La cultura del selfie y las redes sociales afectan a la fauna silvestre en el Amazonas

Kevin Murillo
Representante en la Plataforma Departamental Juvenil de Leticia y miembro de Defendamos Nuestra Amazonía.
El departamento del Amazonas, con su exuberante biodiversidad y su riqueza cultural, es uno de los destinos turísticos más fascinantes del mundo y un verdadero tesoro natural. Sin embargo, en los últimos años, la obsesión por capturar la «foto perfecta» para obtener likes ha generado un impacto negativo en su frágil ecosistema.
Esta práctica, aparentemente inocente, ha fomentado el tráfico de fauna silvestre, la captura y venta de animales, aumentando también la demanda de artesanías elaboradas con partes de especies en peligro de extinción o con algún riesgo. Es urgente reflexionar sobre cómo nuestras acciones, incluso las más triviales, pueden tener consecuencias devastadoras para nuestro patrimonio natural.
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Influencers ponen en peligro la Fauna Silvestre y el lado oscuro del turismo digital en la Amazonía
En marzo, en Australia, una influencer estadounidense cargó a un Wombat bebé que con su madre cruzaba una calle, poniendo en gran riesgo la vida del animal, según expertos y el gobierno australiano. Situaciones similares son el pan de cada día en el Amazonas, y la búsqueda del contenido viral ha transformado la experiencia turística en un ejercicio de irresponsabilidad ambiental, fomentado incluso desde entidades gubernamentales, cuando pagan influenciadores de redes sociales que promueven esta práctica. Adicionalmente, turistas desprevenidos, y otros no tanto, pagan por fotografiarse con monos y aves exóticas, sin comprender que detrás de cada foto existe una red de traficantes que capturan, maltratan y comercializan estos animales. Algunos de estos sitios, dicen ser “Centros de Rehabilitación”, pero explotan animales y monetizan con su sufrimiento.
Las estadísticas reflejan la crisis, cuando vemos como desciende el número de especies como el mono nocturno, el mono churuco, el perezoso de tres dedos, y, diversas especies de loros, de tucanes, especies boas, enfrentan una presión adicional por esta nueva modalidad de explotación.
La lista continúa, es larga, y para satisfacer el mercado, algunos locales capturan fauna silvestre, las antropomorfizan y las utilizan como «accesorios» para las fotos. Muchos de estos animales, alejados de su hábitat natural, mueren prematuramente.
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Artesanías con partes de animales: Entre la cultura y el tráfico
El problema no se limita a los animales vivos, y el comercio de artesanías elaboradas con partes de animales silvestres ha encontrado en las redes sociales un escaparate perfecto, promocionado muchas veces con recursos públicos. Un sin número de turistas, ignorando el impacto de sus compras, adquieren estos productos sin saber que están contribuyendo a la caza furtiva y al declive de especies en listas rojas. Collares con colmillos de felinos y caimanes, adornos con plumas de guacamayas y accesorios fabricados con pieles exóticas se comercializan abiertamente como souvenirs.
Urge replantear este modelo, y en lugar de romantizar lo exótico, debemos exigir trazabilidad, educar sobre las consecuencias ambientales de estos productos y promover alternativas. Ningún recuerdo de viaje vale más que un ecosistema entero. La verdadera riqueza de esta región no cabe en un selfie viral, sino en la conservación de su biodiversidad única. El turismo irresponsable y la presión por contenidos en redes sociales están convirtiendo a la fauna silvestre en víctimas de la obsesión digital. También hay que profundizar en la lucha contra la corrupción, para que los dineros existentes para programas de apoyo a las comunidades no sean desviados.
Acción ciudadana y de las autoridades para conservar
Las autoridades tienen un papel crucial y deben robustecer los controles en la triple frontera -Colombia, Brasil, Perú- además de aplicar sanciones ejemplares conforme a la ley y lanzar campañas de educación ambiental —para turistas, operadores y locales—, y así promover un turismo que no explote, sino que valore la naturaleza, así como brindar alternativas económicas a locales, para no verse empujadas a participar de estas redes ilícitas. Solo con un esfuerzo conjunto podremos preservar el Amazonas como el paraíso natural que es. La búsqueda de likes en redes sociales se ha convertido, sin quererlo, en un aliado de la explotación y el sufrimiento de la vida silvestre. El verdadero influencer no es quien acumula selfies con animales silvestres, sino quien inspira acciones para proteger nuestro patrimonio natural.
Para comentarios al columnista kevin.murillo.hdz@gmail.com.