jueves, 28 de septiembre de 2023
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#Descarbonízate

María Isabel Henao, Columnista

María Isabel Henao Vélez

Comunicadora Social y Periodista de la Universidad Javeriana. Especialista en Manejo Integrado del Medio Ambiente de la Universidad de los Andes. Twitter e Instagram: @maisamundoverde

El próximo 15 de noviembre termina de sesionar la cumbre del clima en Glasgow, Escocia. Y la verdad es que los ciudadanos debemos acelerar el camino de la descarbonización sin esperar a que nos den el reporte de los compromisos adquiridos (qué tan ambiciosos o qué tan apocalípticos, eso está por verse) en cuanto al camino que van a seguir los gobiernos de los países y los sectores económicos para que dejemos de emitir Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera. Es nuestra tarea dejar de empujar la rueda del consumo absurdo, de la obsolescencia programada, del ser a través del tener y de pensar en la naturaleza como un “recurso natural”. Entiéndase bien, la tarea más grande no es la de los de a pie, sino la de aquellos por quienes votamos y la de los dueños de los grandes conglomerados económicos que no quieren dejar los business as usual. Que no nos distraigan con espejitos, botando la responsabilidad al final de la cadena de consumo, con la excusa de “prohibición no, reciclaje sí” o de los bonos de carbono para seguir emitiendo porquerías en la atmósfera. 


Voy a ser políticamente incorrecta diciendo que, teniendo en cuenta que el promedio de los mandatarios y negociadores de la COP es de 60 años, les quedan los últimos 30 años menos peores mientras llegamos a los 2° centígrados de aumento en el promedio de temperatura global (porque el 1.5°C  es falacia, las metas y pronósticos más optimistas no la logran). ¿Será que piensan “Buehhh yo termino mi vida en mi riqueza y confort”, y será que no tienen hijos o nietos? Escapa de mi comprensión.

Muchas personas dicen ¿y cómo hacemos pues, usted qué propone? Amigos, los 5 pasos para descarbonizarse se los dejo por aquí. El espacio no me alcanza para explicar en detalle los procesos que emiten GEI en cada una de estas áreas. Lo podemos desglosar en otra oportunidad, pero aquí lo que nos importa es esta guía de acción climática. Y voy a abusar de la redacción de este Portal para pasarme con creces en la longitud de esta columna. Imprima de aquí para abajo y pegue en la nevera. Lea todos los días mientras toma el café. Y dese un premio cada vez que en su casa hayan implementado un punto. Es más, cuéntemelo por mensaje a @maisamundoverde. Me alegrará el día saberlo 😊

PASO 1. ME HAGO CONSCIENTE DE MI CONSUMO: reduzco-reutilizo-reciclo

  • No compro cosas innecesarias: ¿En verdad necesito más de lo mismo o cambiar tan pronto por moda? ¿Es algo que pueda prestarme o yo pueda prestar a un familiar o amigo? ¡Reduzco el gasto y comparto!
  • Digo adiós al plástico de un solo uso: No acepto bolsas o cubiertos plásticos ni bebidas embotellas en plástico. Llevo conmigo bolsa de tela, botella metálica con agua y cubiertos de metal o madera. Al mercar escojo productos con la menor cantidad de plásticos, empaque o embalaje.
  • Dispongo adecuadamente la basura: Reciclo y aseguro la recogida del material aprovechable (cartón, papel, vidrio, metal y plásticos) con la organización de recicladores local. Composto en casa los residuos orgánicos o contacto una empresa que los recoja y transforme en abono orgánico. No boto el aceite usado al lavaplatos, ¡contamina los ríos! Lo guardo en una botella y contacto una empresa que lo recoja en mi edificio o barrio y lo disponga adecuadamente. Averiguo y llevo a los puntos de recogida más cercanos los residuos electrónicos y pilas.

PASO 2. CUIDO EL AGUA, NO LA DESPERDICIO, CADA GOTA CUENTA.

  • Lavo el auto o moto cuando sea absolutamente necesario. Cierro la llave al cepillarme los dientes, enjabonar los platos o afeitarme.
  • ¡Tomo duchas cortas! Reutilizo el agua lluvia o de la ducha en el inodoro.
  • Me manifiesto por el agua: exijo a los legisladores leyes, y a las autoridades sanciones, para las industrias que vierten contaminantes a los ríos y las motiven a reducir y tratar correctamente sus desechos.
  • Me vuelvo guardián del agua, me sumo a grupos que protegen los nacederos y cursos de agua. Participo en siembras de árboles cerca de los ríos y en limpiezas de cauces.

PASO 3. AHORRO Y USO EFICIENTEMENTE LA ENERGÍA


  • Uso bombillos y equipos de bajo consumo energético.
  • No desperdicio la energía: desconecto los equipos que ya cargué, quito los cargadores del enchufe y apago las luces que no estoy usando en casa y en la oficina al salir.
  • Hago apagones voluntarios, no tengo que esperar a la Hora del Planeta para cortar el suministro de energía. Me conecto, pero con mi gente y mi entorno.
  • Exijo al gobierno dar el paso a un sistema energético de energías limpias que alimente hogares, industrias y transporte público. Si mi casa o edificio puede implementar un suministro solar o eólico, lo adopto.

PASO 4. ME TRANSPORTO ECOLÓGICAMENTE

  • Si voy cerca, camino; si voy un poco más lejos, voy en bicicleta o en transporte público; si tengo auto, lo uso para distancias largas y cupo completo de ser posible.
  • Compenso las emisiones de mis viajes en avión. Hay calculadoras en Internet que ayudan a hacer el cálculo. Dono dinero a proyectos que produzcan energía limpia, siembren bosques, secuestren carbono o reduzcan las emisiones de diferentes maneras.
  • Pido a mi gobierno apoyar el acceso a más vehículos eléctricos y a una red de suministro que los alimente.

PASO 5. ESCOJO CON CUIDADO LO QUE PONGO EN MI PLATO

  • Priorizo lo producido local y orgánicamente para cuidar los suelos y apoyar los cultivadores respetuosos con los animales y los cultivos. Como más vegetales y frutas y las escojo reales, no “perfectas” como impresas en máquina. El banano pecoso sabe más sabroso, y el tomate maduro y magullado, hace mejor salsa.
  • Priorizo fuentes de proteína vegetal y disminuyo mi consumo de carne. Si como pescado, que provenga de comunidades locales con prácticas de pesca artesanal. No patrocino la pesca industrial de redes que arrasan los océanos, y así, además alejo mercurio y microplásticos de mi cuerpo.
  • Le echo lupa a los ingredientes de los productos que compro, digo no al aceite de palma.
  • No desperdicio comida. Compro menos pero más a menudo y hago menús para usar a tiempo todo lo que tengo en la nevera y evitar que se dañe. Me sirvo poco en el plato para no terminar botando a la caneca, y si tengo hambre, pues repito. Aprendo nuevas recetas para usar esas partes de los alimentos que no sabía que son nutritivas y ¡también se comen!

Y LA ÑAPA: ¡ME INVOLUCRO!

Trabajo por mi comunidad. Pienso global y actúo local. Participo y dono a colectivos u organizaciones que trabajan por la conservación de la naturaleza y la reducción de nuestra huella de consumo. Yo ya escogí una causa, ¿cuál será la tuya?