Planificación financiera en situaciones de riesgo: preparación para lo inesperado
El mundo de hoy es cambiante y las empresas deben estar preparadas para hacer frente a toda clase de situaciones. Por lo tanto, aciertan cuando le dan importancia a la planificación financiera, enfocada no solo a obtener resultados económicos positivos, sino a prepararse para mitigar el riesgo financiero frente a las dificultades económicas.
La planificación financiera permite el mejoramiento en la toma de decisiones frente al uso, la generación y la administración de los recursos, así como la preparación para situaciones turbulentas. En casos extremos, una manera de evitar la quiebra de las organizaciones es acudir a la ley de insolvencia 1116 de 2006, que les permite buscar puntos de acuerdo entre deudores y acreedores, logrando un adecuado balance entre las partes.
Estrategias efectivas para enfrentar situaciones de riesgo y crisis imprevistas
Todas las empresas enfrentan épocas de vacas gordas y de vacas flacas. Lo grave no es vivir situaciones difíciles, sino no saber cómo gestionarlas. A continuación, le contamos algunas estrategias prácticas que le permitirán prepararse y gestionar riesgos financieros, asegurando la estabilidad y resiliencia de su empresa.
Creación de fondos de emergencia
Constituyen un ahorro para hacerles frente a emergencias financieras. Estos fondos permiten que las empresas tengan cómo enfrentar dificultades económicas no planeadas y evitar que tengan que acudir a los fondos destinados al sostenimiento de las organizaciones o al endeudamiento.
Es recomendable que exista un porcentaje fijo de los ingresos mensuales para el fondo de emergencia, el cual puede variar de acuerdo a las posibilidades de cada empresa.
En algunos casos, los fondos de emergencia pueden ser un sobreesfuerzo para las organizaciones, pero estar preparado para los momentos de crisis mejora la probabilidad de mantener la continuidad de los negocios a pesar de las situaciones adversas.
Implementación de indicadores para detectar, evaluar y mitigar los riesgos financieros
Realizar un seguimiento constante de la solidez financiera de la empresa permite la detección a tiempo de posibles dificultades económicas.
Para ello, implementar diversos indicadores de seguimiento y análisis resulta fundamental. Por ejemplo, la evaluación constante de la relación que tiene la empresa con sus acreedores ayuda a planificar el pago de deudas y garantizar un mínimo de liquidez. Además, esta medición permite que se aprovechen deducciones en materia fiscal.
Medir el grado de eficiencia con el que se administran los recursos también garantiza que las empresas tengan clara la velocidad de recuperación de capital, para poder tomar decisiones en situaciones inesperadas.
Implementar un Plan de Continuidad del Negocio (PCN)
Un plan de este tipo permitirá que, en momentos de crisis, las empresas puedan volver a la normalidad lo más pronto posible.
Se deben conocer las posibles situaciones de riesgo a la hora de definir el objetivo del PCN. Asimismo, es importante que este plan incluya las responsabilidades de los distintos miembros de la organización.
El PCN deberá definir los recursos que se necesitan para hacerles frente a las posibles contingencias, así como las acciones concretas que se deberán llevar a cabo ante los posibles escenarios que afecten la actividad de la empresa.
La Ley de insolvencia es una oportunidad de recuperación en casos extremos
Cuando el deterioro financiero de la empresa es significativo, es importante tener en cuenta que existen opciones legales diseñadas para proteger los negocios y las empresas en escenarios de crisis graves.
En esta línea, es recomendable considerar la Ley de insolvencia como una solución estructural para evitar la quiebra, pues esta ofrece una posibilidad de recuperación económica mientras se protegen los intereses de los acreedores.
La planificación financiera permite el progreso económico y la mitigación de riesgos de las empresas
En ocasiones, los problemas financieros de las empresas se convierten en una barrera que no permite una correcta planificación porque se mantienen ocupadas resolviendo sus obligaciones más urgentes.
Es por ello que la preparación ante imprevistos debe ser una prioridad dentro de las organizaciones, incluso en épocas de bonanza. Tener un plan de contingencia robusto y conocer las opciones legales disponibles hará que se pueda contener el impacto en tiempos de crisis.
Ante las amenazas económicas, se debe evitar la interrupción de las actividades del negocio. Incluso, habrá casos en los que se deba poner a prueba la resiliencia de las empresa, y reinventar procesos y productos para sostener la continuidad de la operación.
Un plan de contingencia (diferente al plan de continuidad) hace parte de la gestión del riesgo y también puede aportar al aprovechamiento de oportunidades estratégicas. Al fin y al cabo, no se debe perder de vista que todas las crisis pueden ser una oportunidad para llegar a nuevos horizontes.
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