Aranceles inteligentes en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo: ¿cambio sustancial o más de lo mismo?

Se siguen conociendo detalles del nuevo Plan Nacional de Desarrollo (PND), que fue radicado en el Congreso de la República el pasado 6 de febrero por el Gobierno. Esta vez han causado reacciones los “aranceles inteligentes”, contenidos en el Artículo 210. 

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Juan Camilo Restrepo, exministro conservador de Hacienda y de Agricultura, dijo esta mañana en su cuenta de Twitter que “El IQ de los ‘aranceles inteligentes’ que se proponen en el plan de desarrollo es muy bajo”. 

Por su parte, la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) señaló que no se ha trazado “una línea clara frente a lo que el ejecutivo podría implementar” y que, “si el Gobierno Nacional busca incrementar la inversión no minero-energética en el país, tal y como se refiere en el mismo Plan Nacional de Desarrollo, es necesario definir con claridad qué y cómo se pretende implementar esta política, de lo contrario, se estaría generando incertidumbre a los inversionistas con respecto a la política comercial que adelantará Colombia”.

El exsenador Jorge Robledo, en cambio, señaló que no habría una modificación sustancial de la política arancelaria, pues el artículo del Plan Nacional de Desarrollo deja claro que el país mantendrá sus obligaciones internacionales, lo que implica que las medidas se harían en el marco de la OMC y los otros acuerdos comerciales que ha firmado Colombia, y que una revisión o renegociación de los Tratados de Libre Comercio no está a la orden del día.

¿Qué dice el Artículo 210?

Se trata de un artículo breve, en el que se señala que “el Gobierno nacional promoverá la defensa comercial de la Nación mediante una política de remedios comerciales y aranceles inteligentes”.

La razón para adelantar una política de este tipo es “lograr un equilibrio en las condiciones de competencia para la producción nacional frente a las importaciones y la defensa de las ramas de la producción afectadas por prácticas desleales y maniobras contrarias al libre comercio internacional, la soberanía alimentaria y el adecuado funcionamiento del mercado”. 

Acto seguido, el Artículo señala que el gobierno nacional estará autorizado para adoptar medidas comerciales restrictivas o de fomento “por razones de seguridad nacional, incluyendo soberanía alimentaria y protección de la industria y el mercado”. 

Aunque lo dicho hasta aquí da la idea de que el gobierno podría incrementar significativamente los aranceles y adoptar otras medidas comerciales para proteger la industria y la agricultura colombiana de las importaciones masivas, lo siguiente deja claro que las medidas que se adopten no irán en contravía de las obligaciones internacionales del país. Así continúa el texto del Artículo:

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“Lo anterior se definirá conforme a la Constitución, las leyes y las obligaciones internacionales de Colombia. Igualmente, podrá adoptar medidas de carácter recíproco frente a las medidas que adopte un gobierno extranjero o ente soberano, por razones [de] seguridad nacional u otras razones internas que no sean sujetas a control legal bajo los mecanismos de solución de diferencias internacionales vigentes”. 

En este caso, las obligaciones internacionales se refieren especialmente a los lineamientos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y a los Tratados de Libre Comercio firmados por Colombia, entre los que se destacan los contraídos con Estados Unidos y la Unión Europea. 

El Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo) señaló al respecto que, por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos establece en el Capítulo 2 que “ninguna parte podrá incrementar ningún arancel aduanero existente”. 

Asimismo, el Capítulo 20 faculta a la Comisión de Libre Comercio creada en el Tratado a modificar las listas de eliminación arancelaria “mediante la aceleración de la eliminación arancelaria”, pero no para elevar aranceles. 

En ese sentido, afirmar que los “aranceles inteligentes” se aplicarán respetando los acuerdos internacionales vigentes reflejaría la decisión gubernamental de no revisar los TLC. 

Las importaciones vienen al alza

De acuerdo con el DANE, las importaciones colombianas ascendieron a USD $71.561,6 millones CIF entre enero y noviembre de 2022, lo que representó un aumento del 30,4%, frente al mismo periodo de 2021. 

De este total, el grupo de Manufacturas aportó USD $52.882,4 millones CIF, cifra que significó un incremento del 25,1% frente al mismo periodo del año anterior. 

Por su parte, las importaciones del grupo de productos Agropecuarios, alimentos y bebidas fueron de USD $10.445,0 millones CIF, es decir, 29,1% más que en el mismo periodo de 2021. 
En cuanto a la balanza comercial colombiana, que mide la relación entre las exportaciones y las importaciones en un determinado periodo, se tiene que entre enero y noviembre de 2022 se registró un déficit de USD $13.438,3 millones FOB, al que se suma otro de USD $14.153,7 millones FOB en el mismo periodo de 2021.

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