Pacientes mueren esperando medicamentos en Colombia, mientras el Gobierno de Petro y EPS se culpan
La crisis por los medicamentos en Colombia se agrava mientras el Gobierno y las EPS se responsabilizan mutuamente y los pacientes pagan con su salud y sus vidas.
Los medicamentos en Colombia se han convertido en una angustia diaria para miles de pacientes. Personas con enfermedades crónicas, trasplantes y tratamientos de alto costo pasan semanas o meses esperando fármacos que deberían recibir sin interrupciones.
Mientras el Gobierno de Gustavo Petro y las EPS se acusan entre sí por la crisis, los pacientes enfrentan largas filas, entregas incompletas y la suspensión de tratamientos que pueden definir la diferencia entre vivir o morir.
Una crisis que ya es cotidiana
La situación de los medicamentos dejó de ser un problema aislado para convertirse en una realidad permanente en farmacias y dispensarios. Usuarios reportan esperas de o horas para recibir respuestas negativas o entregas parciales de sus fórmulas.
En muchos casos, los pacientes reciben apenas el 50% o el 80% de los medicamentos prescritos. En otros, simplemente no reciben nada. Esta falla en la entrega de medicamentos en Colombia afecta con mayor fuerza a quienes dependen de tratamientos continuos y no pueden suspenderlos sin poner en riesgo su vida.
La crisis no distingue regiones ni regímenes de afiliación. Se presenta tanto en grandes ciudades como en municipios apartados, obligando a familias enteras a desplazarse para intentar conseguir lo que el sistema debería garantizar.
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Los medicamentos se pagan del bolsillo de los colombianos
Uno de los efectos más graves del problema de los medicamentos es el impacto económico sobre los hogares. Según la Defensoría del Pueblo, algunos pacientes deben destinar entre el 7% y hasta el 90% de sus ingresos mensuales para comprar medicamentos que no les entregan las EPS.
Este gasto catastrófico obliga a muchas familias a endeudarse o a suspender tratamientos. En un país con altos niveles de informalidad laboral, la imposibilidad de asumir estos costos termina profundizando la desigualdad y la exclusión del sistema de salud.
La falta de medicamentos en las EPS no solo deteriora la salud física de los pacientes, sino que también los empuja a la precariedad financiera.
Protestas desesperadas por medicamentos y tratamientos
La gravedad del problema ha llevado a escenas extremas. Recientemente se conoció un video donde una madre, desesperada porque no le entregan los medicamentos para su hijo, causó daños en el mobiliario de una sede de la EPS Emssanar en Cali.
En Bucaramanga, pacientes se encadenaron a una sede de la Nueva EPS para exigir medicamentos. Entre ellos había personas con fracturas, enfermedades crónicas y condiciones de alto riesgo.
En Pasto, madres cuidadoras de niños con discapacidad hicieron lo mismo en un centro comercial, denunciando que los medicamentos en Colombia llegan cuando ya no sirven, cuando el daño es irreversible.
Estas protestas reflejan una crisis profunda del sistema de salud de Colombia, donde las personas deciden tomar acciones extremas frente a la angustia y la frustración.
Gobierno de Petro: medicamentos en Colombia sí hay
Desde el Gobierno nacional, el presidente Gustavo Petro sostiene que los medicamentos en Colombia existen y que la crisis se debe al acaparamiento por parte de EPS y gestores farmacéuticos. Según el mandatario, los recursos ya fueron girados y los fármacos estarían almacenados en bodegas privadas.
Petro ha denunciado un supuesto sabotaje contra la reforma a la salud y ha ordenado a la fuerza pública incautar medicamentos que no estén siendo entregados a los pacientes. También ha señalado posibles desvíos hacia el contrabando y la reventa ilegal.
Para el Gobierno, la responsabilidad no es fiscal, sino administrativa y ética de las EPS.
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EPS y sector farmacéutico: no hay cómo comprar medicamentos en Colombia
La versión del sector privado es diametralmente opuesta. Fenalco y Afidro aseguran que la crisis de los medicamentos en Colombia tiene una causa financiera: una deuda acumulada cercana a los 4 billones de pesos, con moras superiores a los 600 días.
Sin pagos oportunos, afirman, es imposible adquirir nuevos inventarios. A esto se suman demoras del Invima, escasez global de materias primas, problemas logísticos y una regulación de precios que limita la sostenibilidad del negocio.
Desde esta perspectiva, no hay acaparamiento, sino un sistema financieramente asfixiado que ya no puede responder.
La Defensoría del Pueblo alerta por medicamentos en Colombia
La Defensoría del Pueblo ha advertido que el problema de los medicamentos en Colombia no es un simple desabastecimiento, sino una crisis estructural de acceso. Entre 2020 y 2025 se radicaron más de un millón de tutelas relacionadas con el derecho a la salud.
Solo en 2025, el 36,82% de las tutelas en salud estuvieron asociadas a la entrega tardía o inexistente de medicamentos. Además, se reportó el no suministro de al menos 584 medicamentos distintos en todo el país.
La entidad señala fallas en la transparencia financiera, retrasos en los pagos, barreras administrativas y distorsiones en la cadena logística que terminan afectando al paciente.
Mientras el Gobierno de Petro y las EPS se culpan mutuamente, los medicamentos en Colombia siguen sin llegar a quienes los necesitan. La discusión política no resuelve la urgencia de los pacientes que hoy dependen de un tratamiento para seguir vivos.
En Colombia, esperar un medicamento ya no es solo un trámite. Para muchos, es una carrera contra el tiempo que puede terminar en una tragedia.
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