Estudio logra convertir hasta el 66% de los desechos plásticos en combustibles líquidos y compuestos químicos útiles: Universidad de Yale hizo el anuncio
Apareció un nuevo aliado que promete ayudar a aliviar la crisis mundial de los desechos plásticos. Investigadores de la Universidad de Yale lograron un avance significativo en la pirólisis de plástico, que transforma residuos en recursos valiosos.

Investigadores de la Universidad de Yale desarrollaron un reactor capaz de transformar desechos plásticos en combustibles líquidos y compuestos químicos útiles, utilizando un proceso de pirólisis de plástico sin catalizadores.
El avance, que logra una eficiencia de conversión de hasta el 66%, ofrece una alternativa viable frente al creciente problema de la acumulación mundial de plásticos, estimada en más de 350 millones de toneladas anuales.
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¿De qué trata el innovador reactor que convierte los desechos plásticos en combustible?
La tecnología se basa en un reactor de columna de carbono fabricado por impresión 3D, con una estructura jerárquica de poros que van de 1 milímetro a 200 nanómetros. Este diseño permite un control preciso de la temperatura durante la pirólisis de plástico, lo que mejora la fragmentación de las moléculas y evita la formación de depósitos de carbono, conocidos como coking, que suelen degradar los sistemas en procesos industriales.
Entre sus principales características técnicas se encuentran:
- Conversión de hasta el 66% de residuos plásticos en hidrocarburos líquidos.
- Funcionamiento sin catalizadores, reduciendo costos y mantenimiento.
- Tres secciones de diferentes tamaños de poro que optimizan el control térmico.
- Ausencia de coking, lo que prolonga la vida útil del equipo.
El enfoque significa una mejora frente a los métodos convencionales, que dependen de catalizadores costosos y generan mayores residuos secundarios.
Pirólisis de plástico: un proceso más limpio y económico
La pirólisis de plástico consiste en descomponer el material a altas temperaturas en ausencia de oxígeno, convirtiéndolo en productos como combustibles o precursores químicos. Y aunque la técnica no es nueva, su aplicación ha sido limitada por el alto costo de los catalizadores y la dificultad de mantener la eficiencia a gran escala.
El equipo de Yale eliminó esa barrera tecnológica. Su reactor opera solo con calor, alcanzando altos rendimientos y evitando emisiones derivadas de la combustión directa del plástico. Además, el control interno de temperatura permite ajustar el proceso para distintos tipos de polímeros.
La reducción de costos y la simplicidad operativa colocan a esta versión de pirólisis de plástico como una opción adaptable tanto en medios industriales como en instalaciones regionales de reciclaje.
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Escalabilidad: del 3D al fieltro de carbono comercial
Los investigadores también probaron una versión alternativa construida con fieltro de carbono comercial. Aunque menos sofisticada que el modelo impreso en 3D, logró un rendimiento del 56%, lo que sugiere su potencial para aplicaciones descentralizadas.
Estos dispositivos podrían implementarse en:
- Plantas locales de reciclaje para convertir residuos plásticos en combustibles utilizables.
- Regiones rurales o costeras con dificultades para gestionar residuos sólidos.
- Proyectos de economía circular, evitando la exportación o incineración de plásticos.
La pirólisis de plástico también se perfila como una herramienta para complementar políticas internacionales, como la directiva europea 2024/955/UE sobre residuos plásticos y los compromisos del Pacto Mundial por los Plásticos, que buscan alternativas tecnológicas a la gestión tradicional de estos materiales.
Ahora, ¿qué efectos ambientales tendría el uso de pirólisis de plástico?
El uso de pirólisis de plástico puede reducir la presión sobre los vertederos y mitigar la liberación de microplásticos al medioambiente. Entre sus beneficios están:
- Recuperación de energía contenida en los plásticos sin incineración directa.
- Disminución de gases de efecto invernadero frente a métodos más contaminantes.
- Posibilidad de cerrar ciclos productivos mediante la conversión de residuos en nuevos recursos.
- Mayor autonomía para comunidades que carecen de infraestructuras de gestión complejas.
Si bien los investigadores reconocen que aún se requieren pruebas a mayor escala, los resultados iniciales confirman su viabilidad técnica. Su simplicidad constructiva y el uso de materiales accesibles como el fieltro de carbono fortalecen el interés en esta tecnología.
Este contenido está basado en la información publicada por Ecoinventos.
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