Revolcón en el ICFES 2025: las nuevas reglas del juego en Saber 11

El 10 de agosto, miles de estudiantes presentarán el ICFES 2025 con una nueva estructura del Examen Saber 11. Aunque se busca una educación más integral, persiste la baja inversión estatal en el sector.

Más de 600.000 estudiantes en Colombia presentarán el Examen Saber 11 este 10 de agosto, con una nueva estructura y actualización, que se realiza cada diez años. Este año, el examen introduce cambios importantes en su estructura, como la evaluación de pensamiento crítico, habilidades socioemocionales y competencias ciudadanas.

El Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) asegura que esta nueva versión está alineada con estándares internacionales. Según el organismo, el objetivo del ICFES 2025 es evaluar de forma más contextualizada, más allá de la memorización, para medir habilidades útiles para la vida.

¿Qué cambios trae el ICFES 2025?

El nuevo Examen Saber 11 elimina varias preguntas tradicionales de opción múltiple y presenta escenarios más cercanos a la vida cotidiana. También fortalece el componente de lectura crítica y comprensión ciudadana, pidiendo a los estudiantes que analicen temas actuales como los derechos humanos, la democracia y la sostenibilidad.

Este enfoque, aunque bien recibido en términos técnicos, ha generado debate: ¿se puede exigir más a estudiantes que no tienen acceso a condiciones educativas dignas? La realidad es que se sigue evaluando con criterios avanzados a estudiantes que en muchos casos no tienen profesores capacitados, aulas en buen estado ni acceso a bibliotecas o internet.

Educación pública en Colombia: una deuda histórica

Ante los cambios introducidos, se recomienda a los estudiantes prepararse más allá de la memorización de contenidos. Es clave practicar con preguntas situacionales, leer sobre temas de actualidad y fortalecer la interpretación de gráficos, tablas y enunciados.

El nuevo Examen Saber 11 evalúa habilidades como el pensamiento crítico, la comprensión de textos complejos, el razonamiento cuantitativo y la capacidad para resolver problemas en contextos reales.

Sin embargo, los cambios en el ICFES 2025 pueden ser insuficientes sin un mayor apoyo estatal. Aunque el presidente prometió que la educación sería una prioridad, el presupuesto de 2025 redujo el gasto público en educación como porcentaje del PIB, pasando del 4,4% en 2023 al 4,1%, según datos del Ministerio de Hacienda.

¿Dónde está la inversión prometida?

Durante su campaña, el actual presidente prometió que la educación sería “la gran prioridad nacional”. No obstante, la baja en el presupuesto ha afectado programas clave como:

• La Jornada Única escolar, con cobertura estancada.
• El Plan de Alimentación Escolar, con recortes en zonas rurales.
• El acceso a educación superior pública gratuita, con cupos limitados.

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Resultados ICFES 2025: ¿una medición justa?

Los resultados del ICFES 2025 se publicarán en septiembre y serán decisivos para el ingreso a universidades. Sin embargo, hay preocupación sobre si estos resultados reflejarán realmente el potencial de los estudiantes o simplemente reproducirán las desigualdades del sistema.

Modernizar la evaluación sin fortalecer la educación no es suficiente

Aunque el ICFES 2025 representa un avance técnico en materia de evaluación educativa, la falta de inversión estatal limita su alcance transformador. Modernizar la prueba sin garantizar condiciones dignas de aprendizaje pone en entredicho el compromiso real del Gobierno con la educación en Colombia.

¿Cómo ven las universidades los cambios en el Examen Saber 11?

Las instituciones de educación superior han seguido de cerca la transformación del ICFES 2025, ya que los resultados son cruciales para el ingreso a la educación superior. Si bien valoran el enfoque en competencias integrales, también han manifestado preocupación por las desigualdades estructurales del sistema educativo.

Universidades como Los Andes y la Javeriana coinciden en que los estudiantes de colegios privados urbanos podrían adaptarse mejor al nuevo formato, mientras que los de instituciones oficiales, a menudo sin la preparación adecuada, podrían verse más afectados.

Un mejor examen no garantiza un mejor acceso y permanencia universitaria. Se necesitan políticas públicas que acompañen esta transición con más inversión, orientación vocacional y equidad en el acceso a la educación superior.

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