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De la tierra al hogar: retos y crisis en la realidad de las mujeres rurales

Las mujeres rurales enfrentan una grave brecha frente a sus pares masculinos y frente a las mujeres que habitan las zonas urbanas. Las cifras son preocupantes. Por: Liliana Cediel, Directora ejecutiva de Dignidad Arrocera.
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Las políticas implementadas para el agro en los últimos 30 años, centradas en la apertura económica y los TLC, no han propiciado las condiciones que permitan un agro moderno y productivo, con maquinaria, riego, semillas, investigación e industrialización de la producción. 

Además, es precaria la gestión de políticas de fomento de crédito barato e infraestructura para el sector.

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Las importaciones de alimentos han eliminado el trabajo nacional por trabajo extranjero, resultando en la pérdida significativa de la producción de cereales como el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz, así como de oleaginosas como la lenteja y el garbanzo, entre otros. 

Además, la producción de arroz, papa y leche, productos clave en la economía del país, está en alerta roja debido a las importaciones y la desgravación arancelaria.

La consecuencia fundamental de dejar de producir nuestros alimentos es que tanto hombres como mujeres están perdiendo sus empleos, lo que está afectando fuertemente a los hogares en el agro. 

Esto se traduce en menores ingresos, menor calidad de vida, dificultades para proporcionar educación a los hijos, escasez de alimentos y migración interna, entre otros problemas.

Las mujeres rurales enfrentan desafíos similares a los de los hombres, pero también se enfrentan a brechas históricas que dificultan su inserción en el mercado laboral, como las brechas salariales, de ingreso y laborales, donde las tasas de desempleo son mayores para las mujeres rurales. 

Asimismo, el trabajo de cuidado no remunerado sigue siendo una carga que recae principalmente sobre las mujeres.

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Con la pandemia, se volvió a niveles de pobreza multidimensional similares a los del año 2016

Algunos datos sobre desafíos y brechas incluyen que, de una población rural total de 11.620.000 personas, las mujeres representan el 48.2% y los hombres el 51.8%. 

En 2020, el 37.3% de las mujeres rurales en Colombia se encontraba en situación de pobreza multidimensional, similar al 36.9% de los hombres rurales. Sin embargo, la brecha entre la incidencia de pobreza multidimensional en mujeres rurales y urbanas es del 24.7%, en contra de las mujeres rurales.

Los datos que deja la pandemia en cuanto a la situación laboral de las mujeres rurales son pavorosos; en el 2020, las mujeres tuvieron una tasa de desempleo del 17,7%.

De acuerdo con las cifras del DANE, en el 2020, la tasa de ocupación de las mujeres rurales se ubicó en 29,6%, 5,9 puntos porcentuales. por debajo de lo registrado en 2019, cuando la tasa de ocupación de las mujeres en la zona rural fue del 35,5%. Además, con la pandemia, la brecha en la tasa de ocupación entre hombres y mujeres rurales superó los 40 puntos porcentuales. 

En 2020, 35 de cada 100 mujeres rurales en edad de trabajar estaban ocupadas o buscando trabajo (Tasa Global de Participación – TGP), en contraste con los 78 hombres rurales de cada 100 que se encontraron en esta posición. 

Así mismo, la TGP depende en buena medida del territorio. Así lo demuestra el hecho de que la participación económica de las mujeres en Chocó es la mitad de la de las mujeres en Bogotá.

De las mujeres rurales en edad de trabajar que no trabajaron de forma remunerada ni buscaron trabajo en el segundo cuatrimestre de 2020, el 70% se dedicó a realizar oficios del hogar.

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La desigualdad entre mujeres y hombres es innegable, pero también la desigualdad entre mujeres. Esto se explica por factores como la etnia, la condición económica, el lugar de residencia, el acceso a infraestructura básica, la alimentación y los servicios de salud. 

Por ejemplo, en cuanto a la esperanza de vida, para una mujer que nazca y viva en Vaupés significa 15 años menos de vida que para una que nazca y viva en Bogotá. 

Las cifras revelan la falta de fuentes para garantizar la autonomía económica y mejores condiciones para las mujeres y sus hogares. Es decir, las mujeres participan menos en el mercado laboral que los hombres, se insertan en condiciones desfavorables de informalidad y menores jornadas remuneradas, reciben menos salario por su trabajo y tienen menos acceso a mecanismos de protección social ante contingencias y ante cambios propios del ciclo de vida. 

Así lo demuestra el impacto y la posterior recuperación del empleo rural con la pandemia. En 2020, las actividades de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca ocuparon a 499.000 mujeres, en contraste con la ocupación de 2.674.000 hombres en las mismas actividades. Ese año, el empleo rural femenino cayó un 10% frente a 2019, mientras que el masculino cayó un 6%.

En 2023, estas actividades ocuparon a 566.000 mujeres y a 2.714.000 hombres, lo cual representa un recuperación de 13,4% y 1,5% frente al 2020, respectivamente.

Los retos son claros

Hay muchos elementos más que agregar a esta discusión, como el acceso a la salud, la infraestructura, el saneamiento básico, el trabajo de cuidado no remunerado y la violencia física, sexual y psicológica que se ejerce contra las mujeres rurales en el hogar y por parte de grupos al margen de la ley, entre otros factores que empeoran el panorama de la vida de las mujeres en el campo colombiano. 

El país necesita generar industria y encadenamientos productivos en el sector agropecuario para vincular a las mujeres a la producción y al trabajo formal. Su vinculación no solo generaría un mayor crecimiento económico, sino también la reducción de la pobreza y las desigualdades en el campo, junto con la obtención de autonomía económica.

Las mujeres colombianas tenemos la tarea de develar y luchar contra las causas reales de la pésima situación en la que estamos, y trabajar por un cambio sustancial en el modelo económico para mejorar la condición de vida tanto en las ciudades como en las áreas rurales. 

Referencias

DANE (2021). Situación de las Mujeres Rurales en Colombia. Tomado de: https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/notas-estadisticas/oct-2021-nota-estadistica-situacion-mujeres-rurales-colombia-resumen.pdf

María, H., Bonilla, H., Gómez, L., Rubio, T. G., Bush, A., Herrera-Idárraga, P., & Cuidado, D. (s/f). EL IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LAS MUJERES RURALES: ANÁLISIS DE LAS CONDICIONES LABORALES Y DE LAS CARGAS DE CUIDADO. Unam.mx. Ver enlace aquí.

DANE (2023) Estadísticas de mercado laboral. Boletín de resultados a septiembre de 2023.

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