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sábado, 27 de diciembre de 2025
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Equidad en honorarios legales: armonizando justicia y competitividad

Luis Gabriel Arbeléz, Columnista, Mäs Colombia

Luis Gabriel Arbeláez Marín

Abogado Especializado en Derecho Laboral y Derecho de la Seguridad Social. Director Jurídico Arbeláez & Cristiano LLC.

En materia de honorarios legales, es importante explorar el desafío de establecer tarifas justas en el mundo legal colombiano, considerando la lealtad procesal y la colaboración entre pares.

En el complejo entramado del ejercicio del derecho en Colombia, se plantea un desafío crucial para los litigantes en cualquier rama, sin importar su experiencia, y es establecer tarifas justas. Esta cuestión va más allá de lo que las aulas enseñan y conlleva reflexionar sobre cómo garantizar honorarios legales equitativos, en un contexto en el que la lealtad procesal y la colaboración entre compañeros de ejercicio a menudo quedan relegadas.


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Este artículo pretende recordar a los colegas y a los clientes la importancia de considerar tarifas unificadas al fijar el costo de sus labores en 2023. Estas tarifas, actualizadas recientemente por el Ministerio de Justicia, trascienden las meras cifras y moldean el entorno competitivo en el cual se desenvuelve la práctica legal.

En la actualidad, estas tarifas profesionales, meticulosamente ajustadas a la situación económica, deben interpretarse como referentes que guían en medio de la competencia. Sin embargo, a pesar de su adaptación económica, estas tarifas no siempre reciben una respuesta adecuada en la dinámica entre abogados y clientes. 

Además del costo, la trayectoria del profesional del Derecho es un factor clave al establecer los honorarios, variación que debe reflejarse de manera ascendente y no descendente, pues es aquí precisamente donde surgen los dilemas éticos que tanto criticamos.

Por desgracia, en el recorrido por el mundo legal, se observa cómo es común perder clientes ante colegas que optan por tarifas considerablemente más bajas, lo cual no solo amenaza la estabilidad financiera, sino que también plantea dilemas éticos. La pregunta surge: ¿cómo preservar la integridad de la profesión cuando la tentación de reducir los honorarios para retener a los clientes se presenta?


En esta encrucijada, el concepto de colaboración entre pares, que debería sustentar la comunidad legal y que debería ser inculcada de manera prioritaria en las aulas de las facultades de Derecho, se ve eclipsado por la presión constante de mantener una base de clientes sólida. 

En este cruce de caminos, la necesidad de establecer honorarios legales justos choca con una competencia creciente. En este laberinto de soluciones, se hace evidente cómo la lealtad procesal, que debería ser la brújula moral, a veces se ve amenazada por la tentación de ceder ante las expectativas económicas de los clientes.

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Indiscutiblemente, las tablas de honorarios legales cumplen un rol fundamental al establecer directrices claras y una base sólida para la relación entre abogados y clientes. 

Sin embargo, en un entorno donde la transparencia y la ética a menudo ceden ante la competitividad, estas tarifas enfrentan dificultades para cumplir su propósito primordial. La lealtad procesal, que debería guiar cada paso, a veces se debilita por la urgencia de ganar y retener casos a cualquier costo.

En este punto, la formación legal adquiere una dimensión aún más relevante. Las facultades de derecho deben proveer herramientas no solo técnicas, sino también éticas en el tema de honorarios legales, pues la habilidad de establecer tarifas que reflejen el valor de los servicios y sean justas tanto para abogados como para clientes debe ser un pilar de la formación. 

A lo largo de la travesía legal, los desafíos van más allá de salas de tribunal y códigos y el establecer honorarios adecuados en un ambiente competitivo y mantener la lealtad procesal y la colaboración como fundamentos son temas constantes de reflexión. Al equilibrar las demandas económicas con la integridad profesional, la formación ética y la reflexión continua son herramientas cruciales para avanzar con éxito en este intrincado laberinto.


En el complejo ejercicio legal, la relación entre abogados y clientes es una colaboración. Los clientes también tienen un rol en respetar y acatar los acuerdos con los profesionales del derecho, recordando que el ejercicio es de medios y no de resultados, por lo que no debe nunca, pero nunca un abogado prometer un 100% de probabilidad de éxito en un litigio. Esto precisamente enloda el ejercicio de nuestra profesión. 

El respeto mutuo, la comunicación abierta y el apego a los acuerdos son fundamentales para mantener una relación sólida y basada en la confianza abogado-cliente. Es clave evitar que las partes se vean inmersas en procesos laborales complejos para cobrar los honorarios legales acordados o en procesos disciplinarios contra los abogados por un exceso en los cobros realizados.

Resumiendo, el ejercicio del Derecho en Colombia se presenta como un entorno complejo en el que cada decisión sobre honorarios legales puede tener impactos significativos. 

En medio de una competencia feroz, la lealtad procesal y la ética emergen como faros orientadores hacia un ejercicio profesional seguro. Mientras el laberinto de fijación de tarifas plantea desafíos, es esencial dotar a los futuros abogados no solo de conocimientos técnicos, sino también de un sistema de valores que guíe decisiones clave.