero con chaleco naranja y casco observa el Puente de Boyacá bloqueado con carbón durante protestas.

Bogotá se encuentra en alerta máxima ante la inminente amenaza de desabastecimiento de productos alimenticios, especialmente lácteos, como consecuencia del paro minero y campesino, que ya cumple su tercer día en Boyacá y Cundinamarca.

Los bloqueos viales en puntos estratégicos de estas regiones, como el Puente de Boyacá, consideradas las principales cuencas lecheras del país, han paralizado la cadena de suministro, generando pérdidas millonarias y encendiendo las alarmas sobre el impacto directo en el consumo de los bogotanos.


La crisis en Boyacá y Cundinamarca: un panorama complejo

La situación en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca es crítica. Miles de mineros, parameros y guaqueros mantienen bloqueados importantes corredores viales en municipios como Ubaté, Sogamoso, Paipa, Ventaquemada, Tuta, Monguí, Mongua, Corrales y Tópaga.

La principal exigencia de los manifestantes es la presencia de altos funcionarios del Gobierno Nacional, incluyendo a las ministras de Ambiente y Agricultura, el director de la Agencia Nacional de Tierras y el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, para dar solución a sus justos reclamos.

El diálogo, que se había iniciado en el Puente de Boyacá, fue suspendido precisamente por la ausencia de estas figuras clave, lo que ha radicalizado la protesta.

Los voceros del movimiento han advertido que no retomarán las conversaciones hasta que sus demandas sean atendidas por los funcionarios de alto nivel. Esta postura inflexible, sumada a la llegada de más manifestantes a los puntos de concentración, augura una prolongación del paro y, por ende, un agravamiento de la situación.

Proceso de ordeño mecánico a vaca lechera en finca de Boyacá afectada por el paro agrario.
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Impacto económico: la leche, en el ojo del huracán

La Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) ha sido una de las primeras en alzar la voz ante las graves consecuencias económicas del paro. Según José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de Fedegán, el sector ganadero está perdiendo aproximadamente $1.000 millones diarios debido a los bloqueos.


Esta cifra se traduce en la imposibilidad de transformar 500.000 litros de leche al día, un volumen que representa el 2,5% del acopio nacional y que, de mantenerse la situación, podría poner en serio riesgo el consumo de leche en Bogotá.

La problemática no solo afecta la comercialización de la leche, sino que también encarece los insumos pecuarios, ya que los camiones no pueden llegar a sus destinos.

Municipios como Ubaté, el mayor productor de leche en Cundinamarca, y 35 municipios de Boyacá, entre los que destacan Chiquinquirá (77.000 litros diarios), San Miguel de Sema (44.500 litros), Saboyá (42.000), Paipa (40.500) y Ventaquemada (35.300), están sufriendo directamente las consecuencias. El volumen de leche represada corre un grave riesgo de perderse si la parálisis de la movilidad persiste.

Multitud de mineros y campesinos con cascos protestan bloqueando una vía en Boyacá durante el paro en Colombia.
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Las justas exigencias del paro minero y papero

Para Alexander Barrera, investigador de Cedetrabajo – Boyacá, señala que las problemáticas actuales son «estructurales y complejas«, atribuyéndolas a factores como la competencia desleal por importaciones y contrabando, restricciones ambientales no concertadas, deudas insostenibles, precios de producción ruinosos, barreras a la formalización, pagos pendientes, falta de políticas diferenciales, restricciones a las exportaciones y la caída del consumo interno.

Detrás de estos bloqueos hay un trasfondo de problemáticas estructurales y complejas que afectan a miles de familias boyacenses. Los mineros, que aportan cerca del 20% del PIB Industrial del departamento, demandan la reactivación inmediata de las termoeléctricas y la exportación de carbón, la reducción de impuestos y regalías, el pago de deudas por parte de Gensa (que adeuda cerca de $26.000 millones a los mineros), la agilización de la formalización minera, claridad en la transición energética y el cese de la criminalización del sector.

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Por su parte, los paperos, un sector que vincula a más de 90.000 familias, exigen del Gobierno Nacional apoyo inmediato a la comercialización con precios justos, salvaguardas de protección comercial y medidas antidumping para la papa congelada, formalización de la comercialización en plazas de mercado, fomento a la rotación de cultivos, concertación sobre la producción en las zonas limítrofes de páramo y políticas de alivio financiero.


Ambos sectores coinciden en la urgencia de medidas de fondo que eviten una crisis aún peor y que pongan fin a la inminente quiebra que enfrentan. La falta de atención oportuna a estas problemáticas no solo pone en riesgo la estabilidad de los sectores afectados, sino que también genera un alto costo social y económico para el departamento y, por extensión, para el país.

Martha Carvajalino, ministra de Agricultura, durante mesa de negociación en medio del paro nacional. Puente de Boyacá
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La postura del gobierno de Petro y la necesidad de diálogo

La respuesta del Gobierno Nacional ha sido objeto de críticas por parte de los manifestantes y analistas. Se ha señalado una tendencia a la estigmatización y el macartismo, criminalizando con palabras y discursos a quienes protestan, y desviando la atención sobre los problemas centrales. Esta actitud, lejos de propiciar una solución, ha radicalizado los conflictos.

Las mesas de concertación y diálogo, aunque validadas, no han generado los resultados esperados. Avanzan a paso lento y no se han dado las respuestas de fondo que requieren las solicitudes. Reunión tras reunión, las inquietudes se esbozan y las problemáticas se plantean, pero las soluciones y los acuerdos no llegan.

Es imperativo que el Gobierno Nacional cambie su actitud frente al conflicto y adopte medidas de fondo. La solución radica en el diálogo constante y la concertación. Es una necesidad urgente actuar con sensibilidad, diligencia y responsabilidad frente a esta coyuntura para lograr el pronto levantamiento del paro y evitar que esta situación escale, generando afectaciones más amplias sobre el resto de la economía boyacense y nacional.

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Consecuencias para Bogotá del paro y los bloqueos en el Puente de Boyacá

Si el bloqueo vial y el paro en Colombia de transportadores y agricultores se prolongan, la consecuencia directa será el aumento de precios al consumidor final en Bogotá. La capital, al depender en gran medida de los productos provenientes de Boyacá y Cundinamarca, se vería directamente afectada por la escasez y el encarecimiento de bienes básicos.

La leche y sus derivados son solo un ejemplo de los productos que podrían escasear. La interrupción de la cadena de suministro podría extenderse a otros alimentos frescos, impactando la canasta familiar de millones de bogotanos. La situación exige una pronta y efectiva intervención del Gobierno para evitar una crisis alimentaria y económica de mayores proporciones en la capital.


La ciudadanía, por su parte, debe estar preparada para posibles escenarios de desabastecimiento y aumento de precios, y mantenerse informada a través de fuentes oficiales sobre la evolución de esta compleja situación.

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