Escándalo Verónica Alcocer: el viaje que reaviva la polémica por los aviones Gripen
El escándalo Verónica Alcocer crece mientras su vida de lujo en Suecia y las inquietantes coincidencias con la millonaria compra de los aviones Gripen.
El escándalo que rodea a Verónica Alcocer volvió a sacudir la agenda nacional, su vida ostentosa en Suecia registrada por medios europeos y colombianos se suma a un momento crítico para el Gobierno Petro, en medio del debate por la compra de los aviones Gripen. Entre lujos, contradicciones y vínculos informales con círculos empresariales, el caso Alcocer reabre la discusión sobre el poder sin control de la figura de la “primera dama”.
La controversia por la relación entre Alcocer y el presidente Gustavo Petro dejó al descubierto una grave falta de transparencia. Petro afirmó públicamente en octubre de 2025 que ambos están “separados físicamente” desde hace años, aunque reconoció que el “vínculo legal no está roto”.
Sin embargo, documentos oficiales muestran que en noviembre de 2024 él la seguía registrando como su cónyuge en declaraciones de conflicto de intereses, lo que contradice su versión y sugiere opacidad en la gestión de su vida personal cuando esta tiene implicaciones institucionales

Escándalo Verónica Alcocer: compras de lujo y vida social entre élites suecas
Las imágenes difundidas en noviembre de 2025 mostraron a Verónica Alcocer recorriendo tiendas exclusivas en el centro de Estocolmo. La prensa europea registró salidas a boutiques de alto nivel, donde fue vista usando una chaqueta valorada en unos 1.590 euros (casi $7 millones), cifra que contrasta profundamente con la realidad económica del país que dice representar.
Durante varias de estas salidas, Alcocer apareció acompañada por un empresario catalán-colombiano cercano a círculos gubernamentales. La presencia de este acompañante desató nuevas preguntas: ¿qué tipo de relaciones teje en Europa?, ¿qué intereses empresariales podrían cruzarse con sus conexiones en Colombia?
Versiones de un medio sueco añadieron un elemento llamativo: según sus reportes, la primera dama habría construido una red social conformada por empresarios del lujo, desde representantes del champán y la relojería hasta figuras del mercado cosmético de alto perfil. Una vida social sofisticada, alejada de la austeridad que el Gobierno predica.
La combinación de imágenes, compañías influyentes y consumo ostentoso alimentó un clima de duda pública. El contraste es evidente: mientras millones de colombianos ajustan sus finanzas para cubrir necesidades básicas, quien representa simbólicamente al Gobierno del cambio vive al estándar de las élites europeas.
La estadía en Suecia y el estatus incierto tras las sanciones de EE. UU.
La presencia prolongada de Alcocer en Suecia tampoco es casual. Su traslado coincidió con la inclusión junto al presidente Petro en la llamada “Lista Clinton” del gobierno estadounidense. Las sanciones financieras derivadas de esa designación hicieron que aerolíneas se negaran a venderle tiquetes de retorno, dejándola en una especie de limbo europeo.
Oficialmente, se ha dicho que Alcocer vive en un modesto apartamento alquilado de 40 metros cuadrados. Sin embargo, la aparente modestia choca con la evidencia visual de su estilo de vida: ropa costosa, compras de lujo y vínculos con empresarios de alto nivel. La pregunta surge sola: ¿qué recursos sustentan esa vida?
El gobierno ha insistido en que no hay privilegios indebidos, pero la brecha entre el discurso oficial y la percepción pública se amplía cada semana.

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Lujos en Europa mientras crece la polémica por los aviones suecos Gripen
La controversia escaló aún más cuando coincidió en el tiempo con la negociación para adquirir 17 aviones Saab 39 Gripen, fabricados precisamente en Suecia. Tras la firma del contrato, surgieron denuncias desde Estados Unidos sobre presuntas anomalías relacionadas con posibles prácticas corruptas.
No existen pruebas de que Alcocer haya intervenido en la negociación, pero la simultaneidad de los hechos alimentó un clima de sospecha: primera dama instalada en Suecia, vínculos con empresarios, compras públicas multimillonarias y opacidad en la publicación de los contratos. La ecuación encendió alarmas políticas.
Sectores de oposición y analistas independientes han pedido revelar los contratos completos, incluidos los componentes de compensación industrial, incentivos y posibles intermediarios. Sin transparencia, afirman, el país queda expuesto a intermediaciones informales que tuercen procesos estratégicos.
Evasión mediática, contradicciones y un desgaste creciente
El escándalo no es solo material, sino simbólico. Cuando la prensa sueca intentó obtener declaraciones, Alcocer afirmó “no hablar inglés” y se retiró abruptamente. La escena desató aún más indignación porque, días antes, el presidente Petro había asegurado que ella estaba realizando un curso intensivo de inglés.
La contradicción revitalizó el reproche público: ¿por qué mentir sobre detalles básicos?, ¿por qué huir de las preguntas?, ¿por qué un Gobierno que defiende la transparencia evade con tanto celo las explicaciones?
Este episodio deterioró aún más la legitimidad del entorno presidencial, alimentando la percepción de privilegio, doble discurso y falta de coherencia ética.
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