Antonio Ricaurte, el héroe de Villa de Leyva que se inmoló por la Independencia y fue declarado patrono de la Fuerza Aérea Colombiana
El 25 de marzo de 1814 quedó registrado como uno de los días más recordados en la historia militar de América Latina. En esa fecha, el capitán neogranadino Antonio Ricaurte se inmoló durante la Batalla de San Mateo, en el actual estado venezolano de Aragua, al encender el polvorín que resguardaba para evitar que cayera en manos del ejército realista. Su acción permitió a las tropas de Simón Bolívar ganar una de las confrontaciones decisivas en la lucha por la independencia.
Como homenaje a este acto heroico y como patrono de la Fuerza Aérea de Colombia, la institución decidió dedicar un espacio que conserva su memoria y relata su vida y sacrificio. Este espacio es la Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte, ubicado en Villa de Leyva, lugar donde nació el capitán y que fue muy importante para él. Actualmente, el museo permanece cerrado temporalmente, pero sigue siendo un punto importante en la historia y el homenaje al héroe de San Mateo.

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Encender una antorcha e inmolarse: el acto de Ricaurte en La Batalla de San Mateo
En 1814, los patriotas se enfrentaron a las fuerzas realistas en los Valles de Aragua. En la hacienda San Mateo, propiedad de la familia Bolívar, se almacenaban los pertrechos y el polvorín bajo la custodia del capitán Antonio Ricaurte y cincuenta soldados.
El 25 de marzo, durante el ataque dirigido por el comandante realista Francisco Tomás Morales, los enemigos lograron irrumpir en la casa alta del ingenio. Para evitar que el arsenal fuera capturado, Ricaurte encendió una antorcha y detonó el depósito de pólvora, para luego sacrificar su vida.
La explosión desorientó al ejército realista y permitió que Bolívar lanzara un contraataque que definió la victoria patriota. El acto convirtió a Ricaurte en símbolo del sacrificio y la entrega total a la causa de la independencia.
Antonio Ricaurte: los orígenes de un patriota
Antonio Ricaurte nació el 10 de junio de 1786 en Villa de Leyva, Boyacá, hijo de Esteban Ricaurte Mauris y María Clemencia Lozano Manrique. Pertenecía a una familia vinculada con figuras de peso político y social en la época, como su abuelo Jorge Lozano de Peralta, marqués de San Jorge, y su tío, el presidente Jorge Tadeo Lozano. Quedó huérfano a temprana edad y, junto con sus hermanos, fue trasladado a Santa Fe para estudiar bajo la tutoría de Juan Nepomuceno Lago.
A los dieciocho años, Ricaurte abandonó sus estudios en el Colegio San Bartolomé y se casó con Juana Martínez Camacho, sobrina del prócer Joaquín Camacho. Gracias a su parentesco, logró ingresar a la administración colonial como escribano de cámara y secretario del Tribunal de Cuentas del Virreinato.

De “El Chispero” al ejército patriota
La participación de Antonio Ricaurte en los hechos del 20 de julio de 1810 lo ubicó entre los criollos que impulsaron la independencia del régimen colonial. Por su carácter decidido fue apodado “El Chispero”. Tras el inicio de la lucha independentista, fue incorporado al Batallón de Guardias Nacionales con el grado de teniente.
Durante la división política entre centralistas y federalistas en la naciente Nueva Granada, Ricaurte apoyó a los centralistas y al precursor Antonio Nariño. Participó en los combates de Ventaquemada en 1812, donde fue derrotado, y en San Victorino en 1813, donde las tropas centralistas obtuvieron la victoria.
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Ese mismo año se unió al Ejército Neogranadino organizado por Simón Bolívar para liberar a Venezuela. En la llamada Campaña Admirable, Antonio Ricaurte destacó en enfrentamientos como La Grita, Carache, Niquitao y Taguanes, batallas que llevaron al ejército libertador a entrar triunfalmente en Caracas.
La memoria detrás de sus actos de valentía
Aunque en el manuscrito del Diario de Bucaramanga de Luis Perú de Lacroix, de 1828, recoge una versión en la que se cuestiona la veracidad del episodio, diversas fuentes de la época y partes militares lo confirman como un hecho real. Bolívar, según registros de sus allegados, mantuvo siempre respeto y admiración por la figura del capitán.
El heroísmo de Ricaurte fue inmortalizado y dedicado en 4 líneas de la estrofa 11 del Himno Nacional de Colombia “Ricaurte en San Mateo, En átomos volando, «Deber antes que vida», Con llamas escribió.”, y su nombre quedó asociado con uno de los momentos más representativos del proceso emancipador. En su honor, en 1928, la Fuerza Aérea Colombiana —hoy Fuerza Aeroespacial— lo designó como su patrono.

Legado histórico en Villa de Leyva
Más de dos siglos después, Antonio Ricaurte continúa siendo una figura de referencia en la historia militar colombiana y latinoamericana. Su acción en San Mateo es recordada no solo como un acto de valor, sino también como un símbolo de decisión en medio de la guerra.
En Villa de Leyva, su lugar de nacimiento, se conservan homenajes y referencias a su vida, como parte del reconocimiento al legado de quienes participaron en la independencia. La población boyacense, además de su valor histórico y arquitectónico, mantiene viva la memoria del capitán que eligió morir antes que rendirse.
El sacrificio de Antonio Ricaurte, nacido en Villa de Leyva, trascendió su tiempo y su geografía. Más allá del mito o la interpretación, su nombre persiste como uno de los más significativos en la historia de Colombia y de la emancipación americana.