Trump ordena quemar anticonceptivos que valen millones, a pesar de que varios países quieren recibirlos
La polémica orden de quemar anticonceptivos por parte del Gobierno de Estados Unidos desata críticas globales y pone en riesgo programas de salud en países vulnerables.
La administración de Donald Trump confirmó su decisión de quemar anticonceptivos financiados por Estados Unidos y valorados en cerca de 10 millones de dólares, a pesar de las solicitudes de países, la ONU y organizaciones no gubernamentales para redirigirlos a regiones necesitadas. Los productos, que incluyen implantes, píldoras y dispositivos intrauterinos, se encuentran almacenados en Geel, Bélgica, y serán incinerados en una planta de residuos médicos en Francia.
La medida de quemar anticonceptivos fue anunciada luego de que la ayuda exterior estadounidense quedara congelada en enero. Un portavoz del Departamento de Estado informó que la incineración forma parte de la eliminación de productos relacionados con contratos vencidos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

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Rechazan alternativas y optan por quemar anticonceptivos
La orden de quemar anticonceptivos implica, supuestamente, que suministros con fechas de caducidad entre 2027 y 2031 no llegarán a los países que habían expresado interés en recibirlos. Por otra parte, la incineración tendrá un costo adicional de 167.000 dólares para el gobierno estadounidense.
Entre los puntos de la decisión están:
- Los anticonceptivos almacenados incluyen implantes, píldoras y dispositivos intrauterinos.
- El valor total de los productos asciende a 9,7 millones de dólares.
- No se destruirán condones ni medicamentos para el VIH.
Organizaciones como MSI Reproductive Choices y la ONU ofrecieron adquirir o reubicar los productos, pero sus propuestas fueron rechazadas.
Reacciones internacionales
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica indicó que sostuvo conversaciones con las autoridades estadounidenses para evitar la destrucción, incluyendo la posibilidad de una reubicación temporal de los suministros. Sin embargo, no se alcanzó un acuerdo.
La agencia de salud sexual y reproductiva de la ONU (UNFPA) también intentó adquirir los productos, pero las negociaciones no prosperaron. Sarah Shaw, representante de MSI Reproductive Choices, afirmó que su organización incluso propuso reempacar los lotes sin el logotipo de USAID para enviarlos a países con necesidades urgentes, pero la propuesta fue rechazada bajo el argumento de que solo se venderían al valor de mercado completo.

Postura conservadora impulsa la orden de quemar anticonceptivos
Fuentes citadas por Reuters vinculan la decisión de quemar anticonceptivos con la política de Ciudad de México, una doctrina adoptada inicialmente por la administración de Ronald Reagan en el año 1984 y restablecida por Trump en enero del 2025, que prohíbe la cooperación con entidades que promuevan o financien servicios de aborto. Además, se dice que la medida responde a una postura ideológica más restrictiva en temas de salud reproductiva.
El portavoz del Departamento de Estado indicó que solo “una cantidad limitada de productos” fue aprobada para destrucción y confirmó que no se aceptaron las ofertas internacionales.
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Efectos para los países en desarrollo
La decisión de quemar anticonceptivos genera preocupación en países de África subsahariana y otras regiones en desarrollo que dependen de la ayuda de USAID para acceder a métodos de planificación familiar. Ahora, advierten que la pérdida de estos insumos podría incrementar los embarazos no deseados y los abortos inseguros en las áreas más afectadas, con impactos negativos especialmente para las mujeres, quienes ya enfrentan una mayor vulnerabilidad y pobreza.
Organizaciones humanitarias señalan que la medida también representa un obstáculo para los programas de salud reproductiva y cuestionan el trasfondo ideológico que prevaleció sobre las necesidades de salud pública internacional.

Proyectos de ley sin futuro ante inminente incineración
Algunos legisladores estadounidenses han presentado proyectos de ley para impedir que se proceda a quemar anticonceptivos, pero las organizaciones involucradas consideran improbable que estas iniciativas se aprueben antes de que se ejecute la destrucción.
Con la confirmación oficial, los suministros serán trasladados desde Bélgica hasta Francia para su incineración, en un proceso supervisado por las autoridades competentes. Mientras tanto, organismos internacionales continúan buscando alternativas, aunque las posibilidades de revertir la decisión son reducidas.
La orden de quemar anticonceptivos, ciertamente, marca un nuevo episodio en el debate sobre la política exterior de Estados Unidos en materia de salud sexual y reproductiva, con implicaciones directas para millones de personas en países con recursos limitados.
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