Nueva Reforma Tributaria por 26,3 billones. Un proyecto ambicioso en el peor momento
El Gobierno de Gustavo Petro radicó una Reforma Tributaria de $26,3 billones con nuevos impuestos al IVA, combustibles y renta. Sin embargo, no existen condiciones políticas ni económicas para que el Congreso la apruebe.
El Gobierno de Gustavo Petro radicó en el Congreso la Reforma Tributaria 2025, también llamada Ley de Financiamiento, con el objetivo de recaudar $26,3 billones que financiarían parte del Presupuesto General de la Nación 2026. Se trata de la tercera reforma tributaria en menos de cuatro años de gobierno, un hecho que ya marca resistencia política.
La propuesta incluye nuevos impuestos al consumo y mayores cargas para sectores estratégicos. Entre las medidas destacan:
- IVA del 19 % a los juegos de suerte y azar, tanto presenciales como en línea.
- Ampliación del IVA a parqueaderos, cuotas de administración en propiedad horizontal no residencial y licores.
- Eliminación de beneficios en combustibles: gasolina y ACPM tendrán un IVA gradual del 10 % en 2026, hasta llegar a la tarifa plena en 2028.
- Mayor progresividad en el impuesto de renta y patrimonio, con tarifas más altas para bancos, petroleras y contribuyentes de mayores ingresos.
- Inclusión de las iglesias y de plataformas digitales extranjeras (Netflix, Amazon, HBO) en la base gravable del impuesto de renta.
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En teoría, es una reforma progresiva que busca cerrar vacíos y redistribuir cargas. En la práctica, llega en un entorno económico y político adverso que reduce sus probabilidades de aprobación.

Nueva Ley de Financiamiento choca con la realidad económica
El principal argumento del Gobierno es que el Presupuesto General para 2026, estimado en $556,7 billones, no puede financiarse sin esta nueva fuente de ingresos. Pero el contexto macroeconómico es delicado:
- Crecimiento bajo. Las proyecciones de 2025 rondan entre 1,5 % y 2 %, insuficiente para soportar un aumento impositivo generalizado.
- Inflación persistente. Aunque la inflación ha cedido respecto a 2023, la presión sobre los precios de combustibles y servicios básicos podría reactivar la espiral inflacionaria.
- Desempleo alto e informalidad. En regiones como Norte de Santander, los analistas advierten que el incremento del IVA golpeará con mayor fuerza a los hogares vulnerables.
En otras palabras: el diseño de la reforma puede ser técnicamente coherente, pero económicamente inoportuno.
La Reforma Tributaria enfrenta un Congreso fragmentado y escéptico
Más allá de los argumentos técnicos, la Reforma Tributaria enfrenta un Congreso fragmentado. La coalición de Petro perdió cohesión después de las elecciones regionales de 2023, y en 2024 ya se hundió una tributaria que buscaba recaudar $12 billones.
Hoy, varios factores reducen las posibilidades de éxito:
- Fatiga tributaria. Tres reformas en un mismo gobierno generan desgaste y resistencia incluso en bancadas afines.
- Oposición fortalecida. Los partidos de centro y derecha ya anunciaron que votarán en contra de gravar combustibles e iglesias.
- Malestar social. La reforma fue radicada a puerta cerrada, sin participación de la prensa, lo que alimenta la narrativa de un gobierno poco transparente.
El resultado más probable es que la iniciativa sufra un fuerte recorte en comisiones económicas o se hunda como en 2024.

La paradoja de la progresividad de la nueva Reforma Tributaria
A diferencia de la mayoría de coberturas, que se concentran en la lista de impuestos, este análisis subraya una paradoja central: aunque la reforma busca ser progresiva, el contexto convierte sus medidas en regresivas en la práctica.
- El IVA a combustibles y servicios de parqueo impactará más a transportadores, conductores y hogares de clase media.
- Los sectores con mayor poder de lobby, como petroleras e iglesias, tienen margen para negociar alivios en el Congreso, reduciendo el alcance redistributivo.
- La presión inflacionaria derivada de nuevos impuestos terminaría golpeando de manera indirecta a los más pobres.
En otras palabras, el discurso oficial de “los que más tienen pagarán más” puede diluirse en el trámite legislativo, dejando una reforma costosa políticamente e ineficaz económicamente.
Proyecto de Ley de Financiamiento estaría condenado al fracaso
El gobierno presenta esta Reforma Tributaria como la llave para garantizar la estabilidad fiscal del país y blindar el presupuesto de 2026. Sin embargo, no hay condiciones económicas ni políticas para que el Congreso la apruebe en su forma actual.
Los escenarios posibles son:
- Que se negocie una versión descafeinada, con recaudo mucho menor al previsto.
- O que se repita la historia de 2024 y el proyecto se hunda por falta de apoyos.
En cualquier caso, el mensaje es claro: Colombia necesita una discusión seria sobre sostenibilidad fiscal, pero la propuesta actual del presidente Gustavo Petro difícilmente será el camino.
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