Decepción en los conciertos en Bogotá: cancelaciones, desorden y un gigante que controla todo, Live Nation

El 27 de septiembre, el concierto de Kendrick Lamar en el nuevo recinto Vive Claro terminó en un caos inesperado: las puertas nunca abrieron en el horario previsto y, a las nueve de la noche, los organizadores anunciaron su cancelación. 

La cancelación desató la frustración del público y mostró las fallas regulatorias y la ambigüedad institucional de una industria cada vez más concentrada en manos de una sola multinacional: Live Nation Entertainment, que domina la operación de escenarios, la boletería y la producción de eventos en Colombia.

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Cancelación del concierto de Kendrick Lamar en Bogotá: qué ocurrió en Vive Claro

El concierto de Kendrick Lamar en Bogotá estaba previsto como parte de su gira Grand National Tour. Las puertas del recinto no se abrieron a las 4 p.m., hora señalada, lo que causó congestión, filas y tensión entre los asistentes. 

Pasadas las 9 p.m., la organización —en cabeza de Páramo Presenta y Ocesa— informó que el evento se posponía por “dificultades logísticas del promotor y del recinto”, y aseguró que el artista estaba listo para presentarse. Se anunció el inicio del proceso de reembolso de boletas adquiridas por Ticketmaster, mientras que quienes compraron en terceros deberán reclamar por esa vía.

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) confirmó que abrirá indagaciones para determinar responsabilidades y garantizar los derechos de los consumidores. 

La concejala Quena Ribadeneira lo describió como “una vergüenza pública” y pidió al IDIGER entregar los documentos que certifican la seguridad del escenario. Para ella, lo ocurrido confirma la falta de transparencia de la administración distrital y exige medidas inmediatas para proteger la vida de los asistentes.

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Guns N’ Roses y otros conciertos bajo incertidumbre

La cancelación del rapero estadounidense no solo dejó frustración entre miles de fanáticos, sino que sembró dudas sobre los próximos espectáculos en el mismo escenario. El caso más inmediato es el de Guns N’ Roses, previsto para el 7 de octubre, cuyos permisos seguían pendientes a menos de una semana del evento.

La CEO de Ocesa Colombia, Luz Ángela Castro, aseguró que el concierto de Guns N’ Roses “tendrá todo en regla con anticipación” y que se mantienen reuniones con el IDIGER para subsanar las observaciones. Sin embargo, la incertidumbre permanece, al igual que con otros shows programados: Imagine Dragons el 17 de octubre, Linkin Park el 25 de octubre, Shakira el 1 de noviembre y Blessd el 22 de noviembre.

El papel del IDIGER y la Alcaldía

El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) defendió su decisión de suspender el concierto de Kendrick Lamar. Según su director, Guillermo Escobar, la cancelación se debió a que no se entregó a tiempo la documentación técnica completa exigida por la normativa. Aclaró que cada evento debe ser evaluado de forma independiente, aunque se realice en el mismo escenario.

Ante la presión pública, el alcalde Carlos Fernando Galán anunció que a partir de ahora, los permisos deberán estar listos al menos cinco días antes de cada evento, sin posibilidad de subsanar fallas después de ese plazo. El objetivo, dijo, es evitar cancelaciones de última hora y ofrecer certeza a organizadores y asistentes.

Live Nation y el monopolio del entretenimiento en Colombia

En Colombia, la industria del entretenimiento está altamente concentrada en manos de la multinacional Live Nation Entertainment, el gigante global del entretenimiento en vivo que en 2023 adquirió el 51% de Páramo Presenta a través de Ocesa.

Con esta operación, Live Nation controla en Colombia no solo los principales festivales (como el Estéreo Picnic, Knotfest y Baum Festival) sino también la boletería con Ticketmaster y parte de la infraestructura de venues como Vive Claro. Se trata de una integración vertical que le da dominio sobre toda la cadena.

A nivel global, Live Nation reportó ingresos de USD $16.680 millones en 2022 y tiene un valor de mercado superior a USD $23.000 millones. Su expansión en Latinoamérica incluye Rock in Rio en Brasil, Ocesa en México y recientemente Páramo Presenta en Colombia.

Los bogotanos, los grandes perdedores

La cancelación de Kendrick Lamar y la incertidumbre sobre los próximos conciertos reflejan que, ante las fallas del sistema, la responsabilidad se diluye entre la multinacional y el Estado, mientras los ciudadanos terminan siendo quienes más sienten el impacto. 

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Los asistentes deben lidiar con la incertidumbre, los gastos no recuperados en transporte y alojamiento, y los procesos de reembolso.