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¡No existe presupuesto para la ciencia!, advierte científica colombiana en el día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Lucy Gabriela Delgado, científica colombiana, actualmente decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional y cofundadora de la Red Colombiana de Mujeres Científicas, habla en entrevista exclusiva con Más Colombia sobre el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Lucy Gabriela Delgado, decana de la Universidad Nacional, Más Colombia

Cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una oportunidad para que los países no solo visibilicen las contribuciones de las mujeres en este campo, sino también los retos y obstáculos que enfrentan para su plena participación. Esto es especialmente relevante en países como Colombia, que cuenta con uno de los presupuestos más bajos de la región para la ciencia.

Aunque los campos de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son fundamentales para el crecimiento económico y desarrollo nacional, la participación equitativa de las mujeres en estos sectores sigue siendo una meta lejana en la mayoría de los países, sin importar su grado de desarrollo. De acuerdo con la ONU, solo una de cada tres personas dedicadas a la investigación científica en el mundo es mujer.

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En el caso de Colombia, en 2024 el Ministerio de Ciencias recibió la asignación presupuestal más baja de todas las carteras del Estado, con un total de 400.000 millones de pesos, una cifra comparable a los niveles de principios de siglo. Además, la ejecución de estos recursos ha sido sumamente baja, alcanzando sólo el 4,6% del presupuesto disponible para la vigencia 2023-2024. Esta situación agrava tanto el desarrollo científico y tecnológico del país como la participación plena de las mujeres en este ámbito.

Para profundizar en este tema, la científica colombiana Lucy Gabriela Delgado, decana de la Universidad Nacional, compartió su visión sobre la desfinanciación de la ciencia y el papel de las mujeres en este ámbito. 

Como líder del equipo que desarrolló dos tratamientos para la leishmaniasis cutánea —innovación que ha obtenido dos patentes—, Delgado ha sido testigo directo de los desafíos que enfrenta la investigación en Colombia. En entrevista, abordó el impacto de la falta de recursos en el avance científico y tecnológico del país, así como las barreras que limitan la participación de las mujeres colombianas en estas áreas estratégicas.

En el contexto colombiano, donde la inversión en ciencia ha sido históricamente baja y sigue enfrentando recortes, ¿cómo impacta esto la participación de mujeres y niñas en el ámbito científico? 

La reducción del presupuesto para la ciencia en Colombia impacta directamente la participación de las niñas y mujeres en este ámbito. Actualmente, no solo falta una asignación presupuestaria clara y suficiente para el desarrollo científico en general, sino que tampoco existen programas concretos y sostenibles a largo plazo que contribuyan a cerrar las brechas de género en este sector. Como resultado, la desigualdad entre hombres y mujeres en la ciencia sigue siendo una constante en el país.

Esas cifras son constantes, y han persistido por décadas, se hicieron aún más evidentes y pronunciadas durante la pandemia. Estudios recientes —aunque en su mayoría desactualizados, ya que los más recientes corresponden a 2021-2022— han demostrado que la brecha de género en la ciencia no ha disminuido significativamente en los últimos 20 o 30 años. A pesar de que se han impulsado iniciativas para fomentar la participación de mujeres en carreras STEM a nivel de pregrado, esta aparente paridad no se refleja en los niveles superiores de formación.

A pesar de los avances en equidad de género, las mujeres en la ciencia aún enfrentan grandes brechas en acceso y oportunidades. Desde su experiencia en divulgación científica, ¿cuáles son los principales obstáculos y cómo se pueden superar?

En los niveles más altos de la ciencia, la brecha de género se vuelve aún más evidente, con más del 80% de los espacios ocupados por hombres. Esta realidad refleja la ausencia de una política efectiva para cerrar estas desigualdades y demuestra que los esfuerzos planteados para reducir la brecha de género no han ido acompañados de acciones concretas y sostenibles.

Uno de los principales desafíos a superar es el arraigo de una sociedad profundamente patriarcal, donde a las mujeres se les asignan roles limitados, principalmente en carreras relacionadas con el cuidado y en las labores del hogar. Además, esposos, compañeros y padres aún no han brindado suficiente apoyo para que las mujeres de sus familias accedan y se desarrollen plenamente en el ámbito científico. Se necesitarán varias generaciones para que esta conciencia se fortalezca, reconociendo que las mujeres tienen el mismo potencial para generar y crear nuevo conocimiento que transforme el mundo.

Los obstáculos persisten mientras la sociedad académica y laboral no realiza los cambios necesarios. Actualmente, no existen programas diferenciados que permitan a las mujeres desempeñar sus roles de manera efectiva. Por ejemplo, en universidades, centros de investigación o instituciones educativas, deben implementarse espacios donde las mujeres puedan dejar al cuidado de sus hijos mientras realizan sus trabajos de investigación o avanzan en sus estudios de posgrado. En los países desarrollados, estos programas de bienestar integral diferenciados para las mujeres son más comunes, lo que les ofrece mayores oportunidades para equilibrar su vida profesional y personal.

La desigualdad salarial y la falta de reconocimiento representan un desafío aún mayor para las mujeres en comparación con los hombres. Las políticas a largo plazo son prácticamente inexistentes, y los incentivos reales para reducir la brecha de género en la ciencia son limitados. Si bien existen algunas convocatorias dirigidas a mujeres, estas son iniciativas aisladas.

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¿Qué puede hacer Colombia para promover la participación de las mujeres en la ciencia? aprovechado el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Es fundamental visibilizar y promover referentes femeninos en diversas áreas del conocimiento. Es crucial generar ejemplos de mujeres que lideran equipos y contribuyen con su conocimiento, tanto a nivel local como global. De esta manera, no solo se reconocerá a las mujeres destacadas en campos artísticos como la música, el cine o las redes sociales, sino también en el ámbito científico.

Para avanzar en esta dirección, se deben implementar políticas diferenciadas que no solo estén presentes en las instituciones de educación superior, sino también en el ámbito académico y profesional. Esto incluiría la creación de programas de becas y promociones específicas para mujeres en posgrados y otros niveles de formación.

Por ejemplo, en instituciones académicas, como la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, donde soy miembro correspondiente, la disparidad de género sigue siendo evidente. De sus 264 miembros, solo 53 son mujeres, lo que representa una pequeña proporción. A pesar de los avances, aún queda mucho por hacer, especialmente en el caso de los miembros honorarios, donde la brecha de género es aún más pronunciada.

La situación es aún más marcada entre los miembros honorarios, que es la categoría más alta, donde de los 33 hombres, solo hay cuatro mujeres. Esto subraya la necesidad urgente de implementar políticas de reconocimiento, pero no de forma condescendiente. No buscamos ser reconocidos únicamente por el hecho de ser mujeres, tampoco debe quitarse mérito por la misma razón. Creo firmemente que el mérito y el reconocimiento son fundamentales, y que desde estas instituciones se deben crear políticas que realmente generen resultados significativos en la reducción de la brecha de género.

En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, visibilizando su trabajo como científica vale la pena preguntar ¿Qué habría pasado si Lucy Gabriela no se hubiera dedicado a investigar la leishmaniasis, una enfermedad tropical desatendida que suele ser ignorada en la financiación mundial? 

Seguramente, si no me hubiera dedicado a esta enfermedad, habría trabajado en otra de las tantas enfermedades desatendidas u olvidadas. Para mí, la responsabilidad social es fundamental, independientemente del género. Como científicos en países en vías de desarrollo, enfrentamos el reto de abordar enfermedades que afectan gravemente a nuestra población, especialmente aquellas en las que la industria farmacéutica no invierte, dejando a millones de personas sin acceso a tratamientos efectivos.

Son los científicos, los investigadores y el Estado quienes tienen la responsabilidad de encontrar soluciones para atender estas enfermedades, controlar su impacto e incluso erradicarlas. Esto es fundamental para garantizar mejores condiciones de bienestar a las poblaciones expuestas a estos agentes infecciosos. En este sentido, es crucial fortalecer el compromiso con la investigación y el desarrollo de estrategias efectivas para su prevención y tratamiento.

Es un contrasentido creer que un país puede superar el subdesarrollo basando su economía únicamente en la venta de materia prima. En todos los sectores, exportamos recursos sin agregarles el valor que solo la ciencia y la innovación pueden generar. Sin una inversión sostenida, seria y significativa en investigación, la idea de desarrollar el país a partir del conocimiento seguirá siendo una falacia repetida por candidatos a cargos de elección popular, incluida la presidencia.

En los últimos años, y particularmente en el gobierno actual, el discurso sobre la construcción de una sociedad basada en el conocimiento ha sido contradictorio con las asignaciones presupuestales y con los planes de gobierno que se han implementado y que en este caso ni siquiera han logrado implementarse.

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