Movilidad sostenible en ciudades colombianas: opciones y retos (octubre 2025)
Explore las opciones y desafíos de la movilidad sostenible en colombia para octubre de 2025, incluyendo ciclorrutas, bicicletas públicas y vehículos eléctricos.
Las ciudades colombianas, en su constante búsqueda de desarrollo y bienestar para sus habitantes, han reconocido la urgencia de transitar hacia modelos de movilidad más sostenibles.
Para octubre de 2025, este propósito se refleja en la creciente implementación de alternativas de transporte urbano que no solo buscan descongestionar las vías, sino también reducir la huella de carbono y mejorar la calidad de vida.
Desde la expansión de ciclorrutas y sistemas de bicicletas públicas hasta el impulso de los vehículos eléctricos, Colombia se encuentra en un camino de transformación. A continuación, le ofrecemos un análisis detallado de estas opciones y los retos que aún persisten para consolidar una movilidad verdaderamente sostenible.
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La bicicleta como pilar de la movilidad sostenible: ciclorrutas y sistemas públicos
La bicicleta se ha consolidado como uno de los medios de transporte más eficientes y ecológicos en el entorno urbano. Ciudades como Bogotá han sido pioneras en su promoción, y para octubre de 2025, otras urbes colombianas siguen su ejemplo.
Expansión de la infraestructura ciclista
Bogotá, conocida por tener la red de ciclorrutas más extensa de América Latina, continúa expandiendo y mejorando su infraestructura. Para finales de 2024, la capital alcanzaba los 630 kilómetros de ciclorrutas, con planes de adición de 26 kilómetros en 2025 (Movilidad Bogotá, 2024).
Estos kilómetros no solo facilitan el desplazamiento en bicicleta, sino que también contribuyen a la seguridad de los ciclistas. Otras ciudades como Medellín, Cali y Barranquilla también han invertido significativamente en la creación de sus propias redes, aunque con una extensión menor. Por ejemplo, Medellín cuenta con más de 120 kilómetros de ciclorrutas, y Cali supera los 100 kilómetros, según las secretarías de Movilidad de ambas ciudades.
La construcción de estas infraestructuras no solo busca conectar puntos clave de las ciudades, sino también fomentar el uso de la bicicleta para trayectos cotidianos, disminuyendo la dependencia del transporte motorizado.
Auge de los sistemas de bicicletas públicas
Los sistemas de bicicletas públicas se han vuelto una opción atractiva para ciudadanos y turistas que buscan una alternativa flexible y económica para moverse por las ciudades. En Bogotá, el Sistema de Bicicletas Compartidas se ha consolidado. Para octubre de 2025, este sistema ha realizado más de 1.4 millones de viajes, con un promedio de 12.000 viajes diarios y más de 260.000 usuarios activos, de acuerdo con la Secretaría Distrital de Movilidad.
El sistema cuenta con 3.300 bicicletas, de las cuales un 30% son eléctricas, distribuidas en 300 estaciones a lo largo de 44 kilómetros en la ciudad. Este modelo ha sido replicado con éxito en ciudades como Medellín y Barranquilla, donde también se observa un crecimiento en el número de usuarios y estaciones.
Estos sistemas no solo promueven el ejercicio físico y la reducción de emisiones, sino que también complementan el transporte público masivo, facilitando la “última milla” de los viajes.
Vehículos eléctricos: un futuro electrificado para el transporte urbano
La electrificación de la flota vehicular es otro pilar fundamental de la movilidad sostenible. Colombia ha demostrado un compromiso creciente con la adopción de vehículos eléctricos (VE), tanto en el transporte público como privado.
Incremento en la venta de vehículos eléctricos e híbridos
El mercado de vehículos eléctricos e híbridos en Colombia ha experimentado un crecimiento notable. Según la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), durante los primeros ocho meses de 2025, las ventas de vehículos eléctricos e híbridos alcanzaron las 22.500 unidades, lo que representa un aumento del 35% en comparación con el mismo período de 2024.
De estas, los vehículos 100% eléctricos representaron más de 5.000 unidades, mientras que los híbridos enchufables y los híbridos ligeros completaron el resto. Este crecimiento se atribuye a los incentivos gubernamentales, la mayor oferta de modelos en el mercado y una creciente conciencia ambiental entre los consumidores.
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Infraestructura de carga y transporte público eléctrico
La expansión de la infraestructura de carga es crucial para la masificación de los vehículos eléctricos. Para octubre de 2025, Colombia cuenta con más de 700 puntos de carga públicos y semipúblicos, la mayoría concentrados en las principales ciudades como Bogotá, Medellín y Cali (Ministerio de Minas y Energía). Además, se ha incentivado la instalación de puntos de carga privados en hogares y empresas.
En cuanto al transporte público, Bogotá ha liderado la transición con la mayor flota de buses eléctricos de América Latina. Para 2025, el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) cuenta con más de 2.000 buses eléctricos en operación, lo que ha contribuido significativamente a la reducción de emisiones de gases contaminantes en la ciudad. Ciudades como Cali y Medellín también han incorporado buses eléctricos a sus flotas, aunque en menor medida.
Retos y oportunidades para la consolidación de la movilidad sostenible
A pesar de los avances, la consolidación de la movilidad sostenible en Colombia enfrenta diversos retos que requieren un enfoque integral y colaborativo.
Seguridad vial y cultura ciudadana
Uno de los principales desafíos es garantizar la seguridad vial para todos los actores, especialmente ciclistas y peatones. A pesar de la infraestructura, los accidentes de tránsito que involucran a usuarios de la bicicleta y la moto siguen siendo una preocupación.
En 2024, se registraron 8.500 muertes por accidentes de tránsito en Colombia, siendo los motociclistas las principales víctimas, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Es fundamental reforzar la educación vial, la fiscalización y la infraestructura que separe de manera efectiva los distintos modos de transporte.
Además, la cultura ciudadana juega un papel crucial. La promoción del respeto entre los diferentes usuarios de la vía, el uso adecuado de los medios de transporte sostenibles y el cumplimiento de las normas de tránsito son aspectos que requieren un trabajo continuo de sensibilización y pedagogía.
Incentivos y políticas públicas
Para acelerar la transición hacia la movilidad sostenible, se necesitan políticas públicas más ambiciosas y coherentes. Si bien existen incentivos para la compra de vehículos eléctricos, como exenciones de impuestos y restricciones de circulación, es necesario evaluar su impacto real y considerar la ampliación de beneficios para otras formas de movilidad sostenible, como el uso de la bicicleta.
El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 contempla la promoción de la movilidad sostenible, pero su implementación efectiva requiere una asignación presupuestal adecuada y la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno.
También es fundamental impulsar la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias a nivel nacional, así como la creación de una economía circular alrededor de la movilidad sostenible, que incluya el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos y la gestión adecuada de residuos.
Perspectivas futuras: hacia ciudades más verdes y eficientes
El camino hacia una movilidad sostenible en Colombia es un proceso a largo plazo que requiere la colaboración de todos los actores: gobierno, sector privado, academia y ciudadanía.
Integración de sistemas y planificación urbana
La clave para el futuro es la integración de los diferentes sistemas de transporte. Esto implica no solo conectar físicamente ciclorrutas con estaciones de metro o TransMilenio, sino también la creación de plataformas de información y pago unificadas que faciliten la multimodalidad.
La planificación urbana debe centrarse en el desarrollo de ciudades compactas y de uso mixto, que reduzcan la necesidad de largos desplazamientos y promuevan la cercanía de servicios y viviendas. La creación de “ciudades de 15 minutos” es un concepto que cada vez toma más fuerza, donde la mayoría de las necesidades diarias pueden satisfacerse a poca distancia a pie o en bicicleta.
Innovación y participación ciudadana
La innovación tecnológica seguirá desempeñando un papel vital en la movilidad sostenible, con el desarrollo de vehículos más eficientes, soluciones de movilidad compartida y el uso de datos para optimizar el flujo de tráfico y la oferta de transporte.
Sin embargo, la participación ciudadana es igualmente importante. Involucrar a las comunidades en el diseño y la implementación de políticas de movilidad, escuchar sus necesidades y fomentar el cambio de hábitos son elementos esenciales para el éxito a largo plazo.
Las ciudades colombianas tienen el potencial de convertirse en referentes de movilidad sostenible en la región, construyendo un futuro más verde, eficiente y equitativo para todos sus habitantes.
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