Los impuestos a la riqueza pueden ser la solución a la desigualdad global

Los impuestos a la riqueza buscarían reducir la actual desigualdad global. La meta es que el 40% más pobre de la población posea los mismos ingresos que el 10% más rico.

Le puede interesar: TLC con Estados Unidos cumple 12 años: ¿Éxito o decepción?

El eterno debate de la desigualdad

La desigualdad es un fenómeno persistente en nuestras sociedades. De acuerdo con los últimos informes de organismos internacionales, el 1% de la población con más ingresos concentra más de la mitad de la riqueza mundial, el 43% de los activos financieros globales y genera tantas emisiones de carbono como los dos tercios más pobres de la humanidad. 

Por otra parte, el 90% de los poseedores de tierras concentran apenas el 20% de la tierra, el 58% de los trabajadores se encuentra en la informalidad y el 51% de niños y niñas son pobres de aprendizaje, según Cedetrabajo.

De acuerdo con Oxfam, desde la pandemia ha empeorado de forma alarmante la concentración de la riqueza en el mundo. A nivel de países, “los ricos del Norte global poseen el 69% de la riqueza mundial, a pesar de representar solo el 21% de la población mundial”. 

Desde el año 2020 la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo se ha más que duplicado. Al tiempo, la riqueza acumulada de cerca de 5.000 millones de personas a nivel global se ha reducido. Lo más preocupante es que si cada uno de los cinco hombres más ricos se gastara un millón de dólares al día, les llevaría 476 años agotar su riqueza.

Además, si se mira el problema de la desigualdad con un enfoque de género, a nivel mundial los hombres poseen USD $105 billones de dólares más de riqueza que las mujeres, lo que equivale a más de cuatro veces el PIB de Estados Unidos, según Oxfam.

Mientras que en los países desarrollados el reto es básicamente la redistribución de las grandes fortunas y la equidad, los países en desarrollo tienen el desafío de combinar la redistribución y la excesiva concentración de la riqueza con la necesidad de crear nuevas fuentes de producción y fortalecer su infraestructura industrial y agraria.

También le puede interesar: ¿Qué hay detrás del menor déficit de balanza comercial?

Frente a esta realidad se proponen impuestos a la riqueza global

Oxfam ha apoyado la idea propuesta por Joseph Stiglitz, de que cada país debería aspirar a reducir la desigualdad hasta lograr que el 40% más pobre de la población posea los mismos ingresos que el 10% más rico, lo que se conoce como un valor 1 del índice de Palma.

En la última reunión ministerial del Seminario de Política Fiscal de la CEPAL, 16 países de la región, miembros de la Plataforma Regional de Cooperación Tributaria de América Latina y el Caribe (PTLAC) respaldaron la necesidad de un sistema tributario internacional progresivo que recaiga en el mayor aporte de los superricos.

En este sentido, las organizaciones de la sociedad civil que hacen parte del Consejo Consultivo de la PTLAC apoyaron las iniciativas en esta materia, particularmente la propuesta por Brasil en la cumbre ministerial del G-20. Esta propuesta, realizada en São Paulo en marzo del presente año, apuntaba a construir una cooperación fiscal internacional.

Para Jorge Coronado, miembro de la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe, aunque la iniciativa genera expectativa en el debate sobre los impuestos a los superricos, es necesaria una perspectiva regional con énfasis en los impuestos a la riqueza y el patrimonio, que permita una tributación mínima.

En este sentido, según el experto, se debe avanzar en una agenda de transparencia y cooperación fiscal en la cual la PTLAC debe jugar un papel clave.

Entre los gobiernos de América Latina hay mucha disparidad de enfoques sobre esta propuesta que fue apoyada por España, Alemania y Sudáfrica. Sin embargo, países como Colombia no la incluyeron en las reformas tributarias realizadas recientemente.