¿Productos importados están aumentando la inflación?
Las cifras indican que el aumento general de los precios tiene conexión con la dependencia de las importaciones que tienen las cadenas nacionales de producción. Análisis.

En la última sesión de la junta directiva del Banco de la República (BR) se decidió un nuevo aumento de la tasa de interés de intervención, que pasó de 3% a 4%. Entre las razones de esta determinación figuran la “tendencia alcista” de la inflación y la “ampliación del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos”, resultado negativo explicado porque la reactivación de la demanda ha elevado las importaciones a una velocidad superior a la de la oferta interna de bienes (Junta directiva BR, 2022). En otras palabras, las importaciones están generando inflación. Veamos cómo se da el proceso.
Las importaciones crecen más rápido que el PIB
En la última década, la variación de la demanda interna (2006-2021) ha sido la principal fuente del dinamismo de las importaciones, donde el crecimiento de las compras de bienes foráneos supera a la del PIB (ver gráfica No. 1). La situación se ha profundizado después de la entrada en vigor de los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea (2012 y 2013), y se expandió a una nueva escala porque las cuarentenas, las restricciones a la movilidad y los demás hechos asociados a la Crisis Pandémica afectaron la capacidad de oferta interna de bienes, lo que se ha suplido con más crecimiento de las importaciones (Sarmiento, 2021).
Cálculos elaborados con base en datos de las cuentas nacionales del DANE, evidencian que entre 2012 y 2021 la variación trimestral promedio de las importaciones fue de 8,5%, casi el doble que la de las exportaciones y superior a la de la demanda interna (7,3%) y al PIB (6,6%).

El mayor dinamismo de las compras externas trajo consigo el creciente peso de estas en la economía. Mientras a partir del tercer trimestre de 2011 las exportaciones iniciaron un sostenido decrecimiento en la participación en el PIB, las importaciones repuntaron hasta pesar casi 10 puntos porcentuales más que las ventas al exterior (ver gráfica No. 2). Esto significa más déficit comercial que, acompañado de la devaluación, pone al país a pagar más por lo que se trae del exterior.
La tendencia de más importaciones y menos exportaciones como porcentaje de la economía completa tres décadas. Según información del Banco Mundial, en 1991 las importaciones representaban el 14,4% del PIB, para el 2019 el 21,7% y en 2020 llegaron al 20,1%. Sucede lo contrario con las exportaciones. Mientras en 1991 equivalían al 19,1% del PIB, en 2019 eran el 15,8% y en 2020 el 13,5%.

La inflación entra por los costos de producción
Cifras del Banco de la República (2022, pp. 39) muestran cómo, a noviembre de 2021, las importaciones estuvieron compuestas en un 49,6% de bienes intermedios, un 27,9% de bienes de capital y un 22,5% de productos para el consumo final. 77 de cada 100 dólares de importaciones fueron directamente a los costos de producción, tanto de la agricultura como de la industria básica y de bienes de consumo final. Esto significa que parte de los costos de producción de muchos sectores económicos están atados a los precios internacionales y a la tasa de cambio, factores que se han encarecido en forma importante en los dos últimos años.
Lo anterior explica parcialmente por qué entre enero del 2020 y diciembre del 2021 aumentó significativamente el Índice de Precios al Productor (IPP), a través del cual se mide fundamentalmente la evolución de los costos de producción. Para el conjunto de la economía el aumento fue de 20,7%, para el sector agropecuario fue de 50% y para la industria de 15,5%.
Para la industria colombiana la inflación importada es fuente de elevación de los costos, particularmente en aquellas manufacturas con alto perfil maquilador y de ensamble de bienes intermedios importados. Según cifras del DANE (EAM, 2020), en la industria automotriz, por ejemplo, el 100% de los airbags, las suspensiones de vehículos y las partes y accesorios para la dirección son importados. El 93% de los tanques para combustibles provienen del exterior, así como el 77% de los amortiguadores hidráulicos.
Esto no solo sucede en la industria referenciada, sino también en la de alimentos para humanos y animales. Según el DANE, el 37% del maíz que demanda la industria es de origen extranjero, como también lo es el 74% de la avena en grano, el 54% de los mangos, el 90% de las ciruelas, el 67% del maní y el 73% de la arveja seca, por dar solo unos ejemplos.
La devaluación no solo encarece las importaciones
Además de que la necesidad de materias primas industriales importadas se presenta a lo largo y ancho de la manufactura colombiana, en la economía nacional cada vez hay más precios que dependen del valor del dólar. El precio de los combustibles, por ejemplo, está determinado por el precio internacional del crudo de referencia WTI (Golfo de México) y la TRM (Tasa Representativa del Mercado). Según las disposiciones del Ministerio de Minas y Energía, el 50% del precio de un galón de gasolina en Bogotá depende directamente del dólar y el WTI. Esta dependencia llega al 41% en el caso del diésel, a pesar de que solo el 20% de la demanda interna total de combustibles es abastecida con importaciones (ACP, 2021, pp. 4).
Es decir, mientras la quinta parte del consumo nacional de combustibles fósiles se suple con producto importado, el valor del 100% del consumo interno está atado a la tasa de cambio y al precio internacional, lo que aumenta el esfuerzo que deben hacer los hogares para cubrir el gasto destinado al principal bien de consumo del país (Distribuidores de combustibles, 2021). El fenómeno, según declaraciones del Ministro de Minas, también se replica en el gas natural y el GLP.
Un consumidor menos confiado
La alta inflación podría estar afectando la confianza del consumidor. Según el DANE, entre octubre y noviembre —cuando los precios repuntaron en forma importante—, esta bajó de 38,5 a 37,7.
Asimismo, en diciembre pasado, cuando la inflación presentó el segundo mayor crecimiento mensual del 2021 después de mayo, Fedesarrollo mostró una caída de 5,6 puntos porcentuales en el Índice de Confianza del Consumidor. Lo anterior, según este centro de estudios, indica que se está desmejorando la percepción de las condiciones económicas actuales y las expectativas sobre el devenir de la economía en los próximos meses.