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Siguen las equivocaciones sobre los precios de los combustibles

Diego Otero Prada, Columnista, Más Colombia

Diego Otero

Ingeniero eléctrico de la Universidad de los Andes y PhD en Economía de la University of Pennsylvania. Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica (ACECRI) y miembro de la junta directiva de la Academia de Ciencias Económicas (ACCE).

Con motivo de los incrementos en el precio de la gasolina corriente, los ortodoxos y los seudoprogresistas se unen en el mismo canto de sirena para defender los aumentos con argumentos bastante discutibles.

Afirmaciones  falsas

1. Que se dañan las finanzas de Ecopetrol

Esto me recuerda la famosa frase en los Estados Unidos, sobre que lo que favorece a Ford favorece al país. No, lo primero es el interés general; una persona de izquierda no puede decir lo contrario, que lo primero es Ecopetrol.

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Además, Ecopetrol está cobrado todos sus combustibles líquidos y gaseosos a precios muy por encima de sus costos reales, incluyendo el diésel y las gasolinas, a pesar de que no haya llegado el ingreso a Ecopetrol de estos combustibles a los costos de oportunidad (suponiendo se exportan en lugar de consumirse internamente), según quieren los ortodoxos. Más daño le hace a Ecopetrol invertir en transmisión eléctrica y en generación, que no es su función.

Ecopetrol gana muy buena plata, adicionalmente, con la exportación de petróleo, combustóleo, gasolina de aviación y petroquímicos, y por el transporte en sus oleoductos. Ya he mostrado en otros artículos que Ecopetrol recibe ingresos muy por encima de sus costos promedios internos reales.

Entonces, el argumento de que se perjudica a Ecopetrol es totalmente errado. La empresa estatal gana suficientes recursos, y darle más exageradamente perjudica el ingreso per cápita de los colombianos y desfavorece la competitividad económica. No siempre el interés de Ecopetrol es el del país.

2. Que se subsidia a los ricos

Dan argumentos falaces del impacto sobre el ingreso de las personas, se la pasan diciendo que precios bajos. Claro, hablan de que hay subsidios, y los medios de comunicación repiten como loros lo que dicen los ortodoxos y seudoprogresistas para justificar esta afirmación de que están favoreciendo a los ricos, pero nunca dicen que los altos precios de los combustibles afectan a los pobres y a las clases medias.

Las estadísticas dicen que hay 11 millones de motos que utilizan gasolina corriente, cuyos dueños son personas de los estratos 1 a 4. Muestran también, que de los 3,6 millones de automóviles, el 65% el de los estratos 1 a 4. Es decir, el argumento de que se favorece a los ricos no es cierto. Sin hablar de los efectos sobre los sectores productivos, como es el caso de la agricultura.

3. Que se perjudica la transición energética

Otro argumento de nuestros ambientalistas radicales, que precios de los combustibles bajos estimulan el transporte privado de todo tipo. Cambiar la estructura o la mezcla de energéticos en el transporte demorará por lo menos 50 años, hasta que la tecnología avance y se disminuyan los costos. Los precios tienen efecto, pero este es lento, y más aún si no hay sustitutos.

4. Repito mil veces, no hay subsidio

Ecopetrol recibía en abril de 2023 más por el llamado Ingreso al Productor, que está por encima de sus costos promedio reales en casi 87%. Si se cobrara según dicen los ortodoxos como si se pudieran exportar los combustibles, en este caso la gasolina corriente, su excedente estaría por el orden del 217% de sus costos reales.

Pasan por alto hechos fundamentales

1. No se refieren a la posibilidad de acabar con el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC)

Estos señores, amigos de los incrementos en los precios de los combustibles, son inflexibles en cuanto al Fondo de Estabilización. No aceptan eliminar un Fondo que produce rigidez, como toda regla, y quita libertad de acción al gobierno.

2. Efecto sobre el ingreso de los hogares

Ya vimos en el punto 2 que hay un impacto muy negativo en los ingresos de los hogares medios y bajos.

3. Impacto sobre la competitividad económica

Un país debe lograr seguridad energética y precios favorables para el crecimiento. La energía se requiere en todos los sectores y algunos son intensivos en energéticos.

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El ejemplo de lo que está ocurriendo en Alemania es muy diciente. Durante décadas, la industria alemana se vio favorecida por los precios bajos del gas natural importado de Rusia. Por la locura de los Estados Unidos, que voló el gasoducto Nord Stream para que Alemania dependiera de la potencia del Norte con gas natural casi 50% más caro, la industria alemana va a ser menos competitiva, un efecto que se verá con el tiempo.

4. No dicen nada sobre las importaciones de combustibles y petroquímicos

Colombia importa gasolinas, diésel, jet fuel, GLP, etanol y productos petroquímicos, que valen hasta 7.000 millones de dólares por año.

5. No mencionan la modernización de la refinería de Barrancabermeja

Lo anterior se podría resolver modernizando la refinería de Barrancabermeja, con una inversión inferior a los 6.000 millones de dólares, que se recuperarían en un año de importaciones. Por hablar y centrarse tanto en los precios de la gasolina y el diésel, nuestros burócratas no hablan de esto.

6. Pasan por alto el impacto sobre la inflación

Hay varios estudios que calculan el efecto sobre la inflación de incrementos en los precios de los energéticos. En el estudio “Metodología para analizar el impacto de un alza exógena sobre el nivel precios: el caso de los combustibles”, realizado en 1975 por Clemente Forero, Manuel Ramírez, María Teresa Prada y Ricardo Candelo utilizando matrices de insumo/producto, se probó que un incremento de 15% en los precios de los combustibles daría lugar a un incremento en la inflación de 0,67% para los obreros y de 0,62% para empleados.

En año y medio, la gasolina se ha aumentado en casi 60%, lo que ya implicaría un incremento en el IPC de ente 2,4% y 2,68%. Según el ministro de Hacienda, falta llevar el precio de la gasolina a 18.000 pesos el galón, es decir, un 50% más, lo que produciría un aumento en el IPC de entre 2,06% y 2,23%, para un total de entre 4,46 % 4,91%. Y después se quejan y se preguntan por qué tenemos inflación alta.

7. Los precios del gas natural y el GLP obedecen a los mismos principios de los costos de oportunidad

Este es un tema que se pasa por alto y que viene perjudicando a la economía, al sector eléctrico y a los hogares. Por ahora lo menciono, pero habrá que discutirlo con más detalle en otro artículo.

Algunas decisiones para discutir

Además de eliminar el monstruo del Fondo de Estabilización para tener libertad de acción, disminuir la presión sobre el déficit fiscal, parar los incrementos en los precios de la gasolina corriente y el diésel, y revisar los aumentos en el gas natural y el GLP, se comenta lo siguiente.

Se puede pensar en tarifas diferenciales en el transporte público para los estudiantes y las personas de más de 65 años, que es algo que se aplica en numerosos países del mundo.

En otros países se subsidia el transporte urbano de pasajeros, pero dadas las dificultades económicas de los municipios de Colombia esto es difícil hacerlo hoy.

Tener precios diferenciales por zonas o sectores es imposible, pues daría lugar a un mercado negro inmenso.

La mejor solución, fuera del primer punto, es la de cobrar según los costos reales internos, teniendo en cuenta las importaciones. Y, si se quiere apoyar a Ecopetrol, en el cálculo de los precios se puede incluir una ganancia adicional o un margen de 40% sobre los costos, o como se dice, aplicar un mark up, lo que daría a la empresa estatal muy buenas utilidades.

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