Protesta de arroceros: temen por el futuro del sector si no hay acuerdo sobre precios piso del arroz e incentivo al almacenamiento

Esta mañana, cientos de arroceros provenientes del Casanare, Meta, Norte de Santander, Tolima, Huila y La Mojana protestaron pacíficamente frente al Ministerio de Agricultura, en la ciudad de Bogotá, para exigir soluciones frente a la falta de acuerdo en torno al incentivo al almacenamiento y la fijación de precios piso del arroz para los productores. Actualmente, se adelanta una reunión en el Ministerio en la que se está discutiendo el tema. 

Con estas medidas pueden secar y almacenar a menores costos el arroz que producen para comercializarlo luego y garantizan unos precios mínimos de compra para su producto. Así, no solo se evita que la cosecha de arroz se dañe —el arroz empieza a “quemarse” si no es secado en un plazo máximo de 48 horas una vez es cortado—, sino que se garantiza el abastecimiento del mercado nacional con arroz colombiano a lo largo de todo el año. 

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En un primer momento, la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Jhenifer Mojica, dijo que los arroceros estaban incrementando indebidamente las siembras, lo cual afectaría la estabilidad del sector. 

El Ministerio también puso en duda la conveniencia del incentivo al almacenamiento, para el cual dispuso 20.000 millones de pesos este año, con el argumento de que no había sido exitoso y estaba llamado a ser reemplazado por medidas estructurales. 

En un comunicado del 21 de junio, la cartera dijo que el “incentivo fue una medida temporal, que con el tiempo se volvió permanente, pero tras estudios autorizados, se demostró que durante casi 30 años, no sirvió como instrumento para planificar las siembras y organizar los niveles de producción del grano”.

“En consecuencia, reiteramos la intención de concertar con los representantes del sector un camino común, pues la discusión no puede darse en términos del incentivo, sino que debe avanzar hacia la construcción de una política pública del sector arrocero  que beneficie fundamental a los productores”, añadió el comunicado.

Ante esta situación, Fedearroz y Dignidad Arrocera, dos gremios del sector, explicaron que las mayores siembras en el primer semestre son propias de la estacionalidad del cultivo y no  responden a un incremento irresponsable de las siembras. 

Asimismo, enfatizaron que la adopción de medidas estructurales —como la construcción de distritos de riego— toma tiempo, por lo que el incentivo al almacenamiento es clave aún si el país define trabajar en su implementación, una decisión que han estado pidiendo desde hace años. 

El incentivo al almacenamiento es un subsidio que se les paga a las empresas —sobre todo a la industrias molineras— por secar y almacenar el arroz que se produce en el primer semestre del año. 

A cambio, estas se comprometen con precios piso, lo que beneficia a todos los productores. Esto se debe a que los precios piso del arroz garantizan que el grano no sea comprado a precios inferiores a los costos de producción por parte de las empresas que participan en el programa, un tema fundamental en épocas de fuerte inflación y de especial encarecimiento de los insumos que requiere el sector.

Aunque la ministra de Agricultura cambió su postura y se mostró dispuesta a negociar el incentivo al almacenamiento, los distintos actores del sector no llegaron a un acuerdo en la mesa técnica que se realizó ayer. 

El meollo del asunto está en que no se ha podido llegar a un acuerdo en cuanto al valor del incentivo al almacenamiento que se pagará por tonelada secada y almacenada, ni frente a la cifra en la cual se fijarán los precios piso del arroz. 

Tras las vacilaciones del gobierno, los productores temen que la industria molinera, que es la que tiene mayor capacidad de brindar el servicio de secado y almacenado, pierda el interés en el incentivo y no se comprometa con precios piso del arroz.

Sin estos precios piso, las siembras del año entrante podrían caer, toda vez que los productores podrían perder la confianza en la posibilidad de vender su arroz con un margen de ganancia mínimo, que les impida perder dinero. 

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¿Qué hay tras la discusión sobre el incentivo al almacenamiento y los precios piso del arroz?

La producción de arroz en Colombia se divide en dos grupos: por una parte, está el arroz que cuenta con la infraestructura necesaria de riego, secado y almacenamiento, el cual es sembrado en alrededor del 30% de las tierras arroceras.

Por otra parte, se tiene el arroz secano, presente en cerca del 70% de las tierras arroceras del país. Para la producción de arroz secano no se necesita una gran infraestructura, pues esta variedad requiere únicamente agua lluvia y canales de drenaje, explica la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia). 

Dada la falta de infraestructura que caracteriza al 70% de las tierras arroceras y el hecho de que se trata de un cultivo de ciclo corto, la producción de arroz tiene un carácter estacional. Así, la siembra se concentra en el primer semestre del año, que es cuando el arroz secano es viable. En la segunda mitad del año el país solo cuenta con los cultivos que tienen acceso a riego, pues el agua lluvia no es suficiente para satisfacer los requerimientos del cultivo.

Por esta razón, la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz) explica que la cosecha que se recoge de julio a octubre es mucho mayor, y se requiere secar y almacenar el grano para evitar que se dañe y que los altos volúmenes empujen a la baja los precios, por exceso de oferta, durante el segundo semestre. 

A la vez, el abastecimiento del país con arroz nacional en el primer semestre del año depende del correcto secado y almacenamiento del grano en la cosecha grande, pues las siembras del segundo semestre, que ocurren en el 30% de las áreas arroceras (que son las que cuentan con riego y dan arroz durante el segundo semestre), es insuficiente para suplir la demanda nacional. 

Para ello, el país cuenta desde hace cerca de 30 años con el incentivo al almacenamiento, el cual implica la fijación de un precio piso para los productores, de manera que estos no reciban en ningún caso una cifra inferior a ese monto al momento de venderles su arroz a las industrias que se acogen al programa.

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