¿Por qué quiebran las empresas?
Diego Cabrejo
Matemático e Ingeniero Electrónico, Magíster en Matemáticas Puras, Gerente de Riesgo y Co-Founder de la Fintech Prestanza (R). [email protected]
Las estadísticas y el sentido común nos indican que una empresa puede quebrar en cualquier momento. En la mayoría de los casos la falta de dinero es la causa más común. Si tienes una empresa o estás por iniciar una, el primer mantra que debes repetir y el valor principal que debes inculcar en la cultura de tu compañía es: ¡Vender, vender, vender!
Voy a agrupar las quiebras empresariales en tres categorías, relacionadas con la madurez y el tamaño de la compañía. El primer grupo de riesgos afecta principalmente a las empresas jóvenes o pequeñas. El segundo grupo abarca los riesgos que suelen llevar a la quiebra a las empresas medianas o en expansión, que ya han alcanzado cierto nivel de consolidación. El tercer grupo de riesgos, conocidos como “cisnes negros”, puede arruinar a las empresas más grandes, incluso a países o imperios.
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Los riesgos que amenazan a las pequeñas empresas o startups son los más significativos, aproximadamente el 80% de ellas fracasan en los primeros 5 años.
Dependiendo del país, la tasa de mortalidad de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) en los primeros 2 años varía desde un 30% en Estados Unidos (Samuelson and Nordhaus) hasta un 93% en Argentina (Asopyme de Argentina).
En nuestro país, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL, aproximadamente un 67% de las empresas dejan de existir antes de los 3 años (¡2 de cada 3!).
El principal riesgo es simple: las empresas que no venden lo suficiente son abandonadas por sus fundadores, quienes buscan oportunidades más lucrativas o simplemente buscan empleo para tener estabilidad y seguridad. Pero, ¿por qué una empresa no vendería lo suficiente?
La primera razón es la falta de ejecución de la estrategia, bien sea por la ausencia de esta, falta de procesos derivados de la estrategia o falta de ejecución de las actividades que se derivan de la estrategia. En este escenario la empresa muere por inacción.
La segunda razón es la falta de organización. Este riesgo provoca una gestión poco clara del dinero, un agotamiento rápido del inventario, preferencias o incertidumbre entre los empleados, conflictos entre los socios por el uso de los recursos, pérdida de confianza y el marchitamiento de la visión y la pasión con la que se inició el proyecto. Con el tiempo, las ventas pasan a un segundo plano y esto acaba con la empresa.
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El tercer riesgo que lleva a la quiebra a las PYMES, al impedirles enfocarse en la producción y venta de su producto, es la falta de una cultura corporativa sólida.
Sin una cultura corporativa, la rotación de personal es más alta, hay menos talento interno para ejecutar la estrategia, la toma de decisiones es lenta y volátil y, cuando la empresa es muy pequeña, la cultura empresarial cambia con el estado de ánimo del dueño, lo que agrega incertidumbre a las ventas e ingresos de la compañía.
En resumen, la solución para estas amenazas se puede resumir en una sola frase: enfoque en las ventas. Siempre debes buscar vender más de lo que compras, buscar más ingresos que gastos.
Mantén el control del dinero y, si solo puedes ocuparte de una cosa en medio de todas las preocupaciones diarias, hazlo con el monitoreo y control de los flujos de efectivo de la compañía, así sabrás si estás vendiendo suficiente o si debes vender más.
Infunde en todos tus colaboradores el objetivo de vender, la disciplina de vender y la cultura de vender. Capacítate en ventas, toma cursos en línea, escucha podcasts y videos cuando sea posible, lee sobre ventas en tu tiempo libre, invita a comer a personas exitosas en ventas y pídeles consejos, invierte en tu propia educación en ventas y promueve la educación continua en tu equipo de ventas.
Comparte con tus colaboradores el estado y las metas de ventas de la empresa y establece un seguimiento de ventas en tiempo real como una de las primeras medidas en tu compañía. De esta manera, puedo asegurarte que en 2, 3 o 5 años, tu empresa estará lista para el siguiente paso: consolidarse como una empresa mediana.
¡Si tienes una empresa joven, concéntrate en mitigar los riesgos enunciados y tu posibilidad de sobrevivir hasta la siguiente fase de tu vida empresarial se multiplicará!
Nota: La corrección de estilo del presente artículo fue realizada por ChatGPT.