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lunes, 15 de diciembre de 2025
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¿Se imagina vivir con menos de $460.000 al mes? así es la pobreza monetaria que viven más de 16 millones de colombianos

El DANE actualizó sus cifras de pobreza monetaria para 2024 y reveló que 16,2 millones de personas en Colombia viven con menos de $460.198 al mes. ¿Es esto realmente una buena noticia?

Mujer revisa billetera vacía, símbolo de pobreza monetaria en Colombia.

¿Se imagina tener que pagar el arriendo, la comida, el transporte y la educación de sus hijos con poco más de $460.000? Esta es la realidad que enfrentan más de 16 millones de colombianos todos los meses.

Aunque hay 1,2 millones de personas menos en situación de pobreza que el año pasado y la tasa nacional bajó de 34,6% a 31,8%, casi uno de cada tres colombianos sigue sin ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.


Más allá de los números, cuando se cruzan estos datos con otros indicadores sociales como la informalidad laboral y el desempleo, la imagen se torna menos alentadora. ¿Cómo puede estar reduciéndose la pobreza si seguimos entre los países con más desempleo en la OCDE? Para junio de 2024, Colombia registró la tercera tasa más alta de desempleo entre los miembros de esta organización, con un 10,2%, el doble del promedio del grupo 4,9%.

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La mejora en pobreza es real, pero frágil. Más que resultado de una política redistributiva sostenida, parece impulsada por ingresos laborales precarios en un contexto de bajo crecimiento económico, 1,1% en 2024, según el Banco de la República y de recorte en subsidios como Renta Ciudadana o Hambre Cero. El mercado laboral sigue excluyendo a millones de personas del acceso a salud, pensión o protección frente a la pérdida del empleo.

Esto se agrava por el limitado efecto redistributivo del Estado. En teoría, mediante impuestos progresivos y transferencias sociales, se deberían reducir las brechas de ingreso. Pero en 2024, la redistribución no sólo fue inefectiva, sino regresiva, según el DANE, aumentó la pobreza monetaria en 0.35 puntos porcentuales. Resultado de una menor cobertura en transferencias y un sistema tributario que favorece a los más ricos.

Programas sociales con baja ejecución y un diseño fiscal regresivo explican parte del fenómeno. De hecho, la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios señaló en 2021 que más del 60 % de las exenciones en el impuesto de renta benefician al decil más rico de la población.

Hombre sostiene pocas monedas en la mano, reflejo de ingresos precarios.
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Entre el desempleo y la informalidad, así se sostiene la caída de la pobreza en Colombia.

El DANE reportó que la pobreza extrema también se redujo, pasando de 12,6% en 2023 a 11,7% en 2024. En zonas urbanas, la pobreza monetaria cayó al 28,6%, mientras que en zonas rurales y centros poblados se ubicó en un preocupante 42,5%. Las ciudades con menor pobreza fueron Manizales (16,7%) y Bogotá (19,6%), mientras que Quibdó registró los peores resultados, con 59,6% de pobreza monetaria y 29,7% de pobreza extrema.


Además, la brecha de pobreza, es decir, cuánto le falta en promedio a una persona pobre para superar la línea de pobreza, fue del 12,6% a nivel nacional. En zonas rurales esta brecha fue mucho mayor (17,9%) que en cabeceras municipales (11%), lo que indica que la pobreza no solo es más frecuente en áreas rurales, sino también más profunda.

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Por otro lado, la incidencia de pobreza varía según el tipo de hogar. En hogares con jefatura femenina, la pobreza monetaria fue de 36,1%, por encima del promedio nacional. También fue más alta en hogares con jefatura joven (menores de 25 años), alcanzando el 36,4%. Estos datos confirman que el género y la edad del jefe o jefa del hogar siguen marcando desigualdades persistentes.

El mercado laboral colombiano continúa marcado por una alta informalidad. Aunque la tasa de desempleo nacional se redujo al 8,8% en abril de 2025, la calidad del empleo sigue siendo deficiente. Según el DANE, entre mayo y julio de 2024, el 55,9% del total de ocupados estaba en empleos informales; en zonas rurales, la cifra alcanzó el 84%, y en las 13 principales ciudades del país fue del 41,9%. La mayoría de los colombianos trabaja en comercio informal, servicios personales o actividades por cuenta propia, sin seguridad social ni estabilidad.

Viviendas improvisadas en zona marginada, ejemplo de pobreza en Colombia.
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¿Qué pasó con la redistribución?

La pobreza monetaria puede variar por tres factores: actualización de la línea de pobreza, crecimiento de ingresos y redistribución. Esta última mide el efecto del sistema fiscal y las transferencias sobre la desigualdad. En otras palabras, cuánto logra el Estado que quienes más tienen apoyen a quienes menos tienen. En 2024, el efecto redistributivo fue negativo: la acción estatal aumentó la pobreza en lugar de reducirla, como lo señala explícitamente el boletín técnico del DANE.

Además, la pobreza multidimensional —que considera acceso a salud, educación, vivienda, empleo y condiciones de la niñez— apenas se redujo de 12,1% a 11,5%. Esta caída marginal confirma que las brechas estructurales siguen intactas, especialmente en el mundo rural, donde la pobreza extrema (19,6%) duplica la urbana (8,7%).

La desigualdad también se mantiene elevada: en 2024, el coeficiente de Gini fue de 0,551, apenas inferior al 0,553 de 2023. Esta leve variación indica que, aunque disminuyó la pobreza monetaria, la distribución del ingreso prácticamente no cambió.

Colombia sigue estando entre los países más desiguales de América Latina y la OCDE. La concentración de ingresos y oportunidades en unos pocos sectores impide que el crecimiento económico se traduzca en bienestar generalizado.


Los datos del DANE confirman que es posible reducir la pobreza, pero también muestran los límites de hacerlo sin atacar las causas estructurales. En una economía donde el trabajo informal es la norma, las mujeres y jóvenes son más vulnerables, y la política fiscal apenas toca los ingresos altos, cualquier mejora es frágil y potencialmente reversible.

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