Conflicto entre Rusia y Ucrania pone en jaque la seguridad alimentaria del mundo
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha impactado los precios de los alimentos a nivel mundial. Una muestra de ello es que los futuros del trigo y el maíz estadounidenses registraron un alza de alrededor de 3% y 2%, respectivamente, el lunes 21 de marzo de 2022. Esto se debe a que las exportaciones provenientes de la región del Mar Negro están interrumpidas esta semana debido a los combates que se presentan en Ucrania, de acuerdo con información compartida por la agencia de noticias Reuters, con sede en Reino Unido.
El lunes, 21 de marzo de 2022, “el trigo para mayo subía 82,25 centavos a 11,46 dólares el bushel [unos 27 kilogramos] y el maíz para mayo subía 18,75 centavos a 7.605 dólares el bushel”, señaló Reuters.
Sin embargo, Reuters compartió hoy, 24 de marzo, que los futuros de trigo y maíz en la Bolsa de Chicago estaban cayendo, ante lo cual los operadores señalaban que el mercado ya había absorbido las interrupciones de la oferta de la región del Mar Negro. A pesar de que se registró una baja en el precio, no se debe perder de vista que el Consejo Internacional de Cereales señaló que el efecto de este conflicto en el suministro de cereales a nivel mundial podría ser a largo plazo.
Según el Consejo Internacional de Cereales, “las amenazas inmediatas se centran más que nada en la interrupción de los flujos de exportación. En Ucrania, se encuentra suspendida actualmente la carga de buques en los puertos comerciales del Mar Negro. Pese a los esfuerzos por aumentar el ritmo de exportación en las rutas ferroviarias que atraviesan las fronteras occidentales del país, se prevé que el volumen total sea más bien modesto. Se introdujo recientemente un sistema de licencias para la exportación de trigo, maíz y aceite de semilla de girasol, y ahora mismo están prohibidos los envíos de cebada, centeno, avena y mijo. Aunque se desconoce la magnitud de las pérdidas de infraestructura, los daños que pueden haber sufrido las instalaciones portuarias, las vías férreas y los silos de almacenamiento podrían tener un impacto sobre los envíos a largo plazo”.
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Este panorama ha encendido las alarmas en el mundo, dado que Rusia y Ucrania, países conocidos como ‘el granero de Europa’, representan el 29% de las exportaciones globales de trigo y el 19% de las exportaciones de maíz, según una nota publicada por la BBC —el servicio público de radio y televisión del Reino Unido— el 11 de marzo de 2022, con base en información compartida por la empresa financiera JP Morgan.
El Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) también llamó la atención sobre el impacto que podría traer consigo esta confrontación en la seguridad alimentaria. WFP explicó, a través de un comunicado, que “la cuenca del Mar Negro es una de las áreas más importantes del mundo para la producción agrícola y de cereales, y es probable que el impacto del conflicto en la seguridad alimentaria se sienta más allá de la frontera de Ucrania, especialmente en los más pobres entre los pobres. La interrupción del flujo de granos fuera de la región del Mar Negro aumentará los precios y echará más combustible a la inflación de los alimentos en un momento en que su asequibilidad es una preocupación en todo el mundo tras el daño económico causado por la pandemia de la Covid-19”.
El contexto colombiano: aumento de las importaciones y disminución de la producción local
Esta noticia del aumento de los precios genera preocupación en Colombia, pues las importaciones de cereales han crecido en los últimos años, mientras que la producción en territorio nacional ha caído. De acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las importaciones de cereales aumentaron un 980% en 30 años, al pasar de 778.542 toneladas, en 1991, a 8.409.985 en 2021.
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En el caso del trigo, su producción en el país disminuyó un 95,4% en los últimos 62 años, al pasar de 142.000 toneladas, en 1960, a 6.846 toneladas en 2021, según datos compartidos por la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce).
Durante ese mismo periodo de tiempo (1960 y 2021), la producción total de maíz aumentó un 53,3%, al pasar de 865.700 en 1960 a 1.623.905 toneladas en 2021. No obstante, entre 2012 y 2021, la producción total de maíz cayó un 13,2%, al pasar de 1.869.970 a 1.623.905 toneladas, respectivamente, compartió Fenalce.
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