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Yuca brava: peligros y su correcto procesamiento en Colombia

Descubra los riesgos de la yuca brava y conozca los métodos tradicionales que eliminan su veneno.

Yuca brava: peligros y su correcto procesamiento en Colombia

 

Yuca brava: peligros y su correcto procesamiento en Colombia

La yuca, también llamada mandioca o casava, es un tubérculo esencial en la dieta de millones de personas en Colombia y en el mundo. Sin embargo, no todas sus variedades son iguales. Existen dos principales: la yuca dulce y la yuca brava o amarga.

La yuca dulce es segura para el consumo tras la cocción básica, mientras que la brava contiene altas concentraciones de glucósidos cianogénicos. Al ingerirse, estos liberan cianuro de hidrógeno, un veneno natural que puede resultar letal si no se procesa correctamente.

Pese al riesgo, la yuca brava es una materia prima fundamental para elaborar casabe, harina y almidón. Gracias al conocimiento ancestral, las comunidades indígenas y rurales han desarrollado técnicas de procesamiento que neutralizan su toxicidad, transformando un alimento potencialmente peligroso en una fuente segura de sustento.

Este artículo explica la diferencia entre ambas variedades y los pasos que permiten un consumo sin riesgo.

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La ciencia detrás del peligro

La yuca brava es tóxica porque contiene linamarina y lotaustralina, dos glucósidos cianogénicos. Al triturarse o masticarse la raíz, la enzima linamarasa descompone estos compuestos y libera cianuro de hidrógeno (HCN), un gas altamente venenoso.

La intoxicación por HCN puede causar dolor de cabeza, vómito, parálisis y, en casos graves, la muerte. Investigaciones de la Universidad Nacional de Colombia señalan que el contenido de cianuro en la yuca brava puede superar los 50 mg por cada 100 g de peso fresco. En la yuca dulce, en cambio, suele estar por debajo de 10 mg, lo que la hace segura tras una cocción sencilla.

El mecanismo de liberación de cianuro

La liberación de cianuro ocurre por la hidrólisis de los glucósidos cianogénicos, una reacción que se acelera cuando la raíz se ralla o machaca. Por eso, los métodos tradicionales de procesamiento buscan romper las células de la yuca para que el gas se evapore antes de cocinarla.

Este proceso requiere precisión, ya que un error puede ser fatal. Comprender este mecanismo permite valorar la importancia de las prácticas ancestrales de desintoxicación.

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Métodos tradicionales de desintoxicación

El procesamiento de la yuca brava es un conocimiento transmitido de generación en generación. El método más conocido es el prensado: la raíz rallada se coloca en un sebucán, una prensa tubular tejida, para exprimir el jugo tóxico.

Este líquido, llamado yare, se hierve para eliminar el cianuro restante y se aprovecha en la preparación de condimentos como el tucupí o la catara. Una vez seca, la masa rallada se cocina sobre planchas calientes para producir casabe.

Otros métodos incluyen el secado al sol, la fermentación y la cocción prolongada, todos orientados a la evaporación del cianuro de hidrógeno.

El proceso de prensado y fermentación

El sebucán es el corazón del proceso de desintoxicación: mediante la presión, expulsa el líquido venenoso de la yuca rallada. El bagazo seco puede tostarse o molerse para obtener harina segura para el consumo.

En algunas regiones, el jugo extraído se deja fermentar para elaborar salsas y condimentos. La fermentación también contribuye a reducir la toxicidad. Este ingenioso manejo demuestra cómo el conocimiento tradicional ha convertido un alimento riesgoso en un recurso vital para la supervivencia.

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La yuca brava en la dieta colombiana

A pesar de su toxicidad, la yuca brava es un alimento clave en varias regiones, especialmente en la Amazonía y los Llanos Orientales. El casabe, elaborado a partir de ella, es nutritivo, fácil de almacenar y fundamental en la dieta de comunidades rurales e indígenas.

La harina de yuca brava se utiliza en arepas y panadería, y su almidón tiene aplicaciones industriales. Por su alto contenido de carbohidratos, sigue siendo un alimento indispensable en zonas donde la agricultura tradicional garantiza la subsistencia.

La yuca brava: un tesoro cultural y alimentario

El procesamiento de la yuca brava no es solo una técnica alimentaria, sino también un ritual cultural que refuerza la identidad de las comunidades. Desde la siembra hasta la cocción, cada etapa refleja saberes ancestrales que aseguran tanto la seguridad como la calidad del alimento.

En un contexto donde la seguridad alimentaria es un reto global, el conocimiento sobre la desintoxicación de la yuca brava es un patrimonio invaluable. Preservarlo y difundirlo garantiza que las futuras generaciones puedan seguir aprovechando este recurso esencial de la dieta colombiana.

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