El magisterio, el nuevo modelo de salud y la ley estatutaria de educación

Bernardo Useche
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, PHD en Sexualidad Humana del IASHS de San Francisco, CA y PhD en Salud Pública de la Universidad de Texas en Houston.
Las maestras y maestros han vuelto a tomarse las calles. Las marchas y protestas emergieron casi que espontáneamente en respuesta a la caótica implementación, a partir del pasado primero de mayo, de un “nuevo modelo de salud” que reemplaza el régimen exceptuado de la Ley 100 con el que ha contado el magisterio desde hace más de tres décadas.
Como lluvia que se convierte en aguacero, la inconformidad arreció tras el acuerdo de la bancada del Pacto Histórico con los partidos de Uribe y Vargas Lleras, respecto a la ley estatutaria de educación que se tramita en el Congreso.
El nuevo modelo de salud establecido por el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio – FOMAG, además de la irresponsable improvisación que ha generado innumerables problemas en la atención a los maestros y sus familias, conlleva en su concepción y diseño problemas técnicos y administrativos que terminarán por encarecer los costos y desfinanciar el sistema.
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Un riguroso análisis desde la perspectiva del aseguramiento en salud advierte que la forma como el nuevo modelo del magisterio aborda desde la Fiduprevisora la contratación y compra de servicios, la libertad de escogencia de los prestadores e incluso los equipos de atención primaria en el territorio, en que tanto insiste el presidente Petro, podría resultar en que el remedio sea peor que la enfermedad.
El pasado 5 de junio, mientras los maestros exigían inmediata solución al desorden en la prestación de los servicios de salud, la bancada de gobierno se alió con los partidos Centro Democrático y Cambio Radical para introducir en el ya de por sí regresivo proyecto de ley estatutaria de educación, medidas absolutamente inaceptables para la Federación Colombiana de Educadores (Fecode).
Históricamente Fecode, a la par con la defensa de los derechos laborales y salariales del magisterio, ha luchado como le corresponde, entre otras reivindicaciones, por la educación pública y su apropiada financiación, la autonomía curricular y la educación con fundamento científico.
La conciliación con los partidos tradicionales eleva a rango constitucional lo contrario de esos principios. Consecuentemente, Fecode declaró el cese de actividades a partir del 12 de junio.
Al verse abocado a perder un valioso aliado y en un intento vano por diferenciarse del Centro Democrático, el partido conservador y Cambio Radical, el petrismo decidió presentar su propia versión de la ponencia original con cambios secundarios a la ponencia acordada con los partidos tradicionales.
En aspectos fundamentales, por ejemplo, las dos ponencias mantienen el mismo único párrafo dedicado al carácter científico de la educación (art. 34). Un texto que se limita a enunciar la ya desgastada política del gobierno de Juan Manuel Santos de “ciencia, tecnología e innovación”.
Aunque los afiliados al FOMAG continúan sufriendo las consecuencias del nuevo sistema de salud y seguramente van a persistir en exigir soluciones efectivas, le asiste toda la razón a Fecode en realizar mañana 17 de junio en Bogotá una jornada cuyo objetivo inmediato es el retiro o hundimiento del proyecto de la lesiva ley estatutaria de educación.