Estos son los 9 tipos de demanda según economistas
Estos son los nueve tipos de demanda, desde la agregada hasta la sobredemanda, que rigen las dinámicas del mercado en la actualidad.
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Aunque mucho se habla del papel de la oferta y la demanda en la economía, poco se sabe de los tipos de demanda que existen. Cada uno de ellos resulta ser de crucial importancia en el contexto económico pues se relaciona con otros conceptos económicos clave.
Si el concepto de demanda le resulta confuso, siga leyendo para descubrir cuáles son los tipos de demanda del mercado y cuál es la importancia de este concepto en el contexto de la economía.
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Qué es demanda en economía
Hablar de demanda en economía, nos lleva a pensar en otros dos conceptos clave—precio y oferta. Estos tres conceptos están estrechamente relacionados entre sí.
Por un lado, es crucial entender que cuando hablamos de demanda nos referimos a la cantidad que los clientes están dispuestos a adquirir en un periodo específico y a un precio determinado de un producto o servicio. A este fenómeno también se le conoce como cantidad demandada.
Los productos o servicios que las compañías tienen disponibles para el consumidor configuran la oferta. Lo cual hace que oferta y demanda estén estrictamente relacionados entre sí. Desde luego, la demanda no siempre coincide con la oferta, pues hay varios factores que interfieren en esta dinámica de compra y venta.

Tipos de Demanda
En el vasto universo empresarial, comprender los tipos de demanda es esencial para potenciar la visión sobre los productos de tu compañía. A continuación 9 tipos de demanda.
1. Demanda Agregada
La demanda agregada, crucial en los datos macroeconómicos, evalúa el total de bienes y servicios necesarios en un país durante un período específico. Este análisis se asemeja al cálculo del Producto Interno Bruto (PIB), siendo fundamental para entender el panorama económico.
2. Demanda Elástica
La elasticidad de la demanda se revela cuando esta es altamente sensible a los cambios de precio. Este fenómeno se manifiesta en mercados saturados, donde los consumidores pueden optar por productos competidores. Artículos de necesidad básica son propensos a exhibir demanda elástica.
3. Demanda en Descenso
Cuando la demanda muestra una tendencia a la baja, impactando las ventas, es imperativo investigar las causas. Factores económicos, competencia o cambios en las preferencias del consumidor pueden ser desencadenantes. La adaptación y mejora constante son esenciales para revertir esta situación.
4. Demanda Inelástica
La demanda inelástica se presenta cuando la sensibilidad al cambio de precio es mínima. Esto ocurre cuando un producto es único o tiene pocos sustitutos. Los bienes esenciales, como medicamentos, a menudo exhiben este tipo de demanda.
5. Demanda Irregular o Estacional
La irregularidad en las ventas define la demanda estacional, observable en aumentos y disminuciones. Ejemplos incluyen la ropa de invierno, cuyas ventas se elevan en temporada fría y disminuyen en épocas más cálidas. Consideraciones económicas también influyen; durante crisis, la demanda tiende a orientarse hacia productos más asequibles.
6. Demanda Negativa
La demanda negativa surge cuando el mercado carece de interés en un producto o servicio. Mejorar la imagen y estrategias de comunicación es crucial para cambiar la percepción negativa y generar interés entre los consumidores.
7. Demanda Nula
Cuando se considera que un producto o servicio no es esencial, la demanda puede volverse nula. En este escenario, la estrategia de comunicación debe centrarse en resaltar la relevancia y utilidad del producto para satisfacer las necesidades del consumidor.
8. Demanda en Plenitud
Una demanda en plenitud se alcanza cuando la empresa mantiene un equilibrio óptimo entre la oferta y la demanda. Este equilibrio se logra mediante la entrega consistente de productos y servicios de alta calidad, generando clientes satisfechos y manteniendo la misión y visión de la empresa.
9. Sobredemanda
La sobredemanda se presenta cuando la demanda supera las expectativas normales, pero la empresa no puede satisfacerla eficientemente. Esto puede resultar problemático, ya que la incapacidad para cubrir la demanda puede desencadenar la pérdida de interés por parte de los clientes. En casos de sobrepedido, se deben implementar estrategias de desmarketing.
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La curva de demanda y sus componentes
La curva de la demanda es un gráfico que muestra la relación entre el precio y la cantidad deseada. No obstante, es importante enfatizar que los factores determinantes de la demanda van más allá del precio. A continuación se enumeran algunos de los elementos que tienen un impacto en la demanda de bienes o servicios:
Costos y preferencias: Este aspecto depende completamente de las necesidades y preferencias del cliente y está fuera del ámbito de los precios. Este aspecto también está influenciado por promociones, publicidad y comentarios de terceros, incluidos los informes gubernamentales.
Ubicación: Es importante considerar el lugar físico o virtual donde se encuentran los bienes o servicios. Por ejemplo, el precio final de un artículo que se encuentra en una página web no siempre refleja el costo de envío adicional, lo que tiene un impacto directo en la demanda.
Lo mismo se aplica a la importación de bienes, donde un aumento en el costo puede afectar el precio final y, por lo tanto, la demanda.
Una empresa que exporta debe ajustar los precios para cubrir los costos de logística y transporte, lo que puede afectar la demanda.
Es posible que la demanda aumente debido a las previsiones de aumentos de precios en el futuro. Aunque la demanda actual puede ser baja, las expectativas de precios más altos en el futuro pueden motivar a los clientes a comprar ahora.

Número de compradores: Una empresa con más compradores tiene un mayor potencial de ganancias. Sin embargo, los cambios demográficos también tienen un impacto en la demanda porque las diferentes generaciones tienen diferentes preferencias de compra.
Por ejemplo, los millennials y centennials priorizan la experiencia y la tecnología, mientras que los baby boomers se concentran en la adquisición de bienes inmuebles.
En índices internacionales que buscan determinar el grado relativo de competitividad de las naciones, se toman en cuenta estos y otros elementos adicionales. No solo los economistas necesitan una comprensión profunda de estos conceptos, sino también los empresarios y los tomadores de decisiones que buscan comprender y anticipar las fluctuaciones en la demanda de bienes y servicios.
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