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domingo, 12 de octubre de 2025
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Mujeres en la pobreza: la cara oculta de la desigualdad

La creciente cifra de las mujeres en la pobreza es un asunto crítico de desarrollo social y económico de Colombia.
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En Colombia, según las cifras de pobreza publicadas por el DANE en 2022, un total de 18,3 millones de personas viven con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas. En cuanto a las mujeres en la pobreza, la situación es particularmente difícil.

En efecto, de esas 18,3 millones de personas, aproximadamente el 40,3% corresponde a mujeres que se encuentran en esta condición de vulnerabilidad económica a nivel nacional.


En 2022, se evidenció un ligero incremento en la tasa de pobreza monetaria extrema en Colombia, pasando del 13,7% en el 2021 al 13,8% en 2022. Esto implica que aproximadamente 6,9 millones de personas se encuentran en condiciones de vida aún más precarias.

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Un total de 130.907 personas entraron en la categoría de pobreza extrema, definida por un ingreso mensual per cápita de $198.698 o un ingreso total de $794.792 para un hogar de cuatro personas, según el DANE.

Además, muchas mujeres viven en condiciones de pobreza multidimensional, la cual tiene en cuenta no solo su nivel de ingresos, sino también su acceso a servicios básicos, su educación, su salud y otras dimensiones del bienestar.

Según el DANE, en 2022, el 27,3% de las mujeres colombianas vivía en condiciones de pobreza multidimensional, frente al 18,5% de los hombres.


Aunque esta cifra puede variar ligeramente en diferentes regiones del país, pone de manifiesto una realidad económica desafiante. Con ingresos tan limitados, las mujeres a menudo enfrentan dificultades para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias.

Según los datos proporcionados por el DANE para el año 2022, se han identificado 23 ciudades principales en Colombia con las tasas más elevadas de pobreza monetaria entre las mujeres. De estas ciudades, cinco presentan cifras particularmente preocupantes.

Quibdó lidera esta lista con una preocupante tasa del 69,2% de las mujeres en la pobreza monetaria, seguida de cerca por Riohacha, donde este indicador alcanza el 57,2%. Luego, Santa Marta registra un 52,9%, Valledupar presenta un 52,0% y Florencia un 50,2%.

Esta desigualdad económica puede atribuirse a múltiples factores. Entre ellos se encuentran la discriminación de género en el mercado laboral, la persistente brecha salarial, la escasa oferta de empleos de calidad y la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. 

Además, el creciente liderazgo de las mujeres como jefas de hogar no siempre se acompaña de oportunidades laborales que garanticen un sustento digno. Estos factores combinados contribuyen a la compleja problemática de las mujeres en la pobreza.

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Mujeres en la pobreza: no hay suficientes fuentes de empleo

Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares, en julio de 2023, 9,7 millones de mujeres en edad de trabajar estaban empleadas, lo que equivale a apenas el 47,1% de las mujeres en edad de trabajar. En contraste, durante el mismo mes 13,5 millones de hombres se encontraban ocupados, el 71,0% de los hombres en edad de trabajar.


Durante el período de marzo a mayo de 2022, la tasa de ocupación (TO) de las mujeres en Bogotá fue del 52,3%. Para el mismo período de 2023, esta cifra subió al 53,8%, de manera que unas 71.873 mujeres adicionales encontraron trabajo durante este período. Si bien esto constituye un avance, el porcentaje aún es preocupante. 

Es importante destacar que la tasa de ocupación no necesariamente indica la calidad del empleo que tienen estas mujeres. Es fundamental analizar la calidad de los trabajos que realizan, las condiciones laborales y los salarios para obtener una imagen completa de su situación laboral.

La discriminación de género, la sobrecarga de trabajo doméstico y los estereotipos de género contribuyen a que las mujeres se vinculen a actividades económicas que no tienen un alto valor agregado. Esto tiene consecuencias negativas, como la pobreza, la desigualdad y la exclusión.

Sobrecarga de las labores de cuidado: el caso de Bogotá

Según los análisis del Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá (ODEB), el 66,8% de las mujeres en edad de trabajar están vinculadas al mercado laboral. 

Las trabajadoras se enfocaron en cuatro tipos de trabajos: administración pública y defensa (23,3%); actividades relacionadas con el comercio y la reparación de vehículos (16,8%); trabajos profesionales y científicos (15,2%); y en trabajos artísticos y de entretenimiento (11,6%).

De acuerdo con la Línea Base del Sistema de Cuidado (2022), 9 de cada 10 mujeres en Bogotá realizan tareas domésticas y de cuidado no remuneradas, mientras que aproximadamente 7 de cada 10 hombres participan en estos trabajos. 

Esto significa que, en promedio, las mujeres dedican 2 horas y 35 minutos más al día a estas actividades que los hombres.


Esta carga adicional de responsabilidades ha tenido un impacto negativo en la independencia económica de las mujeres y en el tiempo que pueden dedicar a sí mismas. Además de no recibir pago por estos trabajos, realizarlos representa una barrera significativa para acceder al empleo y para ejercer otros derechos.

Para abordar este desafío, Bogotá ha puesto en marcha 19 de las 20 manzanas de cuidado prometidas, donde se ofrecen diversos servicios que han beneficiado a aproximadamente 400.000 mujeres. Si bien las manzanas de cuidado representan un avance en la promoción de los derechos de las mujeres, su impacto aún se siente de manera limitada en términos per cápita.

Para el resto del país, la implementación del Sistema Nacional de Cuidado (SNC) aún está en una etapa inicial. El Ministerio de la Igualdad ha comenzado a trabajar con las diferentes regiones para construir un diagnóstico del estado actual del cuidado y para desarrollar una estrategia de implementación adaptada a las necesidades locales.

Es importante señalar que la implementación del SNC es un proceso que requiere tiempo y recursos. Se espera que se implemente en todo el país de manera gradual, a lo largo de los próximos años.