Incluir una alimentación sana y ejercicio físico en su vida diaria es más fácil de lo que cree
La alimentación sana es uno de los secretos para una vida longeva, plena y feliz. Para quienes se proponen adoptar un estilo de vida saludable las calculadoras nutricionales han tomado cada vez mayor relevancia, pues ayudan a saber la cantidad de calorías que requiere el organismo, de acuerdo con las particularidades de cada persona.
A través de la historia, incluso cuando no se conocían todos los beneficios de lograr un balance adecuado en la alimentación e incluir el ejercicio físico en la vida cotidiana, la medicina ha insistido en la importancia de mantener hábitos saludables y de comer bien. Pues bien, la calculadora Harris-Benedict ayuda a encontrar ese balance para cada persona.
Hoy en día, se conoce la relación que existe entre el intestino, el sistema nervioso y el cerebro, lo que demuestra que, literalmente, las personas “somos lo que comemos”.
Algunas recomendaciones mínimas sobre el consumo diario de alimentos
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos afirma que, “con patrones de alimentación saludables, es posible disfrutar de alimentos y bebidas que reflejen sus preferencias, tradiciones culturales y presupuesto”.
Estas son algunas de las recomendaciones del CDC para tener una alimentación sana:
- Aumentar el consumo de fibra.
- Sostener un nivel óptimo de consumo de calcio y vitamina D.
- Agregar potasio a las comidas.
- Limitar el consumo de azúcares añadidos.
- Reemplazar las grasas saturadas.
- Reducir el consumo de sodio.
- Buscar que cada plato de comida tenga diversidad en los colores.
Una alimentación sana debe ir acompañada de ejercicio físico
Además de una alimentación sana, los hábitos de una persona también deben incluir actividad física regular para lograr mejores condiciones de vida. Los especialistas recomiendan que, como mínimo, se realice ejercicio físico tres de los siete días de la semana. De esta manera, se logra el fortalecimiento de los músculos y del sistema óseo, y una mejor salud mental.
La ciencia cada vez corrobora más los beneficios de la actividad física. Estos van más allá de mantener un cuerpo estéticamente agradable, pues está demostrado que es clave para tener buena salud y llegar a la tercera edad en mejores condiciones.
Estos son algunos de los beneficios que el ejercicio físico puede traer a su vida diaria:
- Disminuye las posibilidades de sufrir de enfermedades mentales como depresión o ansiedad.
- Aumenta las posibilidades de sentirse bien consumo mismo, a través de la sensación de satisfacción por alcanzar metas cortas.
- Reduce el riesgo de diversas enfermedades, gracias a que aporta al logro de un peso saludable.
- La vejez lo recompensará con la posibilidad de aumentar la esperanza de vida y que los últimos años se puedan vivir en tranquilidad.
No existe una regla única sobre la alimentación sana, pero sí reglas mínimas
Los profesionales de la salud afirman que una alimentación sana debe ser suficiente, inocua, diversa y estar compuesta por el consumo diario de todos los grupos alimenticios: frutas y verduras, cereales integrales, carnes y legumbres, productos lácteos y grasas.
Sin embargo, ciertas condiciones en los organismos hacen que algunas personas no toleren alimentos que hacen parte de estos grupos alimenticios. Por esta razón, la dieta debe estar orientada por un profesional en la materia, que evalúe las condiciones físicas y haga recomendaciones alimentarias adaptadas a cada persona.
Frente a esto último, algunos estudios, como los publicados por el Centro Nacional de Información Biotecnológica en National Library of Medicine de los Estados Unidos, han investigado sobre la relación entre ciertas enfermedades y las condiciones obesogénicas de los individuos, utilizando las herramientas de la calculadora Harris-Benedict.
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