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sábado, 11 de octubre de 2025
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En Leticia hay impunidad frente al maltrato animal

Kevin Murillo, Columnista, Más Colombia

Kevin Murillo

Representante en la Plataforma Departamental Juvenil de Leticia y miembro de Defendamos Nuestra Amazonía.

En Leticia, hablar de bienestar animal es hablar de una herida abierta en nuestra comunidad. En lo que va del año se han presentado varios casos de crueldad contra perros y gatos, desde mutilaciones, atropellamientos por motos de altos cilindrajes y hasta zoofilia. Episodios que generan indignación y cuestiona el tipo de sociedad que queremos construir en el municipio, donde, lo más doloroso es que estos casos, como el de las perritas Milagros y Tabata, aunque denunciados, permanecen en un limbo jurídico, ya que no avanzan en la Fiscalía, las investigaciones se dilatan y al final reina la impunidad.

El plantón del 8 de agosto frente a la sede de la Fiscalía en Leticia es la muestra de una ciudadanía cansada de ver cómo los crímenes contra los animales quedan en el olvido. Jóvenes, líderes comunitarios, defensores de derechos y amantes de los animales se unieron en una acción pacífica para exigir que la justicia se aplique de manera efectiva. Ese acto simbólico puso sobre la mesa una verdad incómoda y es que el bienestar animal no es un tema menor, sino un reflejo de la capacidad del Estado para proteger la vida en todas sus formas.


La Ley 1774 de 2016 y la Ley Ángel 2455 de 2025, reconocen a los animales como seres sintientes y establecen sanciones para quienes los maltratan. Pero en la práctica, en Leticia, estas normas siguen siendo letra muerta. La brecha entre lo que dice la ley y lo que hacen las instituciones es evidente, y mientras tanto, el sufrimiento de los animales continúa.

La inacción de las autoridades se convierte en complicidad

El maltrato animal no es un hecho aislado ni un problema de unos pocos “amantes de los animales”. Está profundamente ligado a la cultura del respeto por la vida, al tejido social y a la construcción de ciudadanía. Cuando una sociedad tolera la violencia contra los animales, también normaliza otras formas de violencia. Es un círculo vicioso que alimenta la indiferencia y erosiona valores fundamentales de una democracia.

Lastimosamente, las instituciones llamadas a proteger a los animales y sancionar a quienes los maltratan parecen más preocupadas por evitar el trabajo que por cumplir la ley. La Fiscalía no impulsa con rigor las investigaciones, las entidades locales no fortalecen los mecanismos de control, y las sanciones rara vez se hacen efectivas. Esa pasividad institucional se convierte, en la práctica, en una forma de complicidad con los agresores. Sumándole el insuficiente presupuesto que a nivel municipal se asigna para éstos temas.

Aplicar las leyes y movilización pacífica frente al maltrato animal

La Ley Ángel no es un simple símbolo, fue creada para que el maltrato animal sea perseguido de manera más ágil y con mayor contundencia, reconociendo el creciente movimiento social que exige justicia. No obstante, de poco sirve tener una legislación avanzada si quienes deben aplicarla la ignoran o minimizan su importancia. Aquí radica uno de los grandes desafíos y es transformar esa normativa en una herramienta real de protección, con procesos judiciales eficaces y con sanciones ejemplares.

El bienestar animal en Leticia no será posible si dejamos toda la responsabilidad en manos del Estado. La experiencia nos demuestra que la presión ciudadana es clave para que las instituciones actúen. Por eso, es urgente que la ciudadanía asuma un rol activo y denunciar el maltrato, hacer seguimiento a los casos junto a las veedurías ciudadanas y exigir que la justicia cumpla con su deber.


Organizarse y movilizarse es la mejor respuesta frente a la indiferencia. Los animales no tienen voz para defenderse, pero sí cuentan con una ciudadanía que, cada vez más, entiende que protegerlos es proteger nuestra humanidad. Que el plantón frente a la Fiscalía no quede como un evento aislado, sino como el inicio de un movimiento más amplio y sostenido, capaz de transformar la relación entre nuestra sociedad y los animales.

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