10 razones para oponerse a la construcción de la instalación militar en el parque natural Gorgona

Andrés Bodensiek
Especialista en Derecho de Tierras de la Universidad Externado de Colombia, magíster en Economía agrícola de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas / Universidad de Bonn
Aunque venía planeándose desde el 2010 y se hizo pública la información del proyecto en diciembre de 2016, el plan para construir las instalaciones militares tuvo que detenerse en junio del año siguiente debido a su “inviabilidad ambiental”.
El pasado 3 de marzo de 2022, la máxima autoridad ambiental del país emitió la Resolución #00516, que detalla las múltiples falencias de la licencia ambiental concedida en 2015 y pide al Ministerio de Defensa información para subsanar las acciones de mitigación faltantes.
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Este artículo contiene 10 razones, discutidas con el Colectivo Salvemos a Gorgona, no listadas de forma jerárquica de la más a la menos importante o fuerte, sino más bien de las menos a las más conocidas, para oponerse a la construcción de las mencionadas obras en ese paraíso natural que es la llamada “isla ciencia”, un patrimonio natural de todos los colombianos:
1. La pérdida de la esencia de la isla como Parque Nacional Natural: En palabras del exministro Manuel Rodríguez Becerra, una de las personalidades que más se ha opuesto a la obra, “el proyecto de la estación de guardacostas en Gorgona pertenece a la vieja política antidrogas dictada desde la Oficina Internacional de Asistencia Antinarcóticos de Estados Unidos”.
La categoría de Parque Nacional Natural implica el máximo grado de protección y conservación de una zona delimitada. Concebir que se autoricen y adelanten obras dentro de uno de estos santuarios de la naturaleza es de por sí un exabrupto.
En palabras del reconocido científico Ernesto Guhl, quien también se ha opuesto a este proyecto: “A nadie se le ocurriría instalar una antena de microondas en el Capitolio Nacional, ni una discoteca en la Quinta de San Pedro Alejandrino, como tampoco tumbar las palmas de la Plaza de Caicedo para hacer un parqueadero, o urbanizar los Jardines Botánicos”. En la práctica como ya sucede, se limitará el acceso al público los sectores bajo el control de la armada, y se sustraerá un área de conservaciónque caerá bajo el control de los militares, por ende lo estudios científicos que allí se realizan se verán afectados.
Nos existen “tres casas que se van a ampliar” como dijo la Ministra Susana Muhamad en una entrevista reciente. Se tratan de tres obras: las instalaciones de alojamiento y oficinas, la instalación de un tanque de combustible, y la instalación de un radar en la torres que ya se ha construido generando deforestación y prohibiendo el acceso de los turistas al punto más alto de la Isla.
2. Afectaciones socioeconómicas: En la actualidad más de 12 empresas de Buenaventura que emplean 680 trabajadores, empresas turísticas y de operadores portuarios están unidos en torno a la defensa de Gorgona.
Consideran que las mencionadas obras afectarán directamente el turismo, pues la principal atracción de la Isla, que es el avistamiento de ballenas, se verá afectada por el constante tráfico de embarcaciones y los patrullajes de la Armada. En la actualidad más de 45.000 pobladores dependen de la pesca para su sustento.
3. Violación del derecho fundamental de consulta previa: Tal y como lo ha señalado la Corte Constitucional, debe haber consulta previa cuando existe una afectación directa a una comunidad específica (sentencia C-389 del 2016).
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“La consulta previa protege un concepto de territorio, en sentido amplio, que abarca elementos axiales de identidad cultural y pluralismo”. También ha recordado la Corte que “la procedencia de la consulta previa exige la concurrencia de afectaciones directas, concretas, reales y derivadas del proyecto objeto de la controversia”.
En este caso, existen las afectaciones acá listadas, que se derivan de la construcción de una instalación militar, una antena para radar y un muelle en la Isla.
Como lo reiteró en una entrevista reciente la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, el gobierno nacional se ha limitado a “socializar”, sin adelantar la consulta previa que este proyecto requiere.
4. Incumplimiento del tratado internacional de Escazú, el cual versa sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe.
5. Afectación del ambiente y de la seguridad Alimentaria de los Colombianos: Según lo explican algunos biólogos, el incremento en el tráfico de embarcaciones también afectará la pesca de especies como la Piangua, el Camarón langostino, la Carduma, la Merluza, la Sierra, el Aleta amarilla, el Barrilete, El Dorado, el Pargo lunarejo y la Cherna.
La afectación se origina por las emisiones de aceites, los gases resultantes de la combustión de los motores y el ruido. Estas afectaciones, según infieren, implicarán el daño de los ecosistemas de manglar y arrecife que existen en la zona de influencia del Parque, poniendo en peligro la reproducción y el sostenimiento de las especies mencionadas.
Estas son consumidas por la mayoría de hogares colombianos, y son, en muchos casos, la única proteína a la que acceden las comunidades costeras de esta región del Pacífico colombiano.
6. El Corredor Marítimo del Pacífico Oriental, una afrenta a la soberanía nacional: Sin tener jurisdicción sobre esta zona marítima, el gobierno de EE.UU. firmó el Memorándum de Entendimiento en apoyo al Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR) con los países que constituyeron esta área de 500.000 km cuadrados: Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador.
Esta zona tiene por finalidad “la conservación y uso sostenible, que busca la adecuada gestión de la biodiversidad y los recursos marinos y costeros del Pacífico Este Tropical”. Este objetivo es, a todas luces, contradictorio con instalaciones y actividades militares por los impactos ambientales que estas generan.
7. Razones geoestratégicas: EE.UU. está aportando los 33.000 millones de pesos (6,6 millones de dólares) que se estima costará la obra y 13.000 millones adicionales (2,6 millones de dólares) para la compra de motores para las embarcaciones de la Armada.
En un documento de marzo de 2022, titulado “Actividades del Gobierno de los Estados Unidos en el Corredor Marítimo del Pacífico Oriental”, se evidencia que ese país incluye las obras en Gorgona como uno de los logros de la estrategia de acción del Departamento de Estado y de su fuerza naval en esta zona estratégica, conocida por sus potencial petrolero y de recursos naturales:
“[…] un potencial de 25.566 millones de barriles de petróleo y 4,64 millones de metros cúbicos de gas natural solo del lado colombiano, recursos para pesca comercial valorados en 2 mil millones de dólares por año, y uno de los sumideros de carbono más importantes del planeta por sus enormes extensiones de fitoplancton”.
No es necesario decir mucho más sobre la historia de los Estados Unidos y su apetito por el petróleo y los recursos naturales de países soberanos, muchos de los cuales fueron sus “amigos”.
8. Opacidad en el otorgamiento de la licencia ambiental: pese al concepto negativo del Comité Científico del Parque y a las advertencias de la comunidad científica, mientras los colombianos celebrábamos el año nuevo, la ANLA otorgó la licencia ambiental para las obras el 31 de diciembre de 2015.
La licencia fue expedida sin la entrega previa de los estudios de soporte necesarios. Su ejecución quedó “condicionada” al suministro posterior de esos documentos que nunca llegaron, como se comprueba en la Resolución #00516 del 2022.
Esa autorización también se otorgó a sabiendas de que el muelle planeado se construiría sobre parte de un arrecife. Por fortuna para la Isla, lo anterior, sumado a la no entrega de los documentos, implicó la readecuación del plan e implicó el retraso del comienzo de las obras.
9. Contaminación y tráfico de fauna y flora presente en otras instalaciones militares costeras: Aunque las instalaciones militares existen en muchas islas del mundo, en nuestra vecindad está el ejemplo de la base militar de Galápagos. Existe documentación de las actividades y fuentes de contaminación y tráfico de fauna que suelen suceder en estaciones militares en islas del Pacifico. Habrá un aumento de la capacidad de carga de la isla. La Contaminación de embarcaciones militares de mayor calado será inevitable, y al haber más personal militar no es claro si, para respetar dicha capacidad, habrá entonces menos investigadores.
10. Pérdida de biodiversidad: Este punto como bien saben los biólogos, requiere un artículo por sí solo. Pero acá listamos algunos datos. La colisión con embarcaciones es la principal causa de muerte de ballenas en el mundo. La Isla Gorgona cuenta con 715 especies vegetales y 1.398 especies animales, sin considerar invertebrados terrestres y especies del zooplancton (UAESPNN, 2004).
Entre estas se desataca la presencia de seis especies endémicas —Nhotria gorgonensis (Gusano Marino), Maldane gorgonensis (Gusano Marino), Hypobolosera gorgonensis (Cangrejo pulmonado), Dyrmaeus gorgoniensis (Caracol terrestre), Parides gorgoniensis (Mariposa), Anolis gorgonae (Lagarto azul)— y de seis subespecies endémicas —Thamnophilus punctatus gorgonae (Pájaro hormiguero), Coereba flaveola gorgonae(Mielero amarillo), Cyanerpes cyaneus gigas (Mielero azul), Cebus capucinus curtus (Mono cariblanco), Bradypus variegatus gorgonae (Perezoso de tres dedos) y Proechimys semispinosus gorgonae (Rata semiespinosa)—.
Adicionalmente, del total de especies de flora y fauna que han sido reportadas para isla Gorgona, por lo menos seis especies vegetales y 40 especies animales están clasificadas con algún grado de amenaza de extinción, de acuerdo con las categorías de la Unión Internacional Para el cuidado de la Naturaleza, IUCN (Giraldo, Diazgranados, Gutierrez-Landazuri, 2014).
Esta misma organización incluyó al PNN en su conocida “Lista verde”, que es un conjunto de lugares de conservación en el mundo en los cuales, según los estándares de este organismo, se ha constatado la preservación y recuperación de la biodiversidad. No retrocedamos. manifestémonos de forma masiva contra este proyecto, sobre el cual el presidente de la República sigue guardando un silencio cómplice con la destrucción de nuestro patrimonio natural.
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