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El fracaso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Fernando Morales de la Cruz, Columnista, Más Colombia

Fernando Morales-de la Cruz

Cuando todos los Estados miembros de la ONU adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la AGNU de 2015 se publicaron miles de artículos en todos los continentes alabando la histórica decisión de adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Escribí entonces: «Necesitamos un verdadero sistema de Valor Compartido en el comercio mundial y no alardes en la ONU o habladuría en los medios de comunicación».

Según la ONU «La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, proporciona un plan compartido para la paz y la prosperidad de las personas y el planeta, ahora y en el futuro. Su núcleo son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que son un llamamiento urgente a la acción de todos los países -desarrollados y en desarrollo- en una alianza mundial. Reconocen que acabar con la pobreza y otras privaciones debe ir de la mano de estrategias que mejoren la salud y la educación, reduzcan la desigualdad y estimulen el crecimiento económico, todo ello al tiempo que se hace frente al cambio climático y se trabaja para preservar nuestros océanos y bosques.»

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Hoy, casi 9 años después, es imposible negar que los Objetivos de Desarrollo Sostenible están fracasando, principalmente porque nunca hubo un plan real para alcanzarlos. Es absolutamente imposible alcanzar los ODS sin cambiar los términos del comercio mundial, especialmente el comercio entre las naciones ricas y el Sur Global. De hecho, esto significa que es imposible «Mejorar el Estado del Mundo», como el Foro Económico Mundial afirma estar haciendo desde hace 53 años, a menos que todos los gobiernos controlen las acciones crueles e ilegales de al menos las 2.000 principales empresas que generan 45 billones de dólares en ingresos cada año (el 45% del PIB mundial). La gran mayoría de estas empresas tienen modelos de negocio opuestos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El fracaso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible tiene que ver con los 4.000 millones de personas más pobres del mundo, con los 1.000 millones de ellas que pasan hambre, con la desigualdad, con los 50 millones de esclavos modernos, con los más de 350 millones de niños que no estudian, con los casi 400 millones de niños que deben trabajar para sobrevivir, más de 100 millones de estos niños pobres trabajan en las cadenas de suministro de las corporaciones para reducir costes y aumentar los beneficios.

Por supuesto, el fracaso de los ODS también tiene que ver con la destrucción de la vida en el agua, en la tierra y en el aire, y con la falta de paz y democracia en tantas partes del mundo.

No puedo dejar de mencionar el consumo irresponsable e insostenible y el hecho de que la mayor parte de la energía que consumimos también está destruyendo el planeta.

El fracaso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es un enorme problema para la humanidad. Casi 9 años después de adoptarlos, los gobiernos no tienen un plan para alcanzar los ODS. En mi opinión, las Naciones Unidas han demostrado que nunca han tenido un plan realista. Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible requiere una inversión de más de 8 billones de dólares (US$ 8 trillion) anuales durante al menos 10 años, no solo 200.000 millones de dólares al año en falsa ayuda al desarrollo.

La World Benchmarking Alliance publicó recientemente su primer Social Benchmark. En él «se evalúa a las 2.000 empresas más influyentes del mundo -también conocidas como SDG2000- en cuanto a su responsabilidad de cumplir las expectativas fundamentales de la sociedad en cuanto al respeto de los derechos humanos, la oferta de trabajo digno y la actuación ética».

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Su conclusión clave:

Las 2.000 empresas más influyentes están dejando atrás a cientos de millones de personas.

Estoy convencido de que las 2.000 empresas más influyentes están dejando atrás a casi 4.000 millones de personas debido a la crueldad de sus modelos de negocio, no a cientos de millones. Casi todas las empresas tienen miseria, hambre, malnutrición y trabajo infantil en sus cadenas de suministro. Cientos de ellas tienen miseria y trabajo infantil en su propia plantilla.

Según el informe Social Benchmark:

«El 90% de las empresas no cumplen ni la mitad de las expectativas sociales fundamentales en materia de derechos humanos, trabajo digno y conducta ética».

“En promedio, las empresas no cumplen ni una cuarta parte de sus responsabilidades de mantener una conducta empresarial socialmente responsable en ninguna de las tres áreas de medición. El 90% de las 2.000 empresas evaluadas no cumplen ni la mitad de las expectativas sociales fundamentales en materia de derechos humanos, trabajo digno y conducta ética. Resulta alarmante que más del 30% de las empresas obtengan entre 0 y 2 puntos de un total de 20 posibles, lo que indica un escaso o nulo reconocimiento de su impacto en la vida de las personas. Cada vez es más evidente que el sector privado se desentiende de su papel crucial en la reducción de la pobreza y la desigualdad». 

Les recomiendo que lean el Informe de Referencia Social (Social Benchmark) completo (enlace al informe https://bit.ly/SocialBM24 ) resumido en el siguiente gráfico:

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