Gabriel García Márquez fue vetado en escuelas públicas de Estados Unidos: dos de sus obras fueron incluidas en la lista de libros prohibidos

En las escuelas públicas de Estados Unidos, la censura de libros se ha vuelto una práctica habitual. El más reciente informe de PEN America (2024-2025) advierte que la práctica de vetar títulos en bibliotecas y aulas se ha normalizado en el sistema educativo.

Durante el último año escolar, se registraron 6.870 casos de libros prohibidos en 23 estados y 87 distritos escolares. Aunque la cifra es menor a la del año anterior, el fenómeno se ha venido estructurando con marcos legales y decisiones administrativas que facilitan la restricción de lecturas.

Le puede interesar: La SIC investiga a Tigo, Claro, Movistar y WOM por fallas en la reposición de SIM Card

Gabriel García Márquez, el Nobel colombiano que entra en la lista de autores censurados

El nombre de Gabriel García Márquez, uno de los escritores más reconocidos del siglo XX y ganador del premio Nobel de Literatura en 1982, apareció este año en la lista de los libros prohibidos en las escuelas públicas de Estados Unidos, con lo que fue excluido de bibliotecas escolares en varios estados tras la publicación del informe de PEN America.

Su obras Cien Años de Soledad y El Amor en los Tiempos del Cólera fueron retiradas de estantes escolares en distritos de Florida, Texas y Carolina del Sur por considerar que sus libros presentan “referencias sexuales” y “contenidos inapropiados”. Sin embargo, el informe advierte que estos argumentos forman parte de un patrón más amplio de control ideológico.

García Márquez, autor de un universo literario que explora la memoria, el amor y la violencia, se suma así a una extensa lista de escritores cuyas obras han sido vetadas en el sistema público estadounidense.

Libros prohibidos en Estados Unidos: un fenómeno político y sistemático

Los reportes de libros prohibidos no responden a incidentes aislados. Según PEN America, se trata de una campaña organizada por grupos conservadores y autoridades estatales que apelan a la “protección de los niños” y los “derechos parentales” para restringir materiales que abordan temas de diversidad, raza, género o sexualidad.

Florida lidera la lista con 2.304 libros prohibidos, seguida de Texas y Tennessee. En estos estados, las presiones de grupos locales y funcionarios electos han derivado en leyes que exigen revisar el contenido educativo por posibles referencias a ideología de género o material considerado “inapropiado”. Otros estados, como Utah y Carolina del Sur, han creado listas oficiales de “no lectura”, en las que se incluyen obras literarias clásicas y contemporáneas.

Autores vetados y títulos retirados

El informe detalla que los libros prohibidos afectan tanto a autores estadounidenses como latinoamericanos. Otros de los títulos retirados, además de Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera, del nobel de literatura Gabriel García Márquez, son los siguientes:

• La naranja mecánica de Anthony Burgess.
• El cuento de la criada de Margaret Atwood.
• Sin aliento de Jennifer Niven.
• Anoche en el Telegraph Club de Malinda Lo.
• La casa de los espíritus y El Zorro de Isabel Allende.
• Una corte de niebla y furia de Sarah J. Maas.
• Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky.
• Sé por qué canta el pájaro enjaulado de Maya Angelou.
• Wicked de Gregory Maguire.

La lista de libros prohibidos también incluye obras fundamentales de la literatura latinoamericana. En varios distritos de Florida se retiró En el tiempo de las mariposas de Julia Álvarez. Estas obras fueron señaladas por contener “referencias sexuales o violentas” y por “no ajustarse” a los nuevos estándares morales impuestos en el sistema escolar.

Asimismo, el autor más vetado en el país fue Stephen King, cuyos libros fueron retirados en 206 casos durante el último año.

También le puede interesar: Musicoterapia para principiantes: mejore su humor y productividad con música

Tres modalidades de censura

PEN America clasifica las prohibiciones de libros en tres modalidades principales:

• Prohibición total: retiro definitivo de bibliotecas o aulas.
• Revisión pendiente: los libros quedan suspendidos hasta nuevo análisis.
• Restricción por edad: solo se permite el acceso con autorización de los padres.

Estas medidas no solo reducen el acceso a la lectura, sino que alteran los programas académicos y condicionan a los docentes, que en muchos casos optan por no usar textos que puedan ser cuestionados.

La Corte Suprema y el nuevo marco legal

El caso Mahmoud v. Taylor, resuelto por la Corte Suprema en junio de 2025, marcó un precedente clave en la expansión de los libros prohibidos. El fallo permitió que los padres retiren a sus hijos de clases donde se lean materiales con contenido LGBTQ+, en el que se argumentó la protección de sus convicciones religiosas.

Según PEN America, esta decisión judicial refuerza la autocensura en las escuelas, que prefieren eliminar obras antes de enfrentar litigios o sanciones. El informe advierte que el 97% de las prohibiciones registradas provienen del temor institucional, no de leyes explícitas, generando una “cultura de obediencia anticipada”.

Consecuencias y resistencias

Las campañas contra los libros prohibidos afectan directamente la libertad de expresión, la calidad educativa y el pensamiento crítico. Bibliotecarios y maestros enfrentan presiones, acoso y restricciones, mientras los estudiantes pierden acceso a perspectivas diferentes.

Existen movimientos que buscan revertir esta tendencia. Organizaciones como Freedom to Read Project, Let Utah Read y ACLU impulsan acciones legales y campañas comunitarias para restituir los títulos retirados.

PEN America concluye que la censura se ha convertido en una práctica rutinaria en las escuelas estadounidenses. Lo que antes era una excepción, hoy es parte del funcionamiento normal del sistema. La expansión de los libros prohibidos refleja un retroceso en la libertad de pensamiento y en el papel de la educación pública como espacio plural de aprendizaje y debate.

Lea más: Igualdad de género: ONU Mujeres advierte retrocesos por IA, pobreza y cambio climático