En mis pasadas columnas hablaba sobre la importancia de vender tus productos y servicios para evitar la quiebra de una pequeña empresa y la importancia de la liquidez para evitar quiebras rápidas de empresas consolidadas. En esta ocasión, quiero hablar de los riesgos que han llevado a que las empresas más grandes del mundo se quiebren.

El mundo financiero y económico ya adoptó un término para describir los fenómenos que quiebran a las grandes empresas e incluso a las gigantes. Lo acuñó Nicolas Nassim Taleb en el año 2007 con su libro El Cisne Negro.

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Un cisne negro es un evento altamente improbable, pero con un impacto tan grande que puede cambiar la sociedad o destruir imperios. Precisamente por ser improbable, las personas lo subestiman y los modelos predictivos no lo tienen presente y lo descartan como un evento razonablemente improbable.

Los cisnes negros incluyen cambios culturales como los movimientos animalistas, cambios tecnológicos como el iphone, cambios políticos como la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, epidemias como el COVID-19, los cambios legales o jurídicos como la reglamentación de las criptomenedas o las guerras como la primavera árabe o la guerra en Ucrania.

Sin embargo, un cisne negro por sí solo no es la causa de la quiebra de una empresa; es el cisne negro sumado a la falta de controles para navegar en entornos difíciles, lo que causa que las quiebras ocurran. Esta última parte es sobre la que los gerentes debemos enfocarnos, porque es sobre lo que tenemos control.

Por esto, todos los buenos gerentes de grandes empresas deben tener el valor de la paranoia como uno de los principales valores.

La paranoia evitará que subestimes los avances tecnológicos que ponen en riesgo a tu empresa dentro de 5 o 10 años. Esto te permitirá estar atento, alerta y aprendiendo. La paranoia hará que tomes medidas contra lo improbable, contra lo desconocido; hará que no confíes en tu ego y te mantengas humilde.

La paranoia protegerá a tu empresa de riesgos reputacionales. Serás precavido y actuarás rápido para hacer control del daño ante cualquier pérdida de prestigio.

Miremos algunos de los últimos cisnes negros y aprendamos de su historia:

• Kodak subestimó la disrupción tecnológica de la digitalización y por eso quebró, luego de menos de 5 años de declive. El ego de los directivos los ató al modelo de negocio existente y no hicieron los cambios requeridos para sobrevivir.
  
• Hertz (empresa de alquiler de vehículos) quebró por el COVID-19. No contaba con la liquidez suficiente para sobrevivir a una crisis que durara más de seis meses.
  
• Silicon Valley Bank no estaba preparado para un cambio en la regulación de las tasas de interés de Estados Unidos, lo cual se juntó con una respuesta poco efectiva sobre rumores de falta de liquidez y mala administración de la entidad. Estolos llevó a la quiebra en menos de un mes.
  
• Pan Am: Esta aerolínea icónica fue víctima de un atentado terrorista en diciembre de 1988 sobre suelo inglés, lo cual dañó su reputación y no la dejó recuperarse de su ya delicada situación.
  
• Cambridge Analytica: En la quiebra de esta empresa convergieron dos factores: la polaridad política en Estados Unidos, asociada a la llegada a la presidencia de Donald Trump, y el cambio cultural que puso a la privacidad digital como uno de los valores más importantes para los norteamericanos.

Así las cosas, ten presente que es imposible predecir un cisne negro. No gastes tiempo en este ejercicio porque son imposibles de ver. Lo que sí es posible es estar alerta y creer que todo puede ser un cisne negro.

Si diriges una gran empresa tu misión es mantenerla viva, a flote, con su posición dominante y por eso te sugiero repetir como un mantra las palabras del CEO de Intel, Andrew Groove: “Solo los paranoicos sobreviven”.

Nota: La corrección de estilo del presente artículo fue realizada por ChatGPT.